viernes, 28 de febrero de 2025

La humillación. ¿Por qué los intelectos del progresismo y la izquierda en general jamás aciertan al "bando" correcto?

Con motivo de la muy interesante reunión pública entre el presidente de facto Zelensky y Trump surgieron en Europa reacciones descabelladas que, en breve, se trasladarán aquí a nuestro país.

No es para menos. El mundo está asistiendo a una lucha tremenda y a un desmoronamiento de las formas conocidas de organización del sistema mundial.

Los "bandos" de esa lucha son:

1) La agencia de la presidencia de EE.UU. a la cabeza de Donald Trump y su ascendiente sobre las mayorías populares estadounidenses, más algunos aliados de la "élite", en rigor, oligarcas no hegemónicos: Musk, Bezos y ahora Zuckerberg.

2) Los controladores de los resortes y recursos fundamentales, cuyo núcleo duro es el que indico en el comentario 3:42 en el blog de Artemio López, aquí:

Europa no se salvará – el blog de Artemio López

La lucha entre 1) y 2) es a muerte.

Por ahora, el bando de Trump parece que se impone y el otro retrocede y da la sensación de que se desmorona.

Pero no hay que olvidar que, el bando que aparece públicamente "humillado" por Trump, no es el verdadero poder, son los títeres, las personalidades artificiales manipuladas que agrandan su ego sirviendo al verdadero poder tras bambalinas.

Por razones de la propia naturaleza de la dominación oligárquica, ésta no se revela, no se presta al desgaste público, ni a elecciones, ni nada de eso. Son los dueños de la "ley", no aquellos a los que se aplica la "ley". Por eso se manifiestan a través de una multiplicidad de lacayos, sirvientes concientes o inconcientes, de derecha o de izquierda.

Trump está humillando a los títeres, a esas personalidades artificiales (Macron, Starmer, Z, y seguirán ...?) que existen solo por obra y gracia del poder que allí los puso.

Pero ese poder, no va a aguantarse así nomás. Si bien no tiene fuerza para seguir solo la guerra contra Rusia (sin la agencia de la presidencia de EE.UU.) sí tiene la fuerza y la astucia y habilidad para sabotear la paz que Trump intenta. Quizá hagan atentados terroristas contra militares norteamericanos, pongan alguna bomba sofisticada en el casco de un barco norteamericano, y ese tipo de cosas, bajo la apariencia de que fueron actos hechos por Rusia. Nada hay que descartar en este sentido, para enemistar a EE.UU. con Rusia.

Ese poder, aunque está en retirada en EE.UU. al perder control en el poder ejecutivo de ese país y en su comunidad de inteligencia, puede tener una gran capacidad de daño para destruir, distorsionar, tergiversar y desviar las políticas de paz del presidente Trump y sus acuerdos con los rusos.

En Europa, a los 10´ de terminada la reunión entre Z y Trump, se puso en marcha la maquinaria de acción psicológica, y se largaron con las barbaridades de siempre. "Trump es Hitler"; "emperador romano", etc., etc. (sic).

Los intelectuales progresistas, socialistas y de la izquierda no la aciertan ni por error.

Entre 1943 y 1945 caracterizaron a Perón como un militar fascista. En 1955, como un tirano ("prófugo" después del golpe).

En la década del '60 y principios y mediados de los '70, para no pocos de la izquierda peronista y la mayoría de la trotskista Perón era alguien que engañaba a los trabajadores, un nacionalista burgués y un "represor" y "terrorista de Estado" con López Rega.

En la década del 2020, Cristina "no sirve más", "cerró el ciclo", "no sabe elegir candidatos", "siempre hace lo mismo y perjudica al peronismo", etc., etc., etc.

Ya lo vengo sosteniendo mucho en este Blog. El problema de los intelectuales y analistas de izquierda y progresistas es que no pueden captar el proceso de conjunto, solo captan sucesos o acontecimientos "sueltos" que encajan fácilmente con prejuicios y creencias previas establecidas, fundadas en sistema argumentativos del entramado de definiciones, axiomas y postulados, a priori.

Así, Musk levantando el brazo es el "saludo nazi", "el hombre más rico del mundo" (latiguillo y muletilla preferida); "tecnofeudal" (!?!?); "ultraderecha", etc., etc.

Trump es malvado, "megamillonario", "ultraderecha", "invadió el Capitolio" (?!!!!), "antidemocrático", etc., etc., etc.

En los años '60 y '70, los axiomas, definiciones y postulados ideológicos hicieron estragos. Se llegó al extremo de caracterizar a la "burocracia sindical" como el enemigo al mismo tiempo que la "burguesía nacional" era parte del frente de liberación.

Los sistemas argumentativos son así, no pueden relacionar una parte de la realidad con otra parte, por la sencilla razón de que no generan hipótesis o ideas, solo aplican creencias preexistentes acerca de parcelas de la realidad.

Por eso, los sostenedores de tales sistemas argumentativos son "inmunes" a la realidad en razón de que solo incorporan aquello que más o menos "cuadra" con las definiciones, axiomas y postulados a priori. 

Toda la vida se puede ser esclavo de estas ideologías y sistemas sin haber comprendido nunca el proceso integral real.

Hay ejemplos exacerbados de esto como, por ej., la escuela austríaca o el marxismo más o menos dogmático. Pero no importa la mayor o menor inflexibilidad o flexibilidad del sistema argumentativo, lo que importa es que los supuestos en que se basan sean fijos, inamovibles, sobre los cuales edifican las deducciones.

El problema de fondo es que la mayoría de los intelectuales se identifican con un discurso, con un estilo o una ideología, de otros autores, repitiéndolos, sin dar lugar a la propia subjetividad creativa que es lo único que puede brindar el acceso al conocimiento verdadero.

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