jueves, 25 de enero de 2024

Felicitaciones a los dirigentes de la UOCRA, SMATA, Camioneros y movimientos sociales.

En el post anterior decía que "Hay que dominar bastante las emociones, porque la ira y la bronca son malas consejeras y le hacen el juego a los intereses que nos quieren hundir. Necesitamos dirigentes que sientan profundamente el drama del pueblo pero que, a su vez, tengan la cabeza lo suficientemente fría como para eludir daños innecesarios".

Bueno, ayer se evitó lo que podría haber sido una desgracia y un desastre en el puente Pueyrredón gracias al temperamento prudente e inteligente de algunos dirigentes de las organizaciones mencionadas en el título.

Sino hubiera sido por eso no se habría podido evitar el enfrentamiento de los manifestantes con la policía federal y la prefectura que impedían el paso haciendo un cerrojo sobre el puente.

Después de algunas negociaciones frustradas con los responsables del "operativo Bullrich", los dirigentes ordenaron el retiro de las columnas que intentaban cruzar hacia la Capital.

Esto no fue una derrota de los 2000 o 3000 manifestantes que querían pasar, fue una decisión inteligente de los dirigentes que evitaron pisar el palito y que se produzcan hechos desgraciados que hubieran costado heridos o muertos.

Esto es pensar con la cabeza fría. No por eso se pierde "combatividad". No hay que caer en tentaciones. Hay que saber leer las intenciones del contrario para eludir las trampas.

No debe caerse en la violencia porque eso favorece a nuestros enemigos. La lucha incluye poner el cuerpo pero con astucia e inteligencia, sin hacerles el juego.

Y cuidado con aquellos que incentivan la radicalización. Una gran parte del pueblo sabe lo que no quiere pero todavía no sabe lo que sí quiere. La radicalización, en estas condiciones, también es hacerle el juego a nuestros enemigos.

Vuelvo a repetir por enésima vez. Nuestros enemigos no son ni Milei, ni Magnetto, ni siquiera Macri. Ellos solo son personeros, lo sepan o no, de intereses foráneos, a los cuales están subordinados.

Por su parte, Milei está engrampado en una interna oligárquica global en una situación estratégica para ellos muy complicada a nivel mundial.

Así que en esta difícil coyuntura táctica y estratégica congratulo a los dirigentes que ayer no pisaron el palito en el puente Pueyrredon.

martes, 23 de enero de 2024

Recuerdos del pasado y el paro con movilización de mañana. Temor por la represión y/o algún atentado y el caos.

Me vienen a la mente algunas imágenes que presencié en Plaza de Mayo e inmediaciones hacia fines de 1988 en ocasión de un paro y movilización de la CGT. Yo era muy joven, apenas veinte y poquitos años. Ya había participado en numerosas manifestaciones desde la última etapa de la dictadura (fines de 1981) cuando tenía 16 años. Pero nunca había visto lo que presencié en ese paro y movilización que fue en setiembre de 1988.

Vi cómo agentes de civil (probablemente de la SIDE de aquel tiempo) e, incluso, uniformados, cometían delitos (rotura de vidrieras, incitación al robo), con el único fin de generar caos y confusión para desprestigiar al movimiento obrero y al peronismo a la sazón opositor al gobierno de Alfonsín.

También vi cómo algún móvil de la TV montaba un espectáculo haciendo fogatas o incendios en la calle o en las veredas y las cámaras filmaban al ras del piso y en primer plano para distorsionar la magnitud del fuego que se mostraba por los canales estatales de TV.

Esto en medio de corridas, gases lacrimógenos arrojados con disimulo desde vehículos policiales, palos, etc., etc. Yo por suerte salí ileso, pero hubo muchos detenidos y heridos.

Esos sucesos me sirvieron para darme cuenta de lo fácil que es desnaturalizar una manifestación de protesta u oposición cuando algún poder estatal o paraestatal se lo propone.

En retrospectiva, veo aquél suceso como producto de la imbecilidad política de algunos personajes del entorno de Alfonsín con influencia en los aparatos de seguridad y en los medios de comunicación que utilizaron “mano de obra desocupada” de la época de la dictadura. Esa misma imbecilidad política llevó, unos meses después, a que militantes ex ERP tomaran el cuartel de la Tablada.

En el contexto político de aquel tiempo Menem, quien venía de una victoria espectacular e inesperada en la interna del peronismo contra Cafiero, era visto como un factor rupturista del statu quo, y el establishment local y global veía con malos ojos una potencial alianza con el “nacionalismo del ejército”, el cual tenía muy mala prensa.

Posiblemente, los años 88/89 fueron los años clave en los que el establishment pudo cortar de cuajo las ideas o “planes” o “proyecto” (medio en el aire) que querían reflotar una “alianza nacionalista” para dar una alternativa posible a la época posterior a Alfonsín. Todo se hizo para disciplinarlo a Menem quien se paseaba por el país como si fuera Facundo Quiroga redivivo.

La imbecilidad política de sectores del alfonsinismo radicó en que se dejaron manipular creyendo que eran ellos los que manipulaban. En otras palabras, sus intereses y ambiciones mezquinas facilitaron que sean cómplices de manipulaciones foráneas.

En los tiempos actuales la única restricción que tiene el establishment para manipular el escenario local argentino es solamente la crisis mundial que los condiciona. Por ahora no hay factores internos organizados que puedan neutralizar sus designios. El 45% de la población que votó en contra, más otro 5% que esté ya arrepentido de votar a favor, no son suficientes para neutralizar al establishment en el marco de un mínimo orden.

Mi temor es que desde organismos de seguridad estatal y paraestatal se hayan estado organizando y planificando atentados para el día de mañana. Estoy haciendo una suposición en base a la lógica política imperante. Ojalá no pasen más que las escaramuzas habituales con las fuerzas del aparato represivo en este tipo de manifestaciones. Ojalá que ni eso pase.

Pero es muy fácil, en la coyuntura actual, desnaturalizar la oposición y las manifestaciones de protesta de los perjudicados por las actuales políticas económicas. Aunque si bien no existen los agentes con experiencia del aparato represivo de la dictadura que siguieron operando bajo el gobierno de Alfonsín, está la ministra de seguridad P. Bullrich, quien ya tiene experiencia, por su desempeño bajo el gobierno de Macri, en lo relacionado con operaciones ilegales o clandestinas o paraestatales. Seguramente aprendió de las tácticas maquiavélicas y siniestras del FBI estadounidense.

No veo otras alternativas del establishment. Si deja que la oposición crezca se puede convertir en alternativa política de salida al actual experimento “libertario”; sino, tienen que seguir a como dé lugar, para lo cual tienen que lograr producir una dinámica de violencia o enrarecimiento de la política a fin de neutralizar a la oposición. 

Quizá si la manifestación del miércoles es muy masiva genere precauciones en el establishment y pongan pausa momentánea en sus planes.

Es un círculo vicioso y la tentación es salir por medio de la violencia. Hay que tener dirigentes muy capacitados para navegar en estas aguas sin hacerle el juego a esa tentación.

Pero siempre hay que tener claro que, si se desata la violencia a partir de mañana o después, siempre es instrumentada e instrumentalizada por intereses foráneos, aunque sea operada por personajes locales u adopten la apariencia de disputas internas.

Los intereses foráneos son siempre los que diseñan el escenario para que los actores nativos se suban a él y actúen.

Hay que dominar bastante las emociones, porque la ira y la bronca son malas consejeras y le hacen el juego a los intereses que nos quieren hundir. Necesitamos dirigentes que sientan profundamente el drama del pueblo pero que, a su vez, tengan la cabeza lo suficientemente fría como para eludir daños innecesarios.

jueves, 18 de enero de 2024

La presidencia de Argentina se convirtió en un espacio de disputa de la interna oligárquica global.

Una de las pocas cosas o la única cosa verdadera que dijo Milei en Davos es aquello de que “Occidente está en peligro”. Esto es sintomático de lo que en realidad pasa a nivel mundial.

Son las oligarquías occidentales que perciben o “sienten” que el sistema que construyeron a lo largo de más de 55 años está a poco de sucumbir.

Obvio que ellas racionalizan y no reconocen que el proceso de crisis que aqueja al sistema en sus formas monetarias, financieras, comerciales y geopolíticas es intrínseco a las premisas en que dicho sistema descansa.

En lugar de reconocer esto, le echan la culpa a las “autocracias” rusa y china que no respetan el “orden basado en reglas” (sic).

La gente sensata del mundo se da cuenta del curso de colisión que lleva el tren angloamericano. Algunos, los más avanzados, hace rato que saltaron de ese tren y construyeron otros medios de viajar en otra dirección. Los menos avanzados, a instancias de los más avanzados, tratan de organizar una salida más o menos ordenada en la próxima estación, antes de que sea demasiado tarde. Estas son las preocupaciones que, a nivel mundial, tiene la gente y los gobiernos sensatos, sean de África, Asia o América Latina.

La gran mayoría del mundo, que cuantifico en torno al 75% de la población mundial, está dentro del camino de la sensatez. Sin embargo existe un 25% que, lamentablemente, no. Siendo un poco optimistas, quizá la mitad de ese 25 % tengan dudas acerca del camino angloamericano.

Lamentablemente, la otra mitad, unas mil millones de personas están siendo llevadas al desastre con su propio consentimiento. Sería bueno que este porcentaje se reduzca bastante porque le quitaría aún más margen de maniobra a las oligarquías angloamericanas y sus lacayos.

Obviamente, esas oligarquías a predominio angloamericanas, no aceptan esto porque creen que, si sigue ese desarrollo a nivel mundial, su propio poder e influencia menguarán.

En consecuencia, hacen todo lo posible por provocar trastornos geopolíticos que impidan (en su creencia) que otros actores crezcan en influencia si tal dinámica continúa.

Me refiero, cuando digo dinámica, a que tanto Rusia como China están absolutamente unidas en generar un movimiento mundial internacional centrado en el desarrollo de los pueblos y las naciones. Hacen esto porque tienen líderes de conducción que comprenden muy bien el juego occidental angloamericano y el peligro que ese juego representa para la existencia y la identidad de sus propias naciones.

Por suerte para el mundo actual, Putin y Xi son personas que siguen principios superiores de gobierno que no pierden de vista nunca que la única legitimidad para gobernar es el bienestar del ser humano. Si este no fuera el caso, quizá el mundo hace rato hubiera sido destruido o autodestruido.

Esta dinámica mundial incide en el pensamiento de los oligarcas occidentales considerados individualmente o en sus combinaciones o grupos. Algunos están aterrados no tanto por lo que hacen Rusia y China sino por la locura de algunos de los propios socios selectos del club oligárquico.

Por ejemplo, a pesar de las tonterías que sobre Milei dice Elon Musk, éste tiene clara conciencia de la insensatez de la política occidental de Europa y EE.UU. contra China y Rusia.

Seguramente tienen otra idea distinta a la del Sr. Musk, el sobreviviente de los hnos. Koch (patrocinador original que a través de sus fundaciones engendró a Milei), los verdaderos dueños de Black Rock o Vanguard, etc. No sería extraño, puesto que éstos últimos son los dueños de las empresas de armas del complejo militar-industrial-financiero.

Esto ha pasado muchas veces en la historia. Cuando se agudiza una condición crítica se producen clivajes y rupturas a nivel de las élites donde antes había unión o, por lo menos, posibilidades de gestión del consenso.

El lado negativo de esto es la locura y el salto a la guerra mundial. Estos son impulsos muy arraigados en el núcleo duro oligárquico y en el ser humano. Antes de perder, muchos tienen la tentación de arruinar el juego, lo que se dice comúnmente “patear el tablero”.

Sin embargo, hay veces que liderazgos muy especiales, evitan lo que para otros es imposible de evitar o encuentran salidas que para otros son imposibles de encontrar.

Ojalá algo bueno para nuestro país salga de esta interna oligárquica. Si implosiona o se derrumba el sistema oligárquico por sus propias contradicciones, quizá nos ahorremos sangre y violencia en nuestro propio país.

Si eso llegase a ocurrir, es posible que algunos de los que consideramos hoy nuestros enemigos, estén de nuestro lado.

Cuando se cortan los hilos de la marioneta, ésta deberá buscar su propia identidad.