martes, 23 de julio de 2024

Beethoven, la ciencia y la política.

Esta obra


se estrenó originalmente hace 200 años, cuando su autor tenía unos 54 años y, probablemente, empezó a tomar forma en su propia mente 30 años antes de eso, quizá en la época en que empezaba a quedarse sordo.

Para llegar a semejante concepción y ejecución se tuvo que subir a hombros de gigantes que le precedieron (Mozart y Bach). Y, desde allí, creó lo suyo, algo sublime. No hizo refritos de sus antecesores. No sacó de una partitura allá o de acá o de más allá. No solo recorrió, otra vez, los mismos peldaños de la escalera de sus predecesores, sino que creó y agregó su propio peldaño.

El secreto de los genios es que pueden re experimentar en su propia mente el proceso mental de los descubridores que les precedieron que no es lo mismo que jugar a deducir a partir de la apropiación de los resultados que se obtuvieron como su consecuencia.

En la política (y en la ciencia también) pasa parecido. Las grandes transformaciones que mejoran la vida de los pueblos son el efecto, en última instancia, de líderes creativos que, montados a hombros de los gigantes que les precedieron, logran plasmar en la concepción y en la ejecución su proceso mental único y original.

La reconstrucción futura de nuestra querida patria va a necesitar ineludiblemente un o una líder de conducción creativo/a. Y, de nuevo y como siempre, él o ella tendrá que montarse sobre los hombros de los gigantes que le precedieron para plasmar su propia y original concepción y ejecución, resolviendo lo que las doctrinas e ideologías anteriores no pudieron resolver.

La única manera de mantener viva la llama de la inspiración que dio lugar a un Rosas, a un Yrigoyen o a un Perón o a una Evita es que surja una nueva inspiración que dé lugar al futuro líder de conducción.

Yo estoy muy de acuerdo con la confrontación y la lucha contra las injusticias, pero eso lo hacen las masas. Para recorrer el camino de la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación necesitamos al pueblo. Y para tenerlo a éste, necesitamos al líder o la líder de conducción.





viernes, 19 de julio de 2024

Sofismos generados por la contaminación e instilación de la doctrina geopolítica angloamericana y el problema de los intelectuales.

1) “Rusia invadió a Ucrania, ergo, es el agresor y el que inició la guerra”.

Si a Ud. viene alguien y lo ataca, primero trata de esquivar y luego reacciona para tratar de neutralizar al atacante, en esa tarea va a tener que tirar alguna trompada. Supóngase que su atacante tiene un cómplice que es periodista que está a unos metros de donde se desarrolla la escena, y ese periodista le saca una foto justo cuando Ud. tira la trompada y, al día siguiente, la publica diciendo que Ud. es un agresor. Le dicen a 2.000 millones de personas que Ud. es un agresor cuando se estaba defendiendo de un ataque.

Luego, imagínese que Ud. es Rusia.

Pero la realidad es mucho peor que el escenario de la suposición precedente. Porque Rusia sabía que se estaba organizando el ataque a los territorios de población rusa en el Sudeste de Ucrania desde el 2014, año del golpe de Estado en Ucrania patrocinado por EE.UU. e Inglaterra. Rusia estuvo 8 años tratando de atajar los innumerables ataques a los pueblos de esas regiones que no acataron el golpe de Estado, y trató de llegar a una situación estable por medio de los acuerdos de Minsk. Merkel, una de las garantes de los acuerdos hace poco confesaría que se estuvo engañando a Rusia para ganar tiempo para que la OTAN pueda armar a Ucrania.

La táctica geopolítica es que la provocación quede más o menos encubierta y en la penumbra. Esto lo garantizan los medios de información que durante 8 años estuvieron escondiendo las masacres de civiles en el Donbas. Por su parte, la reacción a la provocación es publicada en todas partes en una campaña de acción psicológica. Esa táctica es parte de una estrategia geopolítica que es el “cambio de régimen” en los países díscolos que tienen liderazgos que intentan liberarse de lo que JDP llamaba “férula imperialista”.

2) “Hay que respetar el principio de integridad territorial de Ucrania”.

Un principio tal es para un pueblo, no es un fin en sí mismo. Los principios se respetan para garantizar el bienestar de un pueblo. Si la “integridad territorial” se convierte en una forma de encubrir y garantizar el genocidio y la represión física y cultural de una porción significativa de un pueblo, deja de servir al principio superior del bienestar del pueblo, es decir, deja de ser un principio para convertirse en un medio de sojuzgamiento y arbitrariedad.

Por eso, es una tontería sofista hablar de la “contradicción entre el principio de integridad territorial y autodeterminación del pueblo”, no hay ninguna contradicción porque no se vuelve uno contra el otro, sino que se usa uno como pretexto contra el otro. Al usarse así, el principio deja de ser tal, porque un principio no puede violarse a sí mismo, no puede ser un fin en sí mismo, ignorando al principio superior al que responde.

Esto me hace acordar cuando le discutían a Perón el “principio de neutralidad” histórico de Argentina. Perón les decía a los impugnadores de la decisión de declarar la guerra a Alemania, un mes antes del suicidio de Hitler (declaración sin repercusión práctica militar alguna), que el principio de neutralidad se hizo para salvaguardar los intereses de la Nación, no era un fin en sí mismo.

También me hace recordar cuando en 1955 los oficiales leales a Perón le aconsejaron a él que hiciera aplicar la justicia militar, con ejecuciones y fusilamiento de los sublevados. Perón les dijo que la Constitución y las leyes se hicieron para la Nación, ésta no es para la Constitución y las leyes. Que el valor superior que había que defender es la Nación misma, o sea al pueblo, evitándoles perjuicios y sufrimientos materiales y espirituales.

Como puede apreciarse, JDP siempre estaba pensando en el bienestar del pueblo, en evitarle perjuicios y sufrimientos. Todo lo demás está subordinado a eso.

3) “La última expansión de la OTAN responde a los temores que tienen los países al poderío militar ruso”.

El supuesto aquí es que esos “temores” son de países soberanos que “solicitan” la incorporación a la OTAN libres de todo condicionamiento y presión.

Suecia y Finlandia, por ej., son países que sucumbieron a las presiones tremendas de los personeros de las estructuras de la OTAN y del sistema angloamericano. Es una ingenuidad lindando con el ridículo pensar que se trató de acuerdos de caballeros de países soberanos con otros caballeros de países soberanos de la OTAN.

Es obvio que ese trasfondo en el que la “férula imperialista” doblega 2 siglos de tradición neutral de gobiernos en un determinado país, no puede presentarse a la opinión pública así. Sería una indecencia. Tienen que armar el espectáculo de la sofistería. Entonces dicen: “Suecia solicitó ...”; “Finlandia preocupada por su seguridad pidió ...”; etc.; etc. Lo que me cuesta entender es cómo hay gente que se autopercibe como peronista, se cree esta superchería. Perón se pasó toda la vida desenmascarando las supercherías.

Ese supuesto “temor” de esos países, a partir de ahora, se va a ir haciendo realidad porque Rusia, ante la situación creada en el Norte de Europa con la OTAN, va a crear nuevas divisiones de su ejército y colocará infraestructura con misiles que apuntarán a Suecia y Finlandia. Cosas que nunca se les hubiera ocurrido a los rusos hacer antes de que esos países “se preocuparan por su propia seguridad”.

El problema que tienen demasiados analistas e intelectuales es que, por las costumbres y hábitos de su formación intelectual, componen la realidad como un “collage”, tratando de compaginar lo que leyeron allí, allá, acá, más allá, etc.

La imagen que resulta solo parece coherente si se parte de axiomas y postulados arbitrarios, sino no. Si uno por medio de ideas-hipótesis va profundizando se va dando cuenta que no hay tal collage, que eso es una apariencia, que no resiste a la indagación más profunda.

Pero como esa indagación requiere mucha más concentración, energía y un grado de aceptación de la propia subjetividad que arriesga ideas e hipótesis, se desiste rápidamente y se recurre enseguida al collage, tomar de allí, de acá, etc., dándole a todo una pátina según el axioma y postulado de predilección.

No se puede defender lo colectivo, lo popular, lo nacional, si negamos nuestra propia subjetividad al disolvernos o confundirnos con discursos de otros, sean dominantes, contrahegemónicos, o los que sean.

Las soluciones residen en las mentes y los corazones de las personas, de los individuos. Sin esas soluciones el colectivo no se puede formar más que en modo reactivo, de “masas”, no de pueblo.

La transformación de la masa en pueblo, como pensaba JDP, necesita de individuos que pongan en juego su propio criterio, su creatividad educada y cultivada.

El origen de las mejores doctrinas e ideologías y teorías científicas reside en eso, no es más que una proyección más o menos organizada y objetivada de ese factor subjetivo.

Pero ese factor subjetivo no debe desaparecer nunca, ni puede ser reemplazado nunca por doctrina, teoría o ideología alguna.

En todos los “marcos teóricos” tarde o temprano se presentan problemas, porque son finitos y la realidad parece que no, es infinita y dinámica. Cuando esos problemas se presenten no existirá un marco teórico previo que los resolverán. Habrá que crear otro y, para eso, volver a hacer funcionar la “usina” de nuestra mente.

Así como no existe una comida de un día que nos ahorre usar la boca todos los días, sino que debemos usar la boca para comer todos los días, lo mismo ocurre con la mente, debemos usarla todos los días, no hay una doctrina fija que nos ahorre el trabajo de pensar, o, a lo sumo, si la hay, es por un tiempo bastante transitorio.

miércoles, 17 de julio de 2024

Sobre el “pensamiento axiomático” y lo desconocido.

Con motivo de un artículo de Hannah Gurman que rescata el excelente Blog de Artemio López

Los ultraconservadores se sienten optimistas - Jacobin Revista (jacobinlat.com)

hice un comentario en dicho blog que me parece oportuno publicarlo aquí.

Aquí va.

Artemio querido, estos análisis son incompetentes para entender casi nada de lo que pasa en el mundo.

El mundo no es una amalgama de países en compartimentos estancos cruzados por coordenadas nativas “derecha”, “izquierda”, “ultraderecha”, etc. Eso es el juego de las apariencias, nada más.

El problema en EE.UU. como en Argentina y muchos otros lados es cómo se liberan sus pueblos con los líderes que tengan de estructuras imperiales que los sojuzgan. Esas estructuras, cuyos soportes son oligarcas y toda la servidumbre que está a su servicio, usan a la izquierda y la derecha como mejor les conviene.

No hay que mirar el árbol que nos tapa el bosque. Hay que alejarse un poquito y ver el panorama donde está el bosque. El árbol que se estaba viendo era un elemento más de ese bosque.

Pasan muchas cosas todos los días en todos lados, mucho más de lo que logra percibir el “pensamiento axiomático” basado en axiomas y postulados y su retícula de teoremas asociado. Ese pensamiento axiomático es absolutamente empobrecedor. Es como mirar un iceberg y creer que es de telgopor y flota íntegramente sobre el agua. Es peligroso eso. Mirá si a alguien, creyendo eso, se le ocurre zambullirse y nadar por debajo del Iceberg. Se va a romper la cabeza.

Ya estamos en un punto de la evolución y situación mundial que hacen obsoletos los ideologismos axiomáticos, sean de derecha o de izquierda, progresistas o conservadores, marxistas, etc., etc.

No puedo comprender por qué no se le hace caso a Cristina que dijo y escribió que esas categorías no sirven para entender el mundo actual. No lo dijo ni escribió una sola vez, sino dos, tres o cuatro veces.

Esto que sigue es una de las tantas perlas que se pueden encontrar en JDP.

Para apreciar con cierta profundidad la situación particular de un país cualquiera en la actualidad [imaginar ahora, esto lo dijo días antes del Cordobazo, hace 55 años], es imprescindible penetrar en los aparentes misterios de la situación general del mundo de nuestros días, de su evolución acelerada, de su futuro inmediato y mediato, de las fuerzas potenciales que actúan y sus objetivos probables … Pretender resolver los problemas que intrínsecamente corresponden a un país aislado puede ser un salto en el vacío.”

Nadie puede defenderse de lo desconocido. Por eso se hace necesario desentrañar entre el fárrago de sucesos y circunstancias la verdadera intención oculta y generadora de futuros acontecimientos”.

(textual).

El pensamiento axiomático basado en el ideologismo “derecha/izquierda” lo que hace en la práctica es eliminar la incertidumbre que significa el lidiar con lo desconocido. Porque el lidiar con eso implica sostener una concentración y una disposición a generar un pensamiento que hasta ese momento no existía. Esa es la única manera de hacer conocido lo desconocido.

El efecto que causa el pensamiento axiomático “izquierda/derecha” es recurrir automáticamente a la retícula de teoremas asociados a ese pensamiento y sobreponerlos a los problemas o enigmas que habría que resolver. Es decir, en esa actitud no hay disposición a admitir problema o enigma alguno al que haya que prestar atención y dedicar energías para resolverlo con un proceso de pensamiento creativo. Solo hay reconocimieto de lo ya conocido y su aplicación automática.

Mi hipótesis es que la resistencia a rescatar la innumerable cantidad de perlitas que nos dejó JDP tiene que ver con esa actitud de no querer lidiar con lo desconocido. Esto es producto de factores netamente emocionales que tienen consecuencias en el tipo de racionalizaciones que se hacen, manteniendo estancadas las posibilidades de evolución ideológica y doctrinaria.

domingo, 14 de julio de 2024

Sobre el intento de asesinato a Trump y la epistemología.

El 25 de agosto de 2022, una semana antes del intento de asesinato de CFK, pronosticaba en un post de este mismo blog la posibilidad y probabilidad de dicho suceso y establecía el parangón existente entre la persecución a ella y la del ex presidente estadounidense que se les hacía a través del lawfare.

DE NUEVO SOBRE EL IMPERIALISMO: ¿Por qué la proscripción judicial de CFK es exactamente la misma que la de Donald Trump?. (oti-blog.blogspot.com)

Antes de eso, también había pronosticado el futuro de Trump aquí:

DE NUEVO SOBRE EL IMPERIALISMO: El poder de pronosticar es una ventaja de las teorías e ideas subjetivas correctas. (oti-blog.blogspot.com)

Aquí verifiqué la veracidad de los pronósticos que había realizado:

DE NUEVO SOBRE EL IMPERIALISMO: Control de veracidad de 7 pronósticos fundamentales. (oti-blog.blogspot.com)

Evalué que el cumplimiento de los pronósticos realizados con mucha anticipación eran un indicio de que las proposiciones teóricas que había formulado aquí, al final de este post, eran fundamentalmente correctas.

DE NUEVO SOBRE EL IMPERIALISMO: Cuenta regresiva. (oti-blog.blogspot.com)

Como dichas proposiciones no dependen para su validez de la fuerza de algún “sistema argumentativo” en base a axiomas y postulados preestablecidos o de cualquier clase de principios de autoridad o ideología alguna, sino simplemente del hecho que los pronósticos realizados se cumplieron y yo nada tuve que ver en el hecho de que se cumplieran, no necesito argumentar nada o añadir nada a las proposiciones teóricas planteadas.

Pero, dicho eso, sí quiero señalar cuál es la razón de porqué los “ideologismos”, sean cuales fueran (centro, izquierda o derecha) no pueden acceder a la comprensión profunda de la realidad, sea local o sea mundial, que son dos facetas de la misma cosa, cometiendo casi siempre los mismos errores de apreciación en sus análisis.

Tomemos el caso de “ser de izquierda”, porque está más familiarizado con la ideología progresista cercana a un importante sector de la sociedad y de muchos politizados.

Las ideologías no tienen nada de malo, el problema es cuando los ideologizados sesgan la realidad para que quepa dentro de una ideología, lo cual puede generar una “satisfacción personal” pero nada aporta a lo colectivo, lo disfracemos como lo disfracemos.

Ser de izquierda no es una garantía ni moral ni política porque el conocimiento de la realidad no depende de lo que Aristóteles llamaba “suposición o principio autoevidente”, es decir, no depende de axiomas, sino de ideas-hipótesis que deben producirse y justificarse, no con teoremas deducidos que dependen de axiomas.

Por ej., las fórmulas “dictadura del proletariado”; “colectivización de los medios de producción”; “independencia de clase”; etc., no son ideas-hipótesis, son formulaciones basadas en sistemas argumentativos (Marx, Lenin, Trotsky, etc.).

Desentrañar la realidad económica, política o social, implica un trabajo de desciframiento a partir de anomalías, problemas o paradojas con vistas a generar ideas-hipótesis que las resuelvan.

Por lo general, resolver esas anomalías, problemas o paradojas, implica poder discernir los principios subyacentes que están operando en la realidad. Esto es muy distinto a deducir de axiomas preestablecidos y hacer malabarismos para que encajen. Los axiomas generan esclavos, o sea los fanáticos de esos axiomas.

Con esclavos mentales no nos podemos liberar de nada, ni de los axiomas que creemos que son los correctos a los que nos limitamos a adherir o no, ni de la realidad que nos oprime y que no podemos transformar o cambiar o reformar.

El proceso mental que me llevó a producir las proposiciones teóricas formuladas en el post del 20 de agosto de 2020. me permiten apreciar que los soportes oligarcas del imperialismo están entrando en una fase en la que intentarán crear plataformas a mediano y largo plazo desde las que, en varias localidades del mundo de todos los continentes, les permita continuar y escalar la guerra contra China y Rusia.

Eso supone una profundización y una escalada de la guerra actual para llevarla a otro nivel y una intensificación de la interferencia dentro de una multitud de países y escenarios a nivel mundial. Echarán mano de toda clase de recursos antes de sucumbir. Asesinatos, golpes de Estado (incluso dentro de EE.UU.), etc., etc.

El núcleo duro de las oligarquías del partido de la guerra no quiere desistir y va a intentar forzar la realidad en cualquier escenario que consideren conveniente, deshaciéndose de políticos potencialmente peligrosos para sus intereses y planes (Fico de Eslovaquia, a quien ya quisieron matar, Orban de Hungría, Lula de Brasil, etc.).

Esperemos que no ocurra lo de fines de los años ‘60 y principios de los ‘70 cuando lograron encontrar una salida a la decadencia de entonces que les dio medio siglo más de hegemonía. Esta vez, en el lado de los pueblos hay líderes (Xi y Putin) bastante mejores que los de aquel tiempo, que están organizando una salida a nivel mundial, haciendo cooperar a los países e incentivándolos a aumentar sus grados de soberanía y autonomía, en torno a ideas de desarrollo en base a la construcción de infraestructura a gran escala, la ciencia y la tecnología.

Esta vez, la “férula imperialista” la tiene más complicada porque la economía real no es hoy lo que era hace medio siglo cuando tenía mucha más fortaleza y la crisis monetaria y financiera noroccidental es tremenda luego de 50 y pico de años de montar burbujas especulativas de todas clases.

El mayor peligro es que, si se ven perdidos, en su propia desesperación apuesten a la destrucción nuclear de la humanidad.

domingo, 7 de julio de 2024

Ejemplo concreto del significado de colonización oligárquica de un gobierno y de un Estado.

Luego del debate de hace pocos días en EE.UU. entre Trump y Biden, en algunos círculos se planteó la cuestión de quién gobierna verdaderamente a ese país. 

Obviamente, del lado del establishment oligárquico y los voceros de la camarilla hegemónica (Washington Post, The New York Times, Financial Times, etc.,) la preocupación es que, con un soldado en las condiciones en que está Biden, no se va a poder impedir que Trump llegue a la presidencia.

Pero, para algunos de los que están enfrente de ese lado, se preguntan, no desde el punto de vista abstracto o teórico, sino de modo bien concreto: ¿qué persona está tomando las decisiones de todos los días y que el Presidente no puede tomar dado su precario estado de salud mental el que, en la medida en que está "obligado" a desempeñar su papel, continúa agravándose cada vez más?

Hay un interesante artículo de un periodista galardonado que se llama Seymour Hersh, aquí:

Seymour Hersh (substack.com)

Allí surge un nombre concreto: “Tom” Donilon.

¿Quién es él?

Parece ser éste:

ThomasDonilon | BlackRock

Ahora se entiende lo concreto del enunciado "colonización oligárquica del Estado y gobierno estadounidense"?

Que un país sea grande o una potencia económica o militar no significa que sea soberano, que tenga independencia. No tiene nada que ver el tamaño e importancia relativa de un país con su estatus en lo relativo a la soberanía real.

Como dijo Cristina más de una vez -y no se le da bola y no se sacan las conclusiones correctas- el poder real es superior a la presidencia y no se expone, no está sometido al desgaste que supone la exposición a la opinión pública.

Este tipo de colonización oligárquica no se da solo en el sistema político, sino también en el económico, cultural, monetario, financiero, ni hablar en los medios de comunicación masivos.

Como dije en alguna ocasión al usar la metáfora del iceberg, que tiene la mayor parte oculta, sumergida, y una mucha menor parte visible, la realidad política, social y económica suele ser así.

Por eso el exceso de información centrada solo en la parte visible lo que termina generando es más desconocimiento porque la realidad no obedece solo a lo que está visible.

Se me dirá: "y si no se puede ver estamos en las tinieblas, no vamos a poder saber".

En los asuntos importantes de la vida tanto individual como colectiva, lo esencial nunca se ve a simple vista ("lo esencial es invisible a los ojos" decía el poeta). Hay que tomarse el trabajo de hacer un desciframiento de lo subyacente y, para eso, hay que arriesgar hipótesis, hacer teoría bien entendida ésta, no al modo de "sistemas argumentativos". Los argumentos son una parte de la ciencia pero no son ciencia por sí mismos. Hay millones de proposiciones falsas que pasan por verdaderas porque tienen muchos argumentos. Los sofistas están llenos de argumentos.

Hasta en las ciencias físicas pasa esto. Por ejemplo la teoría del Big Bang sobre el origen y expansión del Universo estaba llena de argumentos que se agregaban cada vez más a lo largo de décadas. Sin embargo, el telescopio de nueva generación J. Webb está observando fenómenos que tornan absurdos un montón de argumentos de dicha teoría.

En política y ciencias sociales pasa igual, con la desventaja que no se descarta nunca lo que es falso y siempre se gira sobre lo mismo una y otra vez.

El problema que observo en muchos politizados, militantes y analistas es que no prestan la debida atención a cosas significativas que dicen los que ellos mismos consideran sus líderes. Esto no es un problema solo de Argentina, sucede en casi todos lados.

Si el gobierno de EE.UU. está colonizado por intereses oligárquicos, el gobierno argentino también. Los que están expuestos al desgaste no son los enemigos. Ni Milei ni Biden son los enemigos. Los enemigos son los que los colocaron allí.

Que debamos lidiar todo el tiempo con los personeros de los verdaderos enemigos no nos tiene que llevar a creer que los personeros son el único problema. Debemos tener siempre en claro que hay que operar contra la maquinaria que produce a los personeros. Hay que neutralizar allí en la fuente de la que brotan.

Esto es lo más difícil de todo. Pero si queremos salvar a la Argentina, o sea a su pueblo, deberemos hacer lo más difícil.

miércoles, 3 de julio de 2024

Métodos y profundidad de análisis. Ejemplo de JDP.

Durante la década del ’60 en el exilio, Perón subrayaba que la situación en Argentina estaba concatenada a la mundial y que no se podía separar una cosa de la otra porque se cometerían errores de apreciación enormes. Se pueden separar en el orden de exposición pero no conceptualmente por la profunda imbricación de ambas.

Perón sostenía que, a nivel mundial, había una gran contradicción entre las necesidades de evolución de los seres humanos (económica, tecnológica, cultural, social, etc.) y las pretensiones de los imperialismos, los que reaccionan mal contra esa evolución.

Él decía que no se podía detener la evolución y que había que adaptarse a ella por medio de reformas y cambios racionales e incruentos. Y que ello debía hacerse con participación del pueblo y la actividad del Estado. También decía que para que el pueblo participe se necesitaba un “gobierno humano” y que, para lograr eso, era necesaria la conducción, el liderazgo de conducción. Decía que la tecnocracia no servía para nada sin el gobierno humano.

Perón decía que la situación del mundo estaba caracterizada por esa contradicción o tensión generada por pretensiones imperialistas que no asumen como es debido la necesidad de los cambios para dar cabida a una evolución que satisfaga las necesidades y aspiraciones humanas de una sociedad moderna.

Es decir, el imperialismo, para Perón reacciona contra los pueblos que sí asumen esa necesidad, provocando toda clase de interferencias a nivel interno de cada país.

Es sugestivo que Perón, cuando se refiere al cipayismo interno, que es el soporte dentro del país de la acción imperialista, usa reiteradamente la frase “bajo la férula del imperialismo” o variantes casi iguales. El significado de “férula” en una de sus acepciones es “estar bajo la autoridad o poder despótico”. Esto no es casualidad. Perón consideraba concientemente que los cipayos están bajo la autoridad o poder despótico del imperialismo.

Esto último rara vez se entiende. Diría que casi nunca. Tanto la izquierda marxista o el progresismo ignoran absolutamente esa relación de vasallaje, creyendo que la “cúpula del empresariado local”, los “capitalistas argentinos”, los “grupos concentrados”, los políticos o los militares, etc., etc., son una suerte de “socios” de los “capitalistas extranjeros”.

Este tipo de errores de análisis surgen por quedarse en lo descriptivo, en lo que se ve, en las apariencias de una realidad parcelada, escapándose lo que subyace como movimiento unificador. Hay que proceder, si se quiere comprender bien, como enseñó Perón con su ejemplo y con su docencia. Tengo que hacer aquí una pequeña digresión.

La realidad suele estar compuesta por partes pero para la visión simple. Lo que suele encontrarse, si se profundiza, es que la realidad no es una suma o amalgama de partes. El capitalismo no es una suma o amalgama de capitales, del tipo “sección argentina”, “sección EE.UU.”, etc. y sus personificaciones.

Cuando uno analiza “separa” en forma abstracta algo que está compuesto constitutivamente. Solo separa a los fines de describir y comunicar, pero eso no significa asumir que estamos en presencia de partes y parcialidades por todos lados y que, de algún modo, se unen.

La actitud mental más productiva es asumir que en el todo se pueden distinguir partes, a condición de que no se caiga en la superstición de que las partes amalgamadas constituyen el todo. Esto causa estragos en el conocimiento no solo de la política sino en la ciencia también.

Marx se aproximó a esta cuestión cuando usaba la frase “síntesis de múltiples determinaciones” (lo “concreto”), pero, era coherente con eso en algunos casos y en otros no, tal es así que no detectó al imperialismo por ningún lado, aún después de sus investigaciones históricas para redactar los capítulos sobre la "acumulación originaria" o "precapitalista".

Volviendo al tema, Perón intentaba captar el movimiento general, a nivel mundial, luego iba a los casos singulares locales, sin desconectarlos de aquél. En muchas ocasiones para ilustrar este punto, usé la metáfora de las olas del mar para evocar algo que emerge, distinguiéndose, de un todo, sin escindirse.

Perón creía ya a mediados de los años ’60 que los imperialismos estaban en decadencia porque surgía el tercermundismo por todas partes, tanto en los pueblos bajo el comunismo como bajo el capitalismo, con sus demandas de mejoras sociales, económicas, culturales, etc. Perón mismo fue el autor, digamos “ideológico” del tercer mundo, al ser el primero que habló de la “tercera posición” como concepción distante de uno (occidental capitalista) como de otro imperialismo (soviético comunista).

Perón no vivió lo suficiente para ver la puerta de salida que encontró el imperialismo de su tiempo para subsistir por medio siglo más.

En efecto, la secuencia formada por la devaluación de la libra esterlina hacia fines de los ’60, la desconexión del dólar del oro en 1971 y la convalidación de los tipos de cambio flotantes, en conferencias monetarias ya posteriores al fallecimiento de Perón, todavía eran muy recientes como para evaluar las consecuencias a nivel global.

Hoy podemos decir que esa secuencia puso los cimientos del sistema globalista basado en la especulación financiera y la deslocalización de la producción, que en el presente agoniza.

Perón esperaba que el tercer mundo de entonces, bajo diversas ideologías, era la puerta de salida, de liberación de la decadencia imperialista. Sin embargo, el imperialismo capitalista occidental logró neutralizarlos a todos: al otro imperialismo (el soviético) y al tercer mundo.

Pero la decadencia no se detuvo, solo encontraron un "engañapichanga histórico" que los hizo durar más, hasta un punto insostenible y que tiene al mundo al borde de una guerra mundial desatada, incluso nuclear. Como decía Perón “no se entregan sin pelear”.

Hoy tenemos un 75% del mundo, otra vez, pero ahora orientado y organizado por China y Rusia a través de sus respectivos líderes, con el objetivo de dar cabida a una evolución de la humanidad que satisfaga las necesidades de todos los pueblos del mundo.

La ideología geopolítica occidental al servicio del sistema oligárquico imperialista nos quiere presentar eso como un intento imperialista (!?) basado en la "autocracia". Pero eso es para consumo de los tontos e ignorantes o los demasiado ilustrados que creen que hay que saber de todo, pero lo que hay que saber son cosas buenas. "Es mejor que aprender mucho/el aprender cosas buenas".

El desafío (no a Occidente, sino ante la humanidad misma) de Xi y Putin es enorme porque se trata de poner la ciencia y la tecnología como motor de la economía al servicio de todos los seres humanos, sin necesidad de reproducir los métodos de saqueo y colonialismo y neocolonialismo del imperialismo occidental. Esto implica que la humanidad se conduzca por un cause que nada tiene que ver con las concepciones y métodos del sistema oligárquico occidental. 

Dichos líderes tienen una concepción profundamente optimista del ser humano, aunque no son estúpidos, saben con los bueyes que aran.

Estamos en el mismo punto que Perón captaba a mediados de los años ’60, un imperialismo (ahora único, ya no dos), que, luego de ensayar en los últimos 50 y pico de años un experimento de salida a los síntomas de decadencia que ya tenía en aquellos tiempos, cayó en una decadencia aún peor y, sus soportes (las combinaciones oligárquicas), se rehúsan, hasta ahora, a desistir de sus empeños en imponer su dominio a pesar de todo, cueste lo que cueste.

Si los que aspiran a ser dirigentes de la Argentina, para el caso de que nuestro país sobreviva, no entienden estas cosas, no las estudian profundamente, no para usar ese conocimiento para satisfacer ambiciones personales, sino para enseñar y avivar a la gente, entonces el peronismo sí va a desaparecer finalmente, luego de tantos pronósticos fallidos en este sentido. Y, si desaparece el peronismo desaparece nuestro querida patria, tal como la conocimos desde que nacimos nosotros o como la conocieron anteriores generaciones a la nuestra.

lunes, 1 de julio de 2024

A 50 años del fallecimiento de JDP.


Resulta notable cómo el destino de los seres humanos depende de algunos (muy pocos) seres humanos.

Desde que no está más JDP las condiciones de vida de una gran parte de los argentinos se deterioraron muchísimo, salvo los períodos de recuperación de NK y de mejora neta del último período de CFK.

Sin embargo, en los últimos 50 años, la pobreza estructural se fue agregando por capas sedimentarias como resultado de cada crisis. Las recuperaciones subsiguientes en los distintos gobiernos no lograban ni siquiera igualar el nivel de pobreza existente previo a las crisis del gobierno precedente.

Las generaciones que se fueron agregando desde que murió JDP, en muchos estratos sociales, vivieron cada vez peor. Se empobrecieron las clases medias, los asalariados y la pobreza estructural se agrandó cada vez más a medida que se profundizaba la inserción del país a la globalización.

Lo mismo ocurrió después de que lo derrocaron en 1955. Pero, mientras él vivió en el exilio no pudieron –ni por dictaduras ni por gobiernos pseudoconstitucionales- hacer el cambio de régimen que hubieran deseado. Pero luego de su muerte en 1974, sí pudieron hacerlo porque se aprovechó la desaparición de su liderazgo para realizar un cambio de régimen a gran escala, usando la represión, la dictadura y los cambios económicos a través de la liberalización de las finanzas, el comercio y la circulación de capitales.

La sola existencia del liderazgo de JDP, mientras vivió, estaba impidiendo la consumación de ese proceso de empobrecimiento social y endeudamiento y descapitalización de la economía que ocurrió, finalmente, a partir de 1975/76 en adelante.

Mientras él, fiel a su método de encuadrar la problemática argentina dentro de la evolución de la mundial, veía mejor que nadie los peligros que representaba para nuestro país y su pueblo, la reacción del “capitalismo internacional” con sus soportes al interior del país, la mayoría de los dirigentes de los sectores internos del movimiento estaban enfrascados en disputas y contradicciones menores aunque sus protagonistas las sintieran como cosas de vida o muerte.

JDP, en todas las ocasiones que podía, señalaba la importancia que tenía hacer el análisis desde la situación general que presentaba el panorama mundial hacia la situación particular al interior de la Argentina. Él desplegaba ese análisis con toda naturalidad. Lástima que los peronistas que siguieron protagonizando después de su fallecimiento, con el retorno de la “democracia”, ignoraron casi absolutamente esa metodología. Y, en el caso de que no la ignoraban, era para justificar la alineación con el imperialismo anglonorteamericano (?!).

En la actualidad, CFK es la única dirigente que puede aplicar ese método de análisis (aunque no con la profundidad y originalidad con la que solía hacerlo JDP) de manera mucho más inteligente de lo que lo hacen los pocos que se animan a lo mismo.

Comprender los lineamientos básicos del movimiento mundial es uno de los atributos que debe poseer cualquier líder sea de conjunto o de conducción. Esto, a pesar de las creencias de algunos compañeros, nada tiene que ver con la doctrina geopolítica inventada por ideólogos de las oligarquías que sostienen al imperio.

Perón era absolutamente conciente de que la lucha era de los pueblos contra los imperialismos en todas las épocas de la historia. Y que la condición para el éxito en esa lucha era la capacidad del liderazgo de conducción para aglutinar en una dirección -la soberanía política, la independencia económica y la justicia social- a la mayor cantidad de voluntades posibles, respetando sus creencias parciales. Para Perón no hacía falta uniformidad ideológica o que todos piensen lo mismo o que todos obedezcan sin pensar.

Perón pensaba, con razón, que, si se podían articular bien las partes (derecha, izquierda, centro, dialoguistas, confrontacionistas, “apresurados”, “retardatarios”, etc.) la heterogeneidad, aunque elevada, resultaba muy eficaz a la hora de “pegar donde duele y cuando duele”.

Los pros y contras de esa heterogeneidad, si era bien conducida, resultaban preferibles a una uniformidad con menor peso cuantitativo aunque con más coherencia ideológica.

El liderazgo de Perón no creaba ningún “espacio de confort” permanente que se identificase con su figura. Nunca necesitó eso. Su tarea permanente era articular y potenciar los espacios en función de la misión colectiva. En esto, tenía muy poca comprensión de la mayoría de los dirigentes, sean de la rama política, sindical o la juventud.

Hasta donde yo sé, Perón fue la primera persona en el mundo que reflexionó y produjo un cuerpo de conocimiento cuya finalidad era aplicar por analogía, pero haciendo modificaciones indispensables, los principios de la conducción militar a la política, señalando similitudes y diferencias.

Eso no lo hizo porque le gustaba teorizar o por “academicismo”, lo hizo por necesidad, por la misión que se había autoimpuesto: la de conducir políticamente a las masas de la Argentina como un medio imprescindible para conseguir el objetivo de liberar al país del imperialismo.

Para él era indispensable crear los auxiliares de la conducción y transformar a la “masa” en “pueblo”. Sin eso no podía conducir o no podía tener éxito. Él definía a la “masa” como un colectivo reactivo, que se rebela ante la injusticia, pero sin dirección y objetivos positivos. El “pueblo” era ya el colectivo con liderazgo de conducción hacia objetivos positivos.

La cantidad de perlas más o menos escondidas en las cosas que dijo Perón es increíble. Me resulta curioso que casi nadie las pueda rescatar y articular con nuestra situación presente.

Hay una incomprensión profunda sobre el pensamiento de Perón y/o hay una ignorancia o profunda falta de interés, quizá porque ese pensamiento no sirve para validar las ambiciones de personas con pocas virtudes.

Para el que quiera aprender, Perón nos enseñó que aquello que resuelve los problemas es la subjetividad creativa de las personas, cuyas virtudes permiten la aplicación inteligente de las ideas.

No existe doctrina ni ideología en el mundo que pueda reemplazar a las facultades potencialmente creativas de los seres humanos ni sus virtudes.

Ni el marxismo, ni el cristianismo, ni el “libertarismo”, ni el peronismo, sirven para nada si son profesadas por personas que no ponen en juego sus capacidades y que tienen muchos vicios personales y pocas virtudes morales e intelectuales.

Mi homenaje, desde este humilde Blog, a quien más hizo por el bienestar moral y material del pueblo argentino, porque logró poner en juego sus altas dosis de creatividad y originalidad personal y su capacidad organizativa al servicio de esa causa nacional.

JDP fue un “fuera de serie” pero, al mismo tiempo, un producto de la Argentina.

Ganarse la lealtad y el corazón del pueblo no es algo que se consiga con marketing o “coach”.

Por eso el pueblo siempre lo quiso a él.