jueves, 28 de diciembre de 2023

No se termina de entender del todo quién es el sujeto del cambio de régimen (el objeto ya se sabe, somos nosotros).

Ver acá:


A ver de qué modo explicarlo. A veces siento que doy vueltas y vueltas y me parece insuficiente. Pero no se puede decir esto de una manera que no se diferencie tajantemente de las nociones habituales, sobre todo “progres”.

Atrás de la embestida por el cambio de régimen no está Milei, ni los estudios jurídicos de las grandes empresas locales e internacionales, ni la llamada “derecha argentina”, ni MM, ni Magnetto, ni Roca, ni Eurnekián, etc., etc.

Por más que hayan redactado ellos el DNU, no son el sujeto del cambio de régimen. Esto es lo que hay que entender de una buena vez. El poder NO reside en Argentina. Es un poder global. Es un poder Imperial. ¿Se entiende?. Que haya apariencias de poder no significa que sea el poder.

Se me dirá: “pero son corporaciones multimillonarias de empresarios argentinos”. Yyy?. ¿No se dan cuenta que todas tienen sedes extraterritoriales en paraísos fiscales?. Eso no es solamente una forma unilateral e individual de eludir impuestos. Es una forma de dependencia del sistema financiero global legal o en las sombras. Es una cooptación de los excedentes. Los métodos y esquemas de fuga de capitales que ofrecía el JP Morgan u otros Bancos, descriptas por Hernán Arbizu en su momento, son también formas de cooptación.

La clase dominante en ese sistema global no es MM, Rocca, etc., todos los nombrados más arriba, sino oligarquías a predominio financieras y angloamericanas, que disponen, en forma combinada, de resortes y recursos en órdenes de magnitud incomparables.

Esas oligarquías ejercen una dictadura despótica sobre todas las figuras locales del mundo. Si la ejercen sobre, por ejemplo, el empresariado industrial alemán, a los que obligan a cambiar insumos energéticos baratos por otros mucho más caros, imagínense qué fácil es para ellas ejercerla sobre los “burgueses argentinos”.

¡Entiéndanlo de una vez!. Los burgueses argentinos están bajo un yugo despótico. La única diferencia con el resto del pueblo es que a ellos les permiten (mientras que a todos los demás no) medrar con algunas migajas (que a nosotros nos parecen “gigantescas”) por razones funcionales y de control en la localidad. Son esclavos con guante blanco por conveniencia de los foráneos. Todos los demás somos simplemente esclavos.

Esos burgueses locales (“argentinos”) no pueden correrse de su función ni un milímetro porque serían desbancados por medios legales o ilegales.

Me imagino a un secretario del subgerente de BlackRock escuchando a algún izquierdista o marxista argentino diciendo que MM o algún "burgués nacional" es un “socio” o un “socio menor” de ellos. Se reiría bastante el hombre.

Para la clase dominante que son combinaciones oligárquicas del imperio, somos todos esclavos, con una distinción que es secundaria para ellas. Para nosotros será una distinción “enorme” entre una persona del pueblo y MM o Rocca o el que sea, pero para los oligarcas globales la única importancia que tiene esa distinción es que les facilita la tarea en la localidad. Nada más. No hay “interdependencia”, “sociedad”, “intereses complementarios”, ni nada de eso. Es simplemente una dictadura de carácter privado. Algunos pueden medrar y no serán aplastados y la mayoría restante son aplastados.

Siempre fue así esto. Cuando en febrero de 1946 JDP lanza la consigna “Braden o Perón”, está sintetizando todo ese trasfondo. No dijo un político o empresario argentino o Perón, dijo “Braden o Perón”.

Las oligarquías globales piensan sacar gratis miles de millones de dólares y recursos durante 2024. Bueno, los burgueses locales pueden medrar un poco con eso si facilitan la tarea de saqueo.

¿Es tan difícil de entender?. No es tan difícil. Es fácil.

Los otros que facilitan son los chiflados “políticos”. P. Bullrich (que en su juventud intervino en acciones que condujeron al asesinato de su propio tío) y Milei, que es la personalidad ideal para la manipulación: inestable, fanático y dogmático.

Muchachos y muchachas, esta es la situación.

Se vive un proceso muy trágico que puede tener consecuencias horribles. Hay que tratar de pensar con nuestra propia cabeza. No es útil repetir frases hechas o hacer deducciones de axiomas progres.

Lo esencial (y la verdad, agrego yo) es invisible a los ojos. El poeta tenía mucha razón. Por lo tanto, no queda otra que pensar con la mente y mirar con los ojos de la mente, porque, de lo contrario, vamos a ser engañados continuamente, no solo por el adversario que nos ve como enemigos, sino por nuestros propios compañeros, aunque sea sin intención.

Si queremos salvar a la Argentina, debemos liberarnos del sistema oligárquico imperial que es el sujeto que esclaviza a todos. Nadie puede ser libre en una Nación dominada por ese sistema.

viernes, 22 de diciembre de 2023

En búsqueda del pretexto o gran detonador.

Con la legitimidad de origen que tiene el gobierno no le alcanza para justificar el cambio de régimen. El 55,65% del balotaje no es todo apoyo a las políticas del gobierno, puesto que en una elección de tales características hay un porcentaje muy grande que vota contra el otro candidato, no “a favor de”.

Asimismo, el uso “normal” del aparato represivo contra las manifestaciones opositoras carece de eficacia en el marco de la disconformidad manifiesta de gran parte del país.

Tampoco creo que el gobierno disponga de tiempo para estabilizar la situación económica por los medios “automáticos del mercado”, cuando “cierren los números con la gente afuera”, en la creencia de que, finalmente, valorarán positivamente la estabilidad lograda y no protestarán y se la aguantarán.

Esto, que parecen buenas noticias, puede, sin embargo, presagiar cosas terribles, porque, ante la ineficacia de los medios “normales” para imponer el cambio de régimen y que la sociedad lo acepte, la presión es recurrir a los medios “anormales”, esto es fabricar y/o incentivar sucesos o acontecimientos violentos que justifiquen, ante la “opinión pública”, medidas drásticas institucionales y represivas.

Porque, para imponer el cambio de régimen, deben neutralizar las protestas generalizadas y la oposición de toda clase de organizaciones. Y, si los medios normales no dan resultado, recurrirán a expedientes más extremos: amenazas de bombas, infiltrados en manifestaciones que realizarán atentados, etc., etc.

La dinámica que a ellos les conviene es la que facilita que la violencia se realimente sola, generando divisiones en los sectores populares.

La tarea del movimiento nuestro es no pisar el palito, identificar y reducir a los infiltrados, denunciar sistemáticamente los planes de los servicios que pululan por varios lados. El peligro es muy grande si logran desatar la dinámica que les conviene a ellos.

A mi juicio, la resistencia debe ser pasiva y pacífica. No responder a provocaciones. Mantener la cabeza fría y contener las emociones. Tiene que haber una tarea de inteligencia propia de parte de los sectores mejor organizados del movimiento opositor.

En estos mismos momentos están sobornando a la cúpula de las FF.AA. y lavando la cabeza de muchos en las jerarquías de las fuerzas de seguridad. Hay que apelar al patriotismo bien entendido de los rangos medios y bajos de los integrantes de esas instituciones diciéndoles que el cambio de régimen que se intenta no es en beneficio de la patria ni del pueblo, que se sacrifica a la patria y al pueblo en aras de intereses extranjeros mezquinos e inconfesables. No debemos ser guardianes de esos intereses. Los patriotas como el General retirado Milani deben tener una voz destacada en esto.

No perder nunca de vista que los actores locales -sean políticos, gremialistas, economistas, empresarios, militares o fuerzas de seguridad-, al servicio del cambio de régimen, solo medran con su servilismo a los intereses extranjeros supranacionales. No son sectores dominantes, son sujetos sujetados, sea por debilidad de carácter, codicia, carpetazos, miedo, o lo que fuere.

Queremos, como oposición política, una Argentina soberana en cooperación con otros países soberanos que quieren el desarrollo económico y social de los pueblos porque el desarrollo, como sostenían Papas de antaño, era (y sigue siendo) el “nuevo nombre de la paz”.

miércoles, 13 de diciembre de 2023

Milei y Caputo solo hacen el trabajo sucio para que la Argentina se sacrifique.

Mucha gente politizada todavía no entiende que esos dos personajes son insignificantes para las personificaciones del poder oligárquico supranacional del cual aquellos dependen.

Ese poder necesita gente con pocas o ninguna cualidad moral o con defectos de carácter para que puedan ser manipulados con facilidad. El "poder" de estas personas es transmitido, no tienen poder propio, más allá de las apariencias.

No importa lo que piensen esos personajes de sí mismos, lo único que les importa es si son funcionales para su manipulación.

Para las facciones que actualmente dominan en el gobierno y parte del Estado en Argentina, Milei y Caputo son pequeños empleados en un lugar distante y "exótico". Los oligarcas financieros supranacionales sienten eso cuando tratan con estos personajes.

También sienten lo mismo respecto a los supuestos "grandes empresarios" argentinos. Los Rocca, Elsztain, Eurnekián, Magnetto, etc., son "empleados" con un poco más de rango, pero nada más. Estos empresarios que parecen "todopoderosos" a los ojos de la mayoría, sienten y viven bajo el dominio despótico de los dictadores globales. Solo tienen la facultad de medrar con los negocios de los oligarcas financieros globales. No pueden sacar ni medio milímetro los pies del plato.

Estos "empresarios argentinos" , bajo el yugo de tales oligarcas globales, no muestran a sus propios subordinados esa faceta: que son también esclavos aunque sea de guante blanco.

Esto contribuye a que se idealice y se mal pondere el poder de los empresarios locales.

Lo que la facción guerrera de las oligarquías angloamericanas necesitan es que Argentina contribuya con su cuota de sacrificio al pago de las guerras que ellos iniciaron e impulsaron y las que harán en el futuro si los dejan.

No es que Argentina necesita dólares. Ellos necesitan dólares, para lo cual iniciarán un gran saqueo. Obvio que también necesitan energía, alimentos, etc., los que intentarán obtenerlos gratis, por supuesto sin que se note mucho.

La realidad es al revés de lo que habitualmente se piensa. Argentina, su pueblo, es un recurso a ser exprimido. No importa cómo disimulen esto las autoridades locales. Eso es cosa de los locales y de su trabajo sucio. Para eso fueron puestos en esa posición.

Cuando se entienda esto se van a poder entender muchas otras cosas.

viernes, 1 de diciembre de 2023

Si se ignora la dinámica y algunas cuestiones teóricas relevantes podemos quedar inermes frente a los acontecimientos que vendrán.

Varias veces señalé, parafraseando a JFK, que “lo que sucede” es lo que se hace para que suceda. Las cosas no pasan solas. No existe tal cosa como el individuo solo que no puede hacer nada frente a acontecimientos y poderes que lo exceden. Eso es una sensación subjetiva. No existe una “mano invisible del mercado” o “leyes del capital” que gobiernan, sí existen manos invisibles y capitales que son cosas concretas y no entelequias.

Los autores de lo que se hace no son voluntades atomizadas, individuales, aisladas o relacionadas mecánicamente, sino que son conjuntos o agregados latentes que pueden manifestarse a través de determinadas figuras individuales.

Lo que sucede en el mundo no es una colección abigarrada de lo que sucede en cada localidad, en cada país. El mundo no es una agregación estadística de Estados o países. El mundo es un todo, es un movimiento que siempre va para algún lugar, cualquiera sea éste. Siempre fue así. Mucho antes del advenimiento del “capitalismo” y la globalización.

Si se ve flotar un corcho sobre el mar y se abstrae el mar, los movimientos del corcho parecerán erráticos, pero en realidad no lo son porque sus movimientos dependen de otros movimientos que no consideramos por haber hecho esa abstracción.

Con las localidades sucede parecido. Si abstraemos el mundo, que no es meramente, como habitualmente se dice, el “contexto” o el “marco”, los acontecimientos en los países nos parecerán erráticos, más o menos incomprensibles.

Ahora bien, esas voluntades a las que nos referíamos arriba siempre están posicionadas en relación, por ejemplo, no solo a los medios de producción (como pensaba Marx) sino también a los resortes y recursos fundamentales, los cuales son combinaciones que conforman plataformas (comerciales, financieras, monetarias, geopolíticas, entre otras). Los que están unidos a los medios de producción son burgueses y los que están separados son obreros. Pero los que están unidos a los resortes y recursos fundamentales son oligarcas y todo el resto que está separado de ellos, sean burgueses y trabajadores, son masas, que son la “materia prima” de las clases populares o el pueblo.

Los oligarcas son los únicos individuos-agentes que pueden producir acciones globales porque controlan los resortes y recursos fundamentales en multitud de escenarios. Los otros que también pueden hacerlo son las masas, pero solo en el caso de que se conviertan en clases populares, es decir, bajo liderazgo de conducción o de conjunto, y que puedan pasar a controlar ellas los resortes y recursos fundamentales. Esto significa que cuando existe un Estado Nacional soberano puede producir acciones globales en cooperación con otros Estados soberanos. Muchas veces insistí en esto porque si no se lo tiene claro, se confunde el Estado Nacional (que es soberano realmente) con el Estado oligárquico (que es soberano nominalmente, no realmente).

Esta es la verdadera dialéctica de lucha. El solo hecho de que haya poseedores de resortes y recursos fundamentales, por un lado, y desposeídos de ellos, por otro, abre la posibilidad de la lucha entre quienes quieran conservar esa posición (oligarquía) y entre quienes quieran cambiar eso (las clases populares o el pueblo). Esto no significa que siempre hay lucha. Solo significa que tal posicionamiento puede dar lugar a la lucha.

No hay que olvidar que la lucha que lleva al cambio de posicionamiento solo se puede ejercer bajo el liderazgo de conducción o de conjunto. Si no está este requisito esa lucha solo será reactiva, sin orientación y sin doctrina, como decía JDP cuando señalaba la distinción entre masa y pueblo. Solo en tal sentido la lucha de voluntades es entre el pueblo y la oligarquía.

Lo que pasa en el mundo. Encuadre teórico.

Pasa que existe un Imperio que ejerce una gravitación excesiva y perjudicial en todos los continentes. No es un país o un grupo de países. EE.UU. o los países que forman la OTAN, por ej., no son países soberanos, son países colonizados por oligarquías a predominio financieras y angloamericanas.

No es que en Alemania, por ej., hay una clase dominante que es soberana en su territorio. No. Hay clases locales que medran (algunas) o se perjudican (otras) con el dominio que ejercen las oligarquías supranacionales. Los problemas energéticos que perjudican a la industria alemana por seguir las sanciones contra Rusia y el apoyo militar a Ucrania, no los decidió el empresariado industrial alemán, los decidió la clase dominante oligárquica que no es el empresariado alemán.

En Inglaterra lo mismo y en EE.UU. también.

El complejo militar-industrial (Raytheon, L. Martin, Bae System, etc.,) es una organización oligárquica privada que usa y subordina al Estado británico o al Estado norteamericano. Los dueños de las empresas que fabrican armas son individuos-agentes de Wall Street y la City de Londres (The Vanguard Group, por ej.). No es que era del Estado y fue privatizado. A fines de los ´50 o comienzo de los ´60 ya Eisenhower advertía a JFK sobre la peligrosidad de esa maquinaria privada que tenía excesiva influencia en el Estado.

Por lo tanto, no es el Estado inglés o estadounidense. El imperialismo es privado, pero está tan compenetrado con el Estado que parece que es algún Estado el que impulsa la guerra. Por eso es frecuente escuchar o leer acerca de EE.UU. como país imperialista, soslayando que no es un país soberano puesto que está dominado por intereses “especiales” u oligárquicos privados. A EE.UU., por más poderoso que sea, le caben las “generales de la ley”.

La única diferencia, en cuanto a esto, entre EE.UU. y Argentina es cuantitativa. Sin embargo, salvando esa distancia, ambos son países dominados por oligarquías supranacionales, las cuales son extranjeras en todos lados.

Es por ello que, no casualmente, cuando se habla tanto de la tan mentada “seguridad nacional” en realidad se encubre a la seguridad oligárquica que es la que se procura cuando sienten o perciben lo que ellos creen que podría ser una amenaza potencial o real.

Como señalé en no pocas ocasiones, el sistema global diseñado y regido por esas oligarquías noroccidentales, a predominio angloamericanas, está en un proceso de crisis de larga data.

La crisis tiene su origen en el sistema monetario y financiero mundial que surgió a fines de los ’60 con la devaluación de la libra esterlina en Inglaterra y a principios de los ´70 con la decisión de Nixon de desacoplar el dólar del oro.

Ese fue el punto de partida del proceso que está terminando ahora. En su momento, terminar con Bretton Woods tuvo diversos justificativos de los voceros de intereses oligárquicos. Pero, fuera de la cháchara académica justificatoria sean de esos voceros o de otros, eso se hizo para que oligarquías privadas aumenten sustancialmente su influencia en desmedro de algunas potestades relativamente soberanas que todavía conservaban algunos Estados, desde la reconstrucción de posguerra.

Esos cambios, por ejemplo, repercutieron en Argentina 4 o 5 años después, con los “chicago boys” y Martínez de Hoz. Luego se dieron otros cambios y vueltas de tuerca, especialmente a partir del crash bursátil de 1987 en Wall Street que repercutió negativamente hacia el final del gobierno de Alfonsín. Asimismo, con la caída del muro de Berlín, el Consenso de Washington y la desintegración de la URSS, hubo nuevas vueltas de tuerca que, a su vez, repercutieron en la década del ’90 y el plan Cavallo.

Desde hace 50 años que ese sistema monetario y financiero mundial no cumple una función para el desarrollo de los países y de las personas, sino para hacer más sofisticados los juegos especulativos que aumentaron significativamente el poder y elevaron a la cima a varios oligarcas financieros. Por otra parte, a medida que pasaba el tiempo, la concentración y centralización de ese sistema era cada vez mayor, llegando hoy a niveles nunca vistos en la historia.

Las secuencias de las crisis locales desde los ’90 (México ´94; Brasil ´97/8; Rusia ‘98/9; Argentina 2001/2; España 2008; etc., etc.) fueron oleadas de un proceso de crisis sistémico general que se manifestó localmente. Los economistas y diversos analistas se encargaron de racionalizar cada crisis como un asunto local, desconectado del resto del sistema global. Cuando la globalización andaba bien (en apariencia) era fenómena, una maravilla, los gobiernos de los países sujetos a ella eran intachables, una pinturita (“Menem el mejor alumno”, etc., etc.). Cuando empezó a andar mal los gobiernos de los países eran una porquería.

Un sistema que no ayuda a generar excedentes económicos verdaderos sino a especular, necesariamente tiene que empezar en crisis (aunque no se note) y terminar en crisis (cuando se nota más), porque, en cierto punto, a medida que aumenta la población, las necesidades humanas aumentan. La infraestructura, los alimentos, la salud y la educación de las poblaciones humanas de Asia, África y A.L., no se desarrollan con derivados financieros, ni con el carry tarde, ni con compras especulativas de empresas, etc., etc.

Llega un momento en que se produce una disyuntiva en la medida en que las necesidades de la llamada “economía real” son mucho más apremiantes que los papelitos, lo que exige la reorientación del sistema al crédito productivo verdadero y no el reciclaje financiero de papelitos y la deuda.

Pero como esa reorientación o reforma del sistema hacia el crédito productivo requiere actores que son los Estados Nacionales, eso choca con los intereses privados oligárquicos al percibir éstos que perderían control sobre los sistemas monetarios y financieros a favor de los Estados Nacionales.

Es decir que la naturaleza misma de las acciones que se requieren para construir un nuevo sistema monetario y financiero de “crédito real” requiere actores que no son los oligárquicos porque dichas acciones son consubstanciales a la soberanía de los países que saben de las necesidades e intereses de sus respectivos pueblos. Y la satisfacción de esas necesidades no puede depender de prescripciones globales.

En último análisis, se trata de un choque y contradicción entre, por un lado, las “necesidades” oligárquicas de reproducir su dominación a como dé lugar, es decir, subordinando a ese objetico casi todas las cuestiones mundiales relevantes y, por otro lado, las necesidades de la población humana que exigen el desarrollo de la economía y la sociedad.

De lo primero se ocupan los oligarcas y toda una multitud o caterva de lacayos de toda índole, empleados, presidentes, etc., etc., desplegados en gran cantidad de Estados, instituciones, medios, organizaciones, etc. De lo segundo no queda otra que se ocupen los Estados Nacionales soberanos y sus pueblos bajo determinadas cualidades de liderazgo de conducción.

La crisis geopolítica es la contracara de la crisis monetaria y financiera.

La única manera que tienen las clases dominantes en el Imperio, es decir las clases oligárquicas, de enfrentar esa contradicción es con la geopolítica. Esta “ciencia” se usa para justificar el socavamiento y la guerra oculta o con subterfugios a la soberanía potencial y real de los Estados.

Se recubre eso con toda clase de racionalizaciones y justificaciones del tipo “equilibrio de poderes”, “choque de civilizaciones”, “zonas de influencia de las grandes potencias”, etc., etc. El único objetivo de toda esa cháchara es que la perversidad del juego de socavar a las soberanías no se note o pase desapercibido.

Pedirle la verdad a gente como Kissinger (recientemente fallecido) o Huntington es como pedirle a un mago que revele su secreto cuando hace un acto de magia. Nunca lo harán. No creo que existan “geopolíticos” que crean de verdad en lo que dicen o en los libros que escriben. Y si hay, deben estar realmente mal de la mente.

Lo que sí hay es alguna gente bastante crédula que consume eso y presume de saber tales y cuales cosas de “geopolítica”. A veces causan bastante confusión en las propias filas, pero suelen ser inofensivos.

Pero la geopolítica, como herramienta de las clases oligárquicas, es enormemente eficaz (por lo perjudicial). Hay países enteros que desaparecieron o se formaron gracias a los manejos y prestidigitación geopolítica. Se me ocurren ahora Yugoeslavia, Israel, Ucrania. Hay muchos otros a lo largo de la historia. Espero que no ocurra esto con nuestra querida Argentina en el futuro próximo (me refiero a desaparecer).

Entonces, la geopolítica cumple dos funciones: mantiene focos de conflicto y guerra potencial o real permanente e impide, así, que Estados Nacionales soberanos puedan llegar a advenir y desarrollarse, evitando poner en disputa el control de los resortes y recursos fundamentales.

De allí la relevancia de largo plazo del complejo militar-industrial dado que necesitan sostener la “guerra permanente” como modo de gestión global ante lo que perciben como “amenaza” permanente de posibles salidas soberanas al proceso de crisis del sistema monetario y financiero.

La correlación actual de fuerzas.

La situación actual está caracterizada por la profundización de la crisis monetaria, financiera y económica en la región Nor Occidental transatlántica y por la derrota de la OTAN en Ucrania.

Así como inmediatamente después de la retirada de Afganistán a mediados de 2021 apretaron el botón del tablero geopolítico ucraniano en el segundo semestre de ese año, llevando material y armamento para hacer estragos en la región del Donbas de población rusa (no “prorusa”), lo que desembocó en la intervención de Rusia, previo intento de ese país de llegar a un acuerdo con EE.UU. que fue rechazado por éste; luego de la derrota estratégica en la guerra en Ucrania, apretaron el botón geopolítico del cercano Oriente por intermedio de Hamas, lo que desembocó en el genocidio de la población que vive en la franja de Gaza. La intención es involucrar a Irán por medio de provocaciones para desatar una guerra más extendida.

Otro botón geopolítico es Taiwán que probablemente sea apretado en el momento que consideren más oportuno. Lo que desembocará en una guerra contra China. La diplomacia secreta y no tan secreta “de” EE.UU. y GB ya alineó en ese juego a Australia, Japón y Corea del Sur contra China. Intentan, también, involucrar a la India, aprovechando los conflictos históricos entre ambos países.

Por supuesto, China, que es una nación relativamente soberana en cuanto al control del sistema de crédito, la inversión y algunas tecnologías, no entra en el juego y continuamente está invitando a los países de Asia y África que se sumen al proyecto de la Ruta de la Seda, desde hace casi 10 años, haciendo enormes inversiones en la infraestructura económica, y ayudando a varios países africanos a desarrollar la infraestructura básica.

Tanto China como Rusia fomentan la cooperación continuamente y crean entidades de asociación abiertas por toda Eurasia, con ideas concretas y proyectos de financiamiento concretos, contrastando marcadamente con los clubes selectos cerrados de la geopolítica occidental que se diseñan con el exclusivo objetivo de accionar contra determinados países.

Ese contraste marca la diferencia entre las relaciones internacionales conducidas por países soberanos, como es el caso de China y Rusia, y las relaciones intraglobales entre escenarios geopolíticos manipulados por las redes oligárquicas, como es el caso de EE.UU. y Gran Bretaña.

En conclusión, las oligarquías occidentales están en una situación estratégica complicada debido a la doble crisis del sistema monetario y financiero que ellas presiden y rigen y la del sistema geopolítico global que también presiden y rigen.

Las reacciones soberanas de Rusia y China no son simétricas como esperaban sus contrincantes geopolíticos occidentales, sino que, primero, se coordinaron entre ellas y, luego, al consolidar su unión, sumaron a gran cantidad de países tras un proyecto de desarrollo con objetivos definidos en la economía real.

Tampoco se circunscriben a Eurasia y África porque, al impulsar el BRICS, ambos países pretenden involucrar a América Latina dentro de ese gran movimiento que recuerda al de los países no alineados de la década del ’60 y ’70 pero, ahora, con la fuerza sumada de China y Rusia.

Si uno suma la población de los países de Asia, África y A.L. que simpatizan o tienen gobiernos con grandes coincidencias con estas ideas y procederes, alcanzan a casi 6 mil millones de personas.

Se podría decir que el “núcleo duro” que convalida conciente o inconcientemente las políticas oligárquicas globalistas por medio de los gobiernos visibles en Alemania, Gran Bretaña, Francia, EE.UU., Canadá, Australia, Corea del Sur y Japón, son unos 1.000 millones de personas y otras casi 1.000 millones tienen muchas dudas o desacuerdos con las acciones de esos gobiernos.

Es decir que la diferencia es abrumadora, tanto cuantitativa como cualitativamente. La punta de lanza guerrera de las oligarquías financieras occidentales (The Vanguard Group, Black Rock) y su componente militar (Bae System, Raytheon, etc.) son concientes de esta desventaja estratégica y, de algún modo, querrán achicar esas diferencias.

La peligrosidad del momento.

La peligrosidad reside en que los escenarios locales (como Argentina, por ej.), sea arrastrada, en una “situación estratégica falsa” (JDP), bajo el canto de sirena de “éxitos” tácticos (que no sirven para nada).

Las acciones globales de las oligarquías, casi como acto reflejo, tienden a usar y exprimir países solo para resolver problemas tácticos que ellos tienen, dentro de una situación estratégica muy difícil. No les importa el destino de los pueblos de esos países, sean medio millón o más de ucranianos, decenas de miles de niños palestinos, etc., etc.

Ellos están obsesionados con su guerra geopolítica consistente en manipulaciones constantes, “amigos a la fuerza” y “enemigos ocultos” (JDP). Hay oligarcas que no pueden concebir que Rusia y China tengan éxito. No cabe en su mente. Harán lo imposible para evitarlo, incluso destruirlo todo, si fuera necesario.

Los argentinos y, sobre todo, los intelectuales y politizados, tenemos que tomar conciencia, urgentemente, que nosotros solo somos importantes para nosotros mismos y para los países que quieren desarrollar a sus pueblos. No somos importantes para los patrocinadores globales de Milei al que usan para conseguir sus propios fines. Cuando no les sirva más, si es que el loco no se convierte en monstruo, se lo van a sacar de encima por el procedimiento que mejor les convenga. Tal como sucederá próximamente con Zelensky y Netanyahu.

A ver si se entiende bien la situación.

Nadie va a ayudar a la Argentina. Ya el presidente electo avaló no entrar a los BRICS. Ya se aseguraron que nadie nos ayude. ¿Por qué?. Porque de eso se trata, Argentina (su pueblo) tiene que sacrificarse por intereses ajenos. Si formara parte del BRICS y de sus patrocinadores euroasiáticos podría zafar de ese sacrificio. Así se aseguran de que no zafe.

Todo lo demás es cháchara que solo contribuye a escamotear y ocultar esa realidad fundamental. Si dolariza o no, si estabiliza o no. Si resuelve las Lelics o no, etc., etc. Son como la zanahoria para que el burro siga.

La Argentina está en una situación casi sin salida. En condiciones así las “salidas” son como “fugas hacia adelante”. En condiciones de ese tipo la propia dinámica de los acontecimientos (determinados por el proceso general de desintegración estratégica de las formas conocidas de los sistemas monetarios y financieros y de la geopolítica) va abriendo nuevas bifurcaciones o proliferaciones de alternativas (antes inverosímiles) a medida que esa dinámica se desarrolla. Esos nuevos caminos que se van abriendo pueden ser recorridos como en una vorágine de acción y reacción que lleva a la perdición y la violencia, no solo entre los ciudadanos y el aparato represivo del Estado sino entre los ciudadanos mismos o, incluso, en casos extremos, entre los ejecutores mismos del aparato represivo del Estado.

Hace unos 10 años, en una conversación con mi hna. ella me decía que, gracias a los valores y cultura de años de Kirchnerismo, había cosas que no se podían decir por temor a la mirada reprobatoria de los que podían escuchar.

10 años después estamos como estamos, con gente que va a gobernar la Argentina y que piensa que los militares presos deberían estar libres, que no hubo violaciones a los derechos humanos, etc., etc.

Eso no es que va ocurriendo de a poquito. Lo que va ocurriendo de a poquito es la degradación material y espiritual de las clases populares. A medida que eso sucede, los límites se van corriendo casi sin conciencia de la mayoría. Las barbaridades se cotidianizan y se van tolerando cosas cada vez peores, como por ejemplo un intento de magnicidio.

Esto pasó muchas veces en la historia nuestra y de otros países. Y pasa cuando las sociedades quedan, sin defensa, expuestas a la geopolítica oligárquica.

Así como pasó un intento de magnicidio, una campaña llena de barbaridades del presidente electo, etc., puede pasar cualquier otra cosa. A medida que pasan esas otras cosas, los límites se corren más y más. Todo puede suceder. Estado de sitio, cierre del Congreso, bandas paramilitares o parapoliciales, guerras, etc., etc. No hay límites en el menú. Cada cosa que ocurra generará otra y, a su vez, ésta generará otra.

Así se construyen las tragedias de las personas y de los países.

Esto no es la década del ´90, ni el menemismo, ni la Alianza, ni juntos por el cambio. Tampoco las relaciones entre los países y el sistema global de las oligarquías dominantes son las mismas. El llamado “neoliberalismo” no es el mismo porque se fundió y entró en bancarrota muchas veces. El ejercicio de la dominación oligárquica ya no es el “neoliberalismo normal” debido a que en las actuales condiciones de crisis eso no funciona.

Hay mucha gente que atina a otorgarse a sí misma algo de certidumbre recurriendo a lo conocido, al pasado reciente o más lejano. Otros ni siquiera se atreven a dejar por un segundo los parámetros de análisis “normales”. La normopatía es la negación de la realidad y puede contribuir a justificar sin quererlo las peores aberraciones que puedan ocurrir.

La inconciencia sobre la discontinuidad que está ocurriendo puede conducir a errores muy graves, no solo de apreciación sino de comportamiento y acción.

Sin las madres de plaza de Mayo, el genocidio del proceso militar hubiera pasado como “algo más” entre tantas cosas. Sin Nuremberg el genocidio de los nazis hubiera pasado también como “algo más”. Los que decían “algo habrán hecho” o los judíos que iban despreocupados cuando los llevaban a los campos de concentración, eso responde a una naturaleza humana que sigue estando.

Por eso insisto tanto en que lo dramático y lo trágico de la vida reside no en los acontecimientos que van y vienen sino en el proceso que los determina. Y la mayoría de las personas no son concientes de ese proceso.

Las tragedias que vivió la Argentina (el genocidio de la segunda mitad de los ‘70, el industricidio de la misma época y el de los ´90, la pobreza, la indigencia, etc.) se decidieron en otras latitudes del mundo en el lapso 1968/71, hace más de 50 años. Allí nació el proceso que les dio origen. Pero no nos damos cuenta de esas conexiones porque estamos acostumbrados a analizar y parcelar, analizar y abstraer, unir pedazos en vez de distinguir partes en una unidad.

Para que sobreviva nuestra querida patria se necesitarán índices muy elevados de cultura política (no simple politización) no solo en sus dirigencias sino entre la ciudadanía en general. Mi esperanza es que la elevación de la cultura política general en el pueblo y en parte de su dirigencia ayude a sortear con el menor sufrimiento y daño posible el futuro que vendrá.

lunes, 20 de noviembre de 2023

La tragedia no pasa, se construye, se elige.

Una dictadura financiera supranacional va a pasar a mandar en nuestro querido país. Una combinación espuria entre el FMI, Black Rock y otros mejunjes.

Lo que va a suceder es un cambio de régimen político y económico pero que no podrá garantizar el orden (mientras no opere el evento impactante que justifique el cambio de régimen). Por lo tanto, va a reinar el caos y la represión. Va a haber muertos de argentinos inocentes cada dos por tres. Se va a intentar cumplir con lo que dijo la Dra. Carrió en el video linkeado en este blog el 10/6/23.

Va a ser un gobierno que no manda, que lo mandan desde afuera.

Uno de los objetivos va a ser incorporar a la Argentina a la lucha geopolítica global contra Rusia y China, quizá a cambio de la “modernización” de las FF.AA.

Brasil va a quedar solo en el cono Sur al perder un apoyo fundamental en su lucha por un mundo más justo y equilibrado. El BRICS sin Argentina pierden ambos una posibilidad muy importante en América Latina.

El cambio de régimen económico tendrá como objetivo el pago al FMI (más allá del roll over), una reducción mayor de los costos salariales en dólares y el saqueo de los recursos naturales (litio, hidrocarburos y alimentos), sin ninguna compensación. Nada va a quedar para las clases populares. El mercado interno se reducirá aún más.

Quizá se incorpore Argentina al esquema financiero corrupto de las compensaciones de carbono.

La ilusión del control de la dinámica.

Una vez que se pone al país en esa dirección es muy difícil controlar luego el curso de los acontecimientos y a los decisores de políticas. Muchos políticos e, incluso, intelectuales se engañan acerca de esto.

Gente que parece débil y controlable resulta ser fuerte e incontrolable si logra hacer surgir la dinámica que los favorece. La radicalización y el fanatismo ayudan mucho en esta tarea.

Me acuerdo de von Papen en enero de 1933 que quería convencer a Hindenburg que él podía limitar a Hitler (a quien solo respondían en el gobierno 3 ministerios de 11) y que no había problema con nombrarlo canciller. Bueno, se ve que no lo pudo limitar ni él ni nadie. En enero de 1933 en Alemania absolutamente nadie imaginaba lo que iba a pasar a partir del mes siguiente.

Para casos actuales ni hablar de Zelensky y Netanyahu. ¿Quién imaginaba cuando los eligieron que iban a hacer genocidio de generaciones enteras?.

Resulta obvio que las políticas del futuro gobierno argentino conducirán a una crisis. Siempre fue así.

Lo de M. de Hoz terminó en el desastre de 1981/82, aunque él se fue antes. Lo de Cavallo terminó en el desastre del 2001. Él se había ido pero volvió con la Alianza creyendo que podía arreglarlo. Lo de MM y su “mejor equipo en 50 años” terminó en el desastre del 2018. Con Milei no será distinto.

El problema va a ser que difícilmente se encuentre una salida “virtuosa” como se encontró luego del 2001/2002. En 2019 no se la pudo encontrar, se pudo corregir muy poco de las consecuencias del desastre que dejó MM. Cristina intentó pero no pudo, ya era muy tarde. Cristina tuvo éxito en una tarea negativa: la de evitar la reelección de MM. Pero parece ser que logró postergar cuatro años el desarrollo del desastre.

El mayor peligro es que la crisis en la que entre el futuro gobierno termine siendo “superada” con fugas hacia adelante, con apuestas cada vez más terribles tendientes a acercarnos a escenarios de guerra interna (enemigos internos) o internacional (enemigos externos, algún país limítrofe). Y que escenarios así cuenten con el apoyo e, incluso, la movilización de una parte de la población argentina contra otra parte.

Los patrones trágicos del comportamiento electoral de una relativamente pequeña parte de la población argentina.

En las últimas décadas, una relativamente pequeña parte de la población (alrededor de un 12 o 15%), decide su voto en una mezcla rara de una suerte de “castigo” al gobierno que le toca padecer, fundamentalmente por razones económicas, y de “ilusión” que otro puede cambiar las cosas, a pesar de que la experiencia indica que los cambios fueron bastante peores que aquello que se cambiaba.

El cambio de CFK por MM resultó en algo bastante peor cuyas consecuencias se padecieron durante ese gobierno y, luego, bajo el de AF que las recibió como herencia. Ahora se vuelve a la misma lógica y las consecuencias van a ser peores.

Esta secuencia autodestructiva e ininterrumpida está llevando a la decadencia de la Argentina como país, como cultura y como pueblo. No importa que, a veces, ese comportamiento favorezca al peronismo, como sucedió en 2019. Aunque dudo que, esta vez, haya un 2027 como hubo un 2019.

Como no surge ningún líder de conducción, la conducción de conjunto de CFK sigue siendo el único faro de esperanza. Pero ella va a correr más peligro que nunca en medio del caos y la represión, salvo algún factor de disciplinamiento social y/o económico que no puedo alcanzar a discernir.

A medida que se empobrezca más gran parte de la sociedad, las conductas violentas van a ser cada vez mayores y el fanatismo político va a campear a sus anchas. Incluso, el fanatismo político va a ser inducido por agentes de provocación y desde el aparato del Estado y los medios de comunicación. Va a ser una espiral muy difícil de salir.

Yo entiendo a la gente que quiere pensar en términos normales pero hay que ser realistas porque si no vamos a terminar siendo cómplices concientes o inconcientes de lo que vaya a pasar. No quiero que muera un solo argentino por razones políticas o por la represión social. No importa cómo haya votado.

Lo peor que le puede pasar a una sociedad es que pasen cosas terribles sin que la mayoría se dé cuenta porque se cotidianizan y, peor, se las justifica.

Cuando eso sucede se pierde la aptitud moral para sobrevivir.

martes, 24 de octubre de 2023

Elon Musk: "Nos dirigimos hacia la Tercera Guerra Mundial"

Ver acá:

https://actualidad.rt.com/actualidad/485122-elon-musk-dirig-tercera-guerra-mundial

E. Musk, ya de hace un tiempo, es síntoma del clivaje oligárquico en EE.UU. No es de la combinación hegemónica pero es una voz importante en el mundo de las élites.

Los escenarios Ucrania; Oriente próximo y/o Taiwan, no se tratan de asuntos locales o regionales que pueden desembocar en una guerra general. Se trata de asuntos mundiales que desembocan en conflictos que adoptan la forma de guerras locales o regionales.

El problema de fondo, como venimos exponiendo en este blog, es que hay Estados Nacionales, como Rusia y China, que lograron relativamente importantes cuotas de soberanía, independencia y autonomía a nivel de las decisiones en las agencias ejecutivas, pudiendo ponerlas al servicio no solo de los propios pueblos de sus países sino del mundo en general.

Las agencias presidenciales de Rusia y China no representan intereses geopolíticos oligárquicos, porque las oligarquías no logran controlar en esos países los recursos y resortes fundamentales. En China el crédito y la inversión están fuertemente direccionados por el Estado al servicio del bien público. En Rusia los recursos naturales están fuertemente controlados por el Estado. Es decir que las oligarquías a predominio angloamericanas no logran colonizar esos Estados.

Obvio que en esos países hay élites y multimillonarios, pueden influir y condicionar pero no mandan.

Mientras tanto, en Gran Bretaña y EE.UU. que son las naves insignias de la decadencia Occidental proguerra en todos lados, las agencias de gobierno, los Parlamentos y los poderes judiciales, están colonizados hasta la médula por intereses especiales oligárquicos de la City de Londres y Wall Street, el complejo militar-industrial y las grandes tecnológicas.

No es que Rusia y China desafían a Occidente, es Occidente dominado por tales oligarquías las que se sienten desafiadas por Rusia y China porque creen que si las ideas y formas de ejecución de esos países dan resultado, ellas van a perder poder e influencia a nivel mundial.

El problema histórico de las oligarquías y de los Imperios que sostienen.

El problema de los agentes oligárquicos es que, al estar en la cúspide del poder por el lugar que ocupan en relación al control de los resortes y recursos fundamentales, digamos así, los lleva a no crear ni desarrollar nada que no se subordine a la lógica de su propia dominación.

Las consideraciones sobre la reproducción de su propia “hegemonía” a nivel mundial tienen primacía y son excluyentes. Cualquier cosa la subordinan a esto. Cualquier tema que traten está condicionado por esa pretensión.

Esa conducta conduce a la decadencia, puesto que desarrollar a los seres humanos no depende de que unas oligarquías mantengan el control.

Por eso para las oligarquías es muy difícil gestionar y administrar su sistema oligárquico con honestidad y transparencia, porque lo único que les interesa es mantener su lugar de predominio.

En consecuencia, la especulación financiera y las guerras, es decir, las crisis financieras y la geopolítica se convierten en métodos para poder seguir funcionando porque, de alguna forma, hay que gestionar sin resolver los problemas fundamentales de los seres humanos, lo que es muy difícil.

Este funcionamiento del sistema oligárquico, en el sector Nor Occidental, logra la integración más o menos “cómoda” de alrededor de un 15% de la humanidad y de un 10 % más, más o menos incómoda. Pero eso es a costa de acumular cada vez más problemas en el resto del mundo.

La estructura básica de la manipulación.

Muchas veces se mal entiende la noción de control oligárquico. Creo que en algún post hice referencia a esto.

El control oligárquico se basa en la ocupación del lugar de los resortes y recursos fundamentales. El poder de las oligarquías deriva de esto. No es EE.UU. o G.B. los que tienen poder, sino los individuos-agentes que controlan los resortes y recursos fundamentales: Wall Street y la City de Londres, Raytheon, L. Martin, Bae System, agencias de informaciones, etc., etc.

Un General del Pentágono no tiene poder aunque tenga acceso a las armas, es solo un empleado de los que sí lo tienen, porque aquél está en los bolsillos de éstos. Los que deciden a quién tienen que apuntar las armas son los que tienen el poder. Los demás obedecen. Y, si no obedecen, hay muchos ejemplos de lo que les pasa.

Hay muchos que se confunden porque “ven” que la mayoría de los actores se mueve por sus propios intereses y deseos y no encuentran evidencia alguna del control oligárquico.

Por ejemplo, lo que ven tan claro en el caso del atentado a Cristina, no lo ven claro en el caso de un país. Y es exactamente lo mismo (!!), solo cambia la escala.

No se necesita, ni en el caso de una persona o un país, dirigirla directamente o a control remoto, solo se necesita que las prejuiciosas creencias de la persona o el país, se traduzcan en acciones que puedan ser dirigidas a los objetivos deseados por los manipualdores.

Si el analista solo ve las motivaciones y acciones del actor visible le parecerá que actúa por su cuenta, lo que es cierto. Toda la historia oficial contada por los británicos o por los que están bajo su influencia está contada así. ¿Por qué?. Porque obviamente no quieren que se descubra y quede en evidencia quién es el tercero favorecido, que son ellos. Es como un acto de magia a gran escala. Luego te cuentan la historia sin decirte qué ocultaron.

Fijarse la situación subyacente en la llamada franja de Gaza.

Israel tiene de rehenes a millones de personas en un campo de concentración gigante. ¿Cómo puede hacer semejante barbaridad? Por lo que hizo Hamas, otra barbaridad. ¿Cómo Hamas pudo hacer eso?. No es por la lucha del pueblo palestino, es porque a Netanyahu y a sus controladores angloamericanos les molestaba Arafat y sus intenciones de acordar la paz con lo más sensato de Israel. Entonces crearon a Hamas para deshacerse de Arafat.

¿Controlan Hamas como un jinete con las riendas a su caballo?. No. No hace falta. Hamas está lleno de gente como Sabag Montiel y con mayor fanatismo todavía.

¿Se dan cuenta de cómo puede producirse la III guerra mundial sin que nadie se lo “proponga”?

Los secuestradores israelíes tienen millones de rehenes palestinos, mientras matan a varios miles con bombardeos, miran para afuera a ver quién reacciona. Será Irán, Siria, Líbano, etc., etc.?. Juego perverso que supera a la serie coreana el “juego del Calamar”.

¿Se entiende cómo todos siguiendo sus propias pasiones y deseos (Netanyahu, Hamas, etc.) pueden ir derechito a la guerra mundial?.

Los argentinos tenemos que aprender de las experiencias ajenas, porque nos pueden arrastrar a lo mismo.

Simplemente se trata de no pisar el palito, si lo pisas cagaste.

Las pasiones son presa fácil de la radicalización (cualquiera sea la ideología).

Por eso son tan necesarios los/as conductores/as políticos/as, porque pueden dominar en sí mismos lo que las masas no, y, al mismo tiempo, dar una orientación positiva a las masas aún con todas sus pasiones, buenas y malas.

domingo, 22 de octubre de 2023

Gracias CFK.

Gracias por haber salvado al país con tu estrategia en 2016/17.

Gracias por haber salvado al país con tu estrategia en 2019.

Gracias por haber salvado al país con tu estrategia hoy.

En medio de la bronca, el odio, y la incomprensión de muchísima gente.

Tengo plena conciencia de que todas esas estrategias responden no a estímulos externos (como le pasa a la mayoría) sino a una unidad de pensamiento persistente y tenaz que caracteriza el liderazgo de Cristina.

El liderazgo, a veces, no necesita ser visible para ser eficaz.

Gracias Cristina Fernández.

miércoles, 18 de octubre de 2023

Medio Oriente: los acontecimientos no comienzan desde que se hacen visibles. ¿Israel es la 2ª Ucrania?. ¿Por fin los “estrategas” angloamericanos encontraron el escenario adecuado para la guerra nuclear?.

Ver estos videos cortos:

https://es.linkedin.com/posts/david-g-9541942b_madre-m%C3%ADa-este-discurso-del-dr-ron-paul-activity-7117177128848175104-7EiL?trk=public_profile_like_view

y acá:


Hay una “visión” implícita (a veces explícita) bastante extendida entre diversos analistas e intelectuales según la cual las cuestiones sociales, nacionales y/o internacionales son de carácter extremadamente complejo en razón de que intervienen multitud de actores individuales y/o de clase y/o nacionales e internacionales, cada uno con sus propias motivaciones, que conforman una madeja de intereses, a veces cruzados, imposible de deshacer para su clarificación.

Se trataría de una interacción confusa de intereses y propósitos entre los agentes, en la cual existe una sola certeza: cada quien defiende y propugna sus propios intereses, como si éstos fueran autoevidentes por sí mismos.

“Los dichos, acciones y pensamientos de fulano responden a la razón X.”

“Los dichos, acciones y pensamientos de mengano responden a la razón Y.”

“X y Y se contraponen”.

Como si no existiera nada “por fuera” de las interacciones mecánicas entre ambos elementos. Como si las interacciones y los elementos existieran en un “vacío de laboratorio”.

Pero la realidad no es así, ni en la ciencia física ni en la política. Los elementos no se relacionan “primero” con los otros elementos, sino con el todo que los “sitúa”. Es obvio que esto no es “autoevidente”, es algo más profundo.

Cuando 2 propósitos se contraponen eso no ocupa exhaustivamente todo el campo de fuerzas. ¿Por qué?. Porque hay que buscar el “propósito del propósito” o la “razón de la razón”. Las contradicciones existen siempre dentro de un movimiento que las subsume, aunque los elementos que se contradicen ni noticias tengan de ese movimiento.

Lo que vengo denominando persistentemente “geopolítica oligárquica” es como el gas metano sin mercaptano que es el químico que se usa para darle olor al gas que es inodoro e incoloro en su estado natural. Es decir que la geopolítica oligárquica te mata sin que te des cuenta.

¿Y cómo lo hace?. Muy sencillo: manipula las contradicciones que encuentra y, si no las encuentra, las fabrica y, luego, las manipula. Cuando alguien descubre el juego le llaman “teórico de la conspiración”. ¿Quién querría ser acusado de esto?!.

Si alguien quiere saber cómo llegó la Franja de Gaza a convertirse en el campo de concentración más grande del mundo en los últimos 15 años, debe empezar a estudiar historia desde el último tercio del siglo XVIII.

Pero no la historia académica, sino la historia guiada por interrogantes correctos: ¿cuándo el imperio británico empezó a operar como tal?; ¿qué técnicas diplomáticas, políticas, militares, económicas y de servicios secretos usó para dividir y dominar en Medio Oriente?; ¿qué consecuencias tuvo eso?; ¿cómo el imperio británico lidió con esas consecuencias?; ¿qué técnicas usa para salvar las apariencias?; ¿cómo son sus operaciones ideológicas para escribir la historia?; etc., etc. Estas son el tipo de preguntas correctas para entender qué tenemos hoy en Palestina.

El mismo tipo de interrogantes se aplican al escenario Ucrania-Rusia y al de China-Taiwan y a todos los que surjan en el futuro mediato o inmediato: Irán, Siria, Corea del Norte, etc., etc.

Todas las manipulaciones habidas y por haber se basan en explotar las creencias de los individuos, sean éstas nacionales, internacionales, ideológicas, religiosas, etc., etc. Por eso es fácil radicalizar o “derechizar”, porque creer no es lo mismo que saber. Las creencias están plagadas de prejuicios, salvo cuando se convierten en hipótesis o ideas que pueden ser descartadas por refutación o adoptadas por corroboración. Por lo general esto último ocurre muy poco.

Como se ve, entender la realidad es muy difícil, porque nada es lo que parece y todo lo que vemos en forma espontánea es la punta de icebergs. No vemos todo lo que está debajo del agua.

Pero la única manera de entenderla no es adoptando creencias (no importa si son de derecha o izquierda), es generando hipótesis, creando ideas según las inclinaciones subjetivas de cada quien.

Repetir una verdad no es verdadero. Verdadero es el descubrimiento de alguien. Lo que extiende la verdad son los descubrimientos de los individuos. Cuanto más descubridores haya más fuerte se hace lo colectivo porque se pueden esquivar las trampas y los callejones sin salida.

Cuánto más gente se avive de que no hay que “pisar el palito”, más fácil es formar la voluntad colectiva en una dirección u orientación, la que más favorezca a los intereses y necesidades de la población.

El imperialismo hace rato que está envuelto en un proceso de desintegración sistémico y sus soportes -oligarcas y clases dominadas por ellos- querrán arrastrar a todos antes del final. Por más debilidad estratégica que tengan son muy peligrosos por esta razón.

La crisis monetaria y financiera, económica y geopolítica son todas caras de la misma moneda.

Argentina no debe ni tiene que ser la futura Ucrania, Israel o Taiwán. Si nos dejamos arrastrar ocurrirá eso. Si no nos dejamos arrastrar tenemos la oportunidad de un renacimiento maravilloso.

jueves, 12 de octubre de 2023

El discurso más significativo de un candidato a Presidente de los EE.UU. de las últimas décadas.

Hablamos de nada más y nada menos que de una persona cuyo padre y cuyo tío fueron asesinados durante los años ’60 del siglo pasado por la camarilla oligárquica de aquellos tiempos que es la misma que gobierna hoy a través de sus herederos y nuevos personeros.

En el video entre 25:15 y 25:40, dice que hay una “creciente ola de descontento que está inundando nuestro país” y que “hay peligro en este descontento, pero también hay promesa. El peligro es que los demagogos lo desvíen hacia el fascismo. O que nuestros gobernantes lo desviarán hacia un enemigo externo para iniciar otra guerra más. …”

Acá el discurso escrito:

https://robertfkennedyjr.substack.com/p/kennedy-independent-presidential-candidate

Como puede observarse R. F. Kennedy Jr. “confirma” de modo práctico lo que vengo sosteniendo de modo teórico.

Si no se inventa, construye o edifica una respuesta a las profundas necesidades y carencias materiales y espirituales de la población, tanto en EE.UU. como en otros escenarios nor occidentales o en A. L. misma, la tendencia a diseñar y/o manipular la insatisfacción latente por parte de figuras oligárquicas supranacionales individuales o combinadas conducirá con bastante facilidad a la constitución de movimientos neofascistas.

Una vez constituidos, tendrán una dinámica local con capacidad de trastornar y repercutir a nivel mundial.

China y Rusia, por medio de sus líderes Xi y Putin, están haciendo esfuerzos extraordinarios para evitar eso. Una mayoría abrumadora de África y Asia lo entiende. Algunos países de A. L. lo entienden.

Dichos líderes tienen clara conciencia de que no se pueden repetir los errores y horrores del colonialismo angloamericano, con su obsesión geopolítica de controlar, encorsetar y dominar.

Xi y Putin saben que la salida de la actual encrucijada de la humanidad es desarrollar a los seres humanos, no importa en qué país estén. Ellos están enfocados, en sus propios países y para todos los que quieran asociarse y cooperar, en producir transformaciones en la economía física, en la infraestructura, industria y agro. Ellos saben que el papel de la ciencia, la tecnología y la técnica es esencial para esa tarea. Y que la soberanía de las naciones en cooperación es esencial para esa tarea.

Leer las intenciones de China y Rusia desde la óptica de las doctrinas geopolíticas angloamericanas (de origen británico) del “equilibrio de poderes”, “choque de civilizaciones”, bla bla bla, es un error garrafal.

Primero porque esas doctrinas son una pavada mayúscula, hechas por gente que fue investida de “autoridad” en la materia. Así muchos tontos les creen.

Las doctrinas geopolíticas angloamericanas son descripciones del comportamiento de naciones con soberanía nominal, es decir, dominados por intereses oligárquicos. Solo que esa dominación es poco visible para la mayoría. Por lo tanto, en la práctica, esas doctrinas geopolíticas son justificaciones de la práctica oligárquica real aunque adopten la apariencia de interacciones entre entidades soberanas e independientes.

Una de las especialidades de la geopolítica oligárquica es generar contradicciones ficticias que se hacen muy reales cuando los actores caen en el juego manipulado. Luego, los que manipulan el juego se dedican a contemplar “desde fuera” cómo los idiotas lo juegan ellos solitos. Luego, se escriben las grandes obras de geopolítica (El choque de civilizaciones, el Soldado y el Estado, etc., etc.) describiendo cómo actúan los idiotas y atribuyéndoles, implícitamente, plena autonomía e independencia.

Las doctrinas geopolíticas de origen británico crean sentido común y contaminan muchas veces análisis de personas del campo nacional y popular que usan vocabulario, en forma automática, que proceden de esas doctrinas, sin darse cuenta del perjuicio que eso causa.

Hacia un análisis real de la “geopolítica oligárquica” y las posibles alternativas.

Las oligarquías angloamericanas se acostumbraron por mucho tiempo a intervenir en diversas localidades del mundo casi exclusivamente con miras a reproducir su propia dominación.

Cualquier cosa nueva que surge u ocurre en cualquier parte, lo ven como una amenaza potencial e, inmediatamente, proceden a su neutralización. Usan para esto diversos medios, ardides, engaños, sobornos, estafas, tergiversaciones, etc., etc. En caso de que no haya el resultado esperado, proceden a la destrucción por medios militares y/o el asesinato. Así fue siempre.

Como no se ocupan casi nunca de resolver los problemas reales de ninguna población (falta de infraestructura, alimentos, atención médica, etc., etc.) sino que operan constantemente para gestionar su propia hegemonía, los problemas reales se van agrandando, agudizando y profundizando. Si en apariencia se ocupan de algún problema real es solo por una conveniencia unilateral.

A ellos no les importa la gente, los pueblos. Obvio que disimulan esto porque sus personeros y agentes quedarían como demasiado cínicos o crueles.

Los oligarcas que forman parte de las combinaciones que dominan en Occidente tienen un pensamiento en el que no cabe la perspectiva del desarrollo de la humanidad. Mientras que los seres humanos nacen y mueren, pero la población aumenta, aunque no al ritmo en que se preveía hace años, las necesidades van aumentando. Cada vez se necesita más energía, más infraestructura, alimentos, etc., etc.

Es obvio que eso requiere una planificación orientada a satisfacer esas necesidades. La Ruta de la Seda de China, los acuerdos con Rusia, los acuerdos con muchos países africanos, etc., todo eso va en esa dirección de satisfacer las necesidades crecientes de las poblaciones.

Los líderes de Rusia y China están enfocados en los problemas reales que derivan de esa falta de desarrollo. No están enfocados en una disputa con las oligarquías occidentales por una cuestión geopolítica de “zonas de influencia” o cosas por el estilo.

Obvio que Rusia y China necesitan cosas, pero se dan cuenta, a diferencia de las oligarquías occidentales, que no pueden ni deben hacerlo sacándoselas a los demás, sino desarrollando a todos. Caso contrario se va derechito a la guerra mundial en la que ya estamos en sus prolegómenos, no porque Rusia y China quieran saquear a otros, sino porque las oligarquías que sostienen al imperio occidental creen que los procederes y concepciones de estos dos países socavan su poder e influencia.

La historia de la humanidad ilustra que los saltos en el progreso material y espiritual son consecuencias del ejercicio de las facultades creativas de los individuos y de cómo los descubrimientos científicos y las aplicaciones tecnológicas que se derivan se incorporan a las sociedades.

También ilustra que las decadencias se deben a lo contrario, es decir, a la obturación de dichas facultades.

Por lo tanto, para resolver los graves problemas sociales por falta de desarrollo, no existe otro remedio que incorporar a las sociedades los avances tecnológicos de los descubrimientos ya realizados y, además, invertir en la investigación y desarrollo para nuevos descubrimientos que realimentarán el proceso.

No queda otra alternativa. Esto es independiente de lo que piensen las facciones oligárquicas dominantes en contra de esta alternativa. Si la humanidad quiere salvarse habrá que lidiar con ellas hasta neutralizarlas y que dejen de obturar la salida.

En Argentina tenemos que derrotar a los personeros concientes o inconcientes de esas oligarquías. No hay alternativa que merezca ser llamada tal. Si esto no ocurre la “alternativa” es el caos, la disolución nacional, el auge de movimientos e ideologías fascistoides repugnantes que, sin embargo, en tales condiciones, serán cotidianizadas y, en muchos casos, justificadas por una parte de la sociedad y de los medios de comunicación.

Las tragedias suceden día a día, sin que muchos se den cuenta. Cuando se dan cuenta ya es tarde. No existe un cartel o anuncio diario a los ciudadanos de que lo que está pasando es una tragedia. La mayoría va a ver la tragedia con el resultado puesto, no antes. La vuelta atrás es muy difícil y dolorosa, en caso de ser posible.

viernes, 6 de octubre de 2023

“A lo único que hay que temer es al temor mismo” (FDR, 4 de marzo de 1933, discurso inaugural).

En la parte final del post anterior señalé que el detonante para el cambio de régimen en nuestro país podría provenir de algún evento impactante que ocurriera antes o después de las elecciones de este mes.

También podría ser que el evento impactante en sí mismo, como sugiere Roberto Navarro, sea la consagración como presidente de J. Milei y el reseteo de la economía y finanzas de la Argentina a fin de que “cierren los números”. Obviamente eso provocará un aumento masivo de la pobreza en el corto plazo, pudiendo llegar al 70 u 80 % de la población.

Esto es posible, pero no sé si probable.

La razón de esta duda es la situación estructural y coyuntural mundial.

En efecto, la misma se caracteriza por una fluidez y dinámica intensa. No hay nada estable ni geopolítica, ni financiera o comercialmente.

Como vinimos sosteniendo en este blog, el bloque Nor Occidental transatlántico, esto es las oligarquías combinadas o en conflicto que dominan los Estados y los gobiernos en EE.UU., GB y gran parte de Europa continental, no puede librarse de la crisis monetaria y financiera que lo aqueja desde larga data, al mismo tiempo que aumentan las cargas y los costos económicos por la guerra que provocaron en Ucrania contra Rusia cuyo resultado no se da como preveían sus autores intelectuales y ejecutores en el campo de batalla.

La situación social en el mundo Occidental es muy endeble, por no decir muy mala. En EE.UU. mismo las condiciones sociales de amplias franjas de la población son deplorables.

Los cambios de régimen que se intentaron en A. L. algunos fracasaron (Brasil y Bolivia) y otros prosperaron (Ecuador y Perú). En Argentina, el que intentaron con Macri, fracasó al no poder reelegir.

En este preciso momento, la situación es de gran incertidumbre en Argentina porque no se sabe cuál puede ser el comportamiento electoral que terminará por predominar en las elecciones de este mes o en un eventual balotaje en noviembre.

Ese comportamiento electoral, además, está siendo condicionado por la situación económica del momento la que, en caso de descontrol de algunas variables, podría neutralizar el efecto de las medidas compensatorias de los últimos tiempos implementadas o a implementarse por el ministro y candidato de la UP, lo que agregaría más incertidumbre todavía. La moneda sigue en el aire, aunque no falta mucho para que caiga.

Es bastante obvio que toda esta situación local va a intentar ser explotada al servicio de un cambio de régimen que puede ser visto por sus instigadores extranjeros y sus agentes locales como una revancha del fracaso de MM.

La naturaleza “íntima” del liderazgo y sus efectos.

Lo que necesitan comprender varios dirigentes del espacio de la UP es que la capacidad de decisión, iniciativa y voluntad personal, es decir el “factor subjetivo”, incide mucho más de lo que habitualmente se cree en las llamadas “relaciones de fuerza”.

Esto no es voluntarismo, muy lejos de ello. Es entender la historia sin prejuicios, sin falsos dilemas y desde el punto de vista del que pretende cambiarla.

El origen de todos los cambios que logran realizar una cuota de justicia en medio de la injusticia es la subjetividad del liderazgo de una persona y/o un grupo de personas, cuya concepción, tenacidad, voluntad y ejecución se ponen al servicio de la construcción del camino hacia una causa colectiva.

Incluso más. La persona que ejerce el liderazgo necesita interlocutores “íntimos” para potenciarse él y los suyos.

Las profundas transformaciones de mediados de los años ’40 al ’50 del s. XX que posibilitaron la mejora significativa de las condiciones materiales y espirituales de vida de gran parte de la población argentina, no hubieran ocurrido sin la interacción armónica entre JDP y Eva Duarte. Del mismo modo, algunos de los cambios que ocurrieron durante la época K, no hubieron ocurrido sin la interacción al modo de “unidad de opuestos” entre Néstor K y Cristina F.

Esta capacidad y vocación por el cambio social se encuentra potencialmente en todas las personas, solo que pocos la pueden hacer pasar al acto. Cuantos más dirigentes puedan lograr esto, más chances tenemos de cambiar el destino que nos deparan a nosotros los poderosos del mundo, los cuales son oligarcas que ven a los pueblos como si fueran ganado humano sacrificable según sus apetencias e intereses de corto, mediano o largo plazo.

Para ellos las crisis son una oportunidad para manipular y concentrar más el poder sea éste económico, financiero, monetario, militar, político o ideológico.

Para nosotros las crisis son una oportunidad para concientizar y adoctrinar a la población acerca de la necesidad y las ventajas de construir un Estado Nacional soberano que colabore con otros Estados Nacionales soberanos, para resolver los problemas locales e internacionales.

Sin liderazgo de conducción lo colectivo no se puede formar. El que confía en la voluntad colectiva debe saber esto: que el liderazgo de conducción es imprescindible e insoslayable para formar esa voluntad.

Nuestra tarea no es prepararnos para confrontar. Es prepararnos para construir y, cuando nos confronten y ataquen por ello, estar preparados para defendernos. Nunca la confrontación per se o el consensualismo per se puede reemplazar la capacidad de concebir y ejecutar a favor del pueblo.

Así como dice Boudou que no hay temas de agenda sino construcción de agenda por alguien o que las relaciones de fuerza se cambian cambiándolas (!!), en política no hay hechos, hay quienes los hacen. JFK decía que “la política no es lo que pasa, es lo que se hace para que pase”.

Si no estamos persuadidos de esto, nada se puede cambiar y solo seremos espectadores (si sobrevivimos) de una película de terror.

Cristina algún día se va a cansar, sea por la edad o por la razón que fuese. ¿Quién va a sostener la lucha cuando eso pase?.

Lo mismo vale para el mundo.

Algún día Putin o Xi se cansarán por la edad y por el cúmulo de tareas y se retirarán. En ese caso, quién va a sostener la esperanza de la humanidad basada en sus capacidades de lucha cuando ellos no estén?

Los factores de poder que dominan los procesos fundamentales en el mundo están basados en personas. Black Rock, Vanguard, Wall Street y la City de Londres, el complejo militar industrial, etc., están gestionados por personas, por seres humanos, muy equivocados, algunos de ellos bastante monstruosos, pero no dejan de ser personas. En cuanto tales, están sometidos a las consecuencias de sus propias acciones.

El mayor condicionamiento que tienen son ellos mismos por lo que hacen. No son omnímodos, ni Dios, ni invulnerables. Muchos son malvados, pero idiotas al mismo tiempo, porque no se puede ser una cosa sin la otra, como demostró Sócrates hace 2.400 años.

La idiotez reside en la mentalidad de no hacer nada que no contribuya a la reproducción de su dominación. A la larga eso lleva a que se perjudiquen todos. JDP tenía una frase que la repetía seguido: “los que proceden mal son víctimas de su propio mal procedimiento”. Bueno, esto es lo que pasa a nivel mundial. Hay una facción que procede muy mal y quiere arrastrar a todos a ese mal.

Felizmente, ante semejante barbaridad, se produjo una reacción. Los Brics, y la variedad de organizaciones regionales abiertas impulsadas por China y Rusia en Oriente y África, son la exteriorización de esa reacción.

Reaccionan a la negación del desarrollo, la ciencia y la tecnología al 75% de la población mundial y al intento de encorsetamiento como engaña pichanga a través del “orden basado en reglas” (!?), la “economía verde”, la “descarbonización”, “energías limpias”, etc., etc.

Hubo gente que se puso a hacer cosas sin fijarse si reproducía o no la dominación de las oligarquías occidentales. Obvio que eso llevó al escalamiento del conflicto geopolítico que tenemos hoy.

Nuestro querido país está obligado moralmente y en su propio interés político y económico a hacer honor a esa reacción mundial del 75 % de la humanidad que quiere desarrollarse y vivir mejor.

Hagámonos cargo de que no hay otra alternativa.

No es cierto que “los gobiernos pasan y el pueblo queda”. Que Milei es débil y va a pasar.

¿Los 30.000 desaparecidos, quedaron?. Todos los que murieron por causas evitables relacionadas con el aumento de la pobreza e indigencia en los últimos 47 años, quedaron?.

Bueno, si se sigue pensando de manera “normópata”, lo que siga va a ser peor, mucho peor.

El irresistible encanto de lo cotidiano, del día a día, con sus estupideces y superficialidades diversas, frivoliza a las personas. Por esa vía pasan los genocidios y la desaparición de países enteros.

Hay que resistirse a eso. Asumir la gravedad de las circunstancias locales y mundiales pero no para dejarse amedrentar, amilanar o atemorizar (de allí el título de este post), sino para tener en claro dónde estamos parados y pensar con frialdad en las soluciones con optimismo, en la inteligencia de que, por esta vez, la lucha por nuestros intereses individuales, va a haber que dejarla para después, porque lo que está en juego son los intereses y el bienestar de la gran mayoría de las personas y familias que viven en nuestra querida patria.

Primero salvémonos todos, lo demás se dará por añadidura.

sábado, 2 de septiembre de 2023

En el caso poco probable (aunque posible) de ganar Milei, ¿cuál será el “incendio del Reichstag” a lo argentino?.

Venimos formulando –persistentemente- la hipótesis según la cual las oligarquías globales, combinadas y/o en conflicto, recurren al expediente político del cambio de régimen dentro del repertorio “neofascista”, en condiciones de crisis sistémica de las formas económicas, monetarias, financieras y geopolíticas conocidas, a fin de evitar que la salida de la misma sean alternativas nacionales y soberanas en cooperación.

Esas oligarquías ven el cambio de régimen al neofascismo como una forma de debilitar estratégicamente a los que ellas creen son sus adversarios potenciales y/o reales y de mantener la hegemonía luego de patear el tablero. Las consecuencias usuales de esos cambios de régimen pueden ser guerras y represión, basadas en la creación de enemigos internos y/o externos, además de las económicas, financieras y monetarias.

Según la magnitud del cambio de régimen que desean, necesitan un detonante o un hecho lo suficientemente impactante como para que se les facilite a posteriori la legitimidad ante la opinión pública que el nuevo régimen necesita.

Por ejemplo, en EE.UU. los ataques con aviones a las Torres Gemelas y al Pentágono en el 2001, posibilitaron posteriormente la derogación práctica con las “leyes patriotas” de secciones enteras de la Constitución estadounidense referida a los derechos y garantías individuales.

Luego de esos atentados siguió la intervención en Afganistán y un aumento considerable del tráfico de opio cuando la provincia de Helmand quedó bajo control de los británicos, la guerra de Irak y su destrucción y el asesinato judicial de su gobernante (Sadam H), la destrucción de Siria y de Libia y el asesinato (no judicial) de su líder (Gadafi) y el golpe de Estado en Ucrania, la dictadura de partido único allí “justificada” por la guerra actual.

El pretexto fue el terrorismo del cuco Osama Bin Laden, las armas “qúimicas” de Sadam (jamás encontradas) y, también, aunque parezca chiste, la “intervención humanitaria”, doctrina inventada por Blair, primer ministro “progre” de Inglaterra.

Si nos remontamos más atrás en la historia, el incendio del Reichstag (fines de febrero de 1933) facilitó la legitimación del cambio de régimen de Hitler (nombrado canciller el 30/1/33 luego de perder 2 millones de votos en la última elección de fines de 1932) con el plebiscito de una semana después (principios de marzo de 1933), donde sí ganó la elección, en el contexto de una dictadura incipiente y persecución de opositores.

Luego de eso, vinieron 6 años de rearme de Alemania ayudada por el Banco Central de Inglaterra (Montagú Norman) y sus socios en Alemania (Hjalmar Schacht) y en EE.UU. (Prescott Bush abuelo, Harriman) quienes financiaron a F. Thyssen, quien, a su vez, financió a Hitler.

El caso de Mussolini fue parecido, el gobierno de su majestad británico le pagaba un sueldo semanal desde muy temprano.

Todo esto a mucha gente le puede parecer como “teoría de la conspiración”, pero fue publicado en medios como Infobae, La Nación, Ámbito Financiero, entre otros. En algunos casos los medios publican bajo el rótulo de “polémico” pero la información real está disponible desde hace muchísimo tiempo.

Para su ilustración pueden ver estos links:

https://www.infobae.com/2004/09/25/141860-polemico-articulo-periodistico-vincula-bush-los-nazis/

https://www.ambito.com/mundo/investigacion-asegura-que-mussolini-fue-espia-britanico-italia-n3587451

https://actualidad.rt.com/actualidad/452593-eeuu-reino-patrocinio-alemania-nazi-guerra

El Presidente de Rusia V. Putin, hace no mucho, en un extenso artículo, indicó la complicidad angloamericana con Hitler.

Todo esto indica que los cambios de régimen no son un asunto meramente local, son asuntos globales, en el sentido estricto de que son fuerzas sociales del “ecosistema” financiero que trasciende las fronteras de los países. El oligarquismo siempre tuvo un tejido globalista, imperialista. Esto no es de ahora, viene de siglos y siglos.

Los cambios de régimen mencionados precedentemente se manifestaron localmente pero son producidos en forma global y tienen repercusiones globales. Condujeron a guerras mundiales o a cambios geopolíticos que tienen la potencialidad de conducir a guerras mundiales.

También existen cambios de régimen a niveles locales cuyas repercusiones no tienen ese alcance mundial, pero no significa eso que sean asuntos meramente locales. Estos cambios de régimen menores se eslabonan con los otros mayores.

En el caso argentino, por ej., el cambio de régimen que se produjo a partir del golpe de marzo de 1976 y la dictadura subsiguiente, tuvo como antecedente la hiperinflación del Rodrigazo, la violencia político-ideológica y la represión a la guerrilla, en un escenario signado por la pérdida del rumbo ocasionado por la muerte de JDP. Los instigadores civiles y del mundo de las finanzas de ese golpe querían un régimen de apertura comercial y financiera que se adapte a la etapa especulativa posterior al desacople del dólar y el oro (agosto/1971, Nixon), petrodólares y tipos de cambio flotantes (conferencias monetarias Rambouillet de 1975). Con Martínez de Hoz se logró esa adaptación.

El otro cambio de régimen fue el de la convertibilidad (1991-2001), antecedido por las hiperinflaciones de 1989/90. El objetivo de los instigadores de ese régimen era desmontar toda capacidad económica del Estado y mecanismos de control a fin de adaptar el país a otra nueva etapa especulativa del sistema financiero internacional luego de la crisis financiera de 1987 y ascenso de Greenspan como presidente de la RF en EE.UU. y el fin del sistema soviético.

Estos cambios de régimen políticos, económicos, monetarios y financieros, lo que hacen es desarmar el escenario que encuentran y armar uno nuevo. Pero como al desarmar el escenario antiguo se van a producir muchas protestas, necesitan eventos legitimadores que amortigüen y logren, por lo menos, el apoyo tácito de una parte de la ciudadanía, aunque sea por omisión de quejarse.

Entonces, en este punto, los instigadores del cambio de régimen necesitan 2 escenarios:

1) La desintegración desde adentro del régimen que quieren cambiar (parecido a 1975), o, en su defecto,

2) La producción de un evento impactante a modo de detonante.

Si Massa, Cristina y el K, logran llegar vivos al balotaje y si las encuestas dan probabilidad de ganar en el balotaje, es bastante probable que los instigadores del cambio de régimen por el cual Milei va a dar la cara, no se resignen a perder y prepararen un evento impactante, que podría ocurrir poco antes o después de las elecciones de octubre.