jueves, 28 de enero de 2021

Los oligarcas también son personas (aunque no parezca).

Ya estamos viendo muestras de lo que señalábamos en el post anterior. Los oligarcas se sienten que ganaron la guerra al tener éxito en desplazar a Trump y poner en su reemplazo a Biden.

Iniciaron con fuerza la agenda que sostienen desde hace décadas: cambio climático, economía verde, gobernanza monetaria y financiera global (moneda digital, etc.).

Aquí algunas de las locuras (reconozco que la de Bill Gates les gana a todas con creces):

https://www.pagina12.com.ar/319041-bill-gates-quiere-tapar-el-sol-para-acabar-con-el-calentamie

https://www.telam.com.ar/notas/202101/542779-biden-pone-trabas-a-la-extraccion-de-hidrocarburos-y-anuncia-una-cumbre-climatica.html

Un loco pobre es mucho menos peligroso que un loco con miles y miles de millones de U$S en sus cuentas bancarias o fondos de inversión.

Y un gobierno títere de esa clase de locos al frente de una potencia como EE.UU. es también muy peligroso para el resto del mundo.

Con respecto a la geopolítica de la guerra y los cambios de régimen en el mundo vamos a ver qué formas nuevas y concretas adopta, tanto para medio oriente, como para Iberoamérica y África.

Por supuesto que tras el manto superficial aparentemente noble de las justificaciones de esta agenda ("salvar el planeta", "la malignidad de China y Rusia", la defensa de los valores "democráticos y occidentales" y sus reglas, etc., etc.) lo que hay es simplemente locura y empeño de imponer la hegemonía oligárquica noroccidental al mundo díscolo (en realidad a la parte del mundo cuyas cuotas de soberanía nacional logran traducirse en poder político en Estados y gobiernos (Putin, Xi, fundamentalmente).

Es una constante en la historia de las oligarquías que, para cada aberración que hacen, existe una justificación noble y/o un hecho atroz previo (incendio del Reichstag, Torres Gemelas, etc.). Ellos hacen los "monstruos" y luego obligan a todos a someterse para combatirlos (Hitler, Bin Laden). El monstruo debe ser lo suficientemente terrorífico para que quede justificada la reacción que se le va a hacer (II guerra mundial, bomba atómica, invasiones de Irak, Afganistán, Siria, Libia, etc., etc.). Y si no lo es, se inventa una narrativa oficial que lo pinta como terrorífico.

Por supuesto, muy de vez en cuando aparecen monstruos de verdad (no fabricados por ellos) que los enfrentan con 75 millones de votos atrás. Ahí se ponen serios y apelan al asesinato liso y llano, censura, represión, estado policial, militarización, juicio político, lawfare, demonización, fraude electoral, cambio de régimen, etc., etc., etc.

Articulando con la teoría que expuse en agosto del año pasado, las oligarquías se definen por el control que ejercen sobre los resortes y recursos fundamentales. En el caso que estamos tratando acá es el control sobre el complejo militar-industrial, servicios de inteligencia internos y externos, Wall Street, grandes medios de comunicación y redes sociales, sistema de justicia, legislaturas, por ejemplo.

Todo ese control es privado, ejercido por oligarquías privadas que ponen a su propio servicio los objetivos y el funcionamiento del sector público colonizado por ellas. Esto lo demostré aquí

https://oti-blog.blogspot.com/2020/10/una-pequena-demostracion-de-que-wall.html

y aquí

https://oti-blog.blogspot.com/2020/10/una-pequena-demostracion-de-que-la.html

Para cerrar con un poco de frescura y salud mental ver esto del presidente ruso aquí

http://en.kremlin.ru/events/president/news/64938

jueves, 14 de enero de 2021

La contraofensiva (no del River de Gallardo en Brasil) sino de las combinaciones oligárquicas que sostienen al Imperio.

Es evidente que el Presidente Trump pisó el palito la semana pasada en el Capitolio. Una enorme manifestación en su apoyo que terminó con incidentes, heridos y asesinados, se convirtió en el pretexto de los poderes oligárquicos y sus auxiliares en el sistema político para barrer con el trumpismo.

No sé si se nota la analogía con los “bolsos de López”, “asesinato de Nisman”, “dólar futuro”, “acuerdo con Irán”, etc., todas cosas que sirvieron de pretexto para iniciar una contraofensiva por cambio de régimen que llevó a cabo el macrismo contra CFK y ex funcionarios de su administración. También pasó en Brasil contra Dilma y Lula lo que desembocó en Bolsonaro, en Ecuador contra R. Correa, por la traición descarada de Lenin Moreno.

En una escala mucho mayor, históricamente también pasó con el incendio del Reichstag en 1933 en Alemania que estableció firmemente el poder de Montagu Norman del Banco de Inglaterra y su amigo Hjalmar Schacht, a través de Hitler y los atentados con aviones civiles contra las Torres Gemelas y el Pentágono en 2001, que llevó a las guerras geopolíticas en Medio Oriente, Afganistán, etc., etc.

¿Qué tienen de común todos estos sucesos? Tienen de común el forzamiento y la subversión del orden institucional y legal  a fin de justificar un cambio de régimen que consolide el poder e influencia de los oligarcas en el Estado. Generalmente esto va acompañado por purgas, persecución política y judicial, censura, miedo, represión, etc.

Esto mismo es lo que está ya está sucediendo en EE.UU. Esto es una técnica oligárquica de larga data. Como no pueden lograr legitimidad en forma normal, necesitan pretextos para subvertir lo normal y establecer regímenes terribles a los que la gente no se pueda o anime a oponerse.

A partir de fines de enero y principios de febrero, todo aquel que no esté de acuerdo con:
a) La economía y tecnología verde; b) La demonización de Trump, Rusia y China; c) La moneda digital de los Bancos Centrales del mundo y los grandes fondos de inversión, será censurado, acusado de terrorista, delincuente medio ambiental y cosas por el estilo.

Los poderes oligárquicos están viendo o creen que tienen la oportunidad de “resolver” la crisis financiera, monetaria y económica por medio de un ajuste mundial y redireccionamiento de los excedentes, desinflando o cambiando la burbuja especulativa global hacia una burbuja verde, sin mayores protestas de la ciudadanía ni en EE.UU. mismo ni en el resto del mundo. Todo eso implicaría desindustrialización y caída del consumo en varia partes del mundo. Esto va a tener buena prensa puesto que las industrias basadas en el carbón como fuente de energía y el “consumismo” van a ser los malos de la película.

Creo que para que ese plan dé resultado necesitan una represión sobre los pueblos mucho más intensa de lo que conocimos hasta ahora. Así que la intensificación de la geopolítica de la guerra -que ya pone en práctica Pompeo, que está ya sin las manos atadas al estar libre de Trump, y proseguirán con más ímpetu y ahínco  sus sucesores-, podrá ser una ayuda para shockear aún más a los pueblos y así toleren las consecuencias que tendrán indefectiblemente estos planes oligárquicos.

Así que, en ese mundo, hay que andar con pies de plomo, no pisar el palito, seguir defendiendo la soberanía del pueblo a través del Estado Nacional que es la única agencia que sirvió históricamente para promover el bienestar general y la justicia social, el progreso material y espiritual y el verdadero desarrollo.

El problema de la concepción oligárquica es que está contra la naturaleza humana, la que debe ser trastrocada para que dicha concepción funcione. Por más poder que se tenga, ir en contra de la naturaleza humana, es una tarea diaria demasiado difícil que, si tiene éxito, probablemente conduzca a la extinción o, en el mejor de los casos, a perjudicar a quienes la desempeñan.

De todos modos, saber perder es un buen consejo, tanto para el que perdió como para el aparente ganador.

De esto me di cuenta viendo la conferencia de prensa breve de Gallardo luego del partido revancha con Palmeiras. Hablaba como quien sabe que la concepción y ejecución de lo que hace es superior a la del adversario a pesar del resultado.

Creo que esto pasa un poco con las creencias de los oligarcas que combatieron a Trump. Saben que ganaron y que tienen mucho controlado. Pero en el fondo de su alma también saben que la concepción humanista de los patriotas y sus métodos de ejecución es superior a la de ellos. Justamente porque los patriotas interpelan a sus pueblos para incentivar lo positivo de la naturaleza humana, no para trastrocarlo.

viernes, 8 de enero de 2021

¡Qué horror!

 El siguiente link va dedicado a Manolo Barge que creo se haría un festín. Le deseamos que vuelva pronto.

https://mailchi.mp/ronpaulinstitute/cookies?e=%5bUNIQID

jueves, 7 de enero de 2021

El poder de pronosticar es una ventaja de las teorías e ideas subjetivas correctas.

Decía en ocasión de la presentación de mis propuestas teóricas en el post del 19/8/20 lo siguiente:

"...en EE.UU. se expresa, muy elocuentemente, una lucha política mundial por el predominio entre dos voluntades contrapuestas que intentan mover una masa contra otra masa (ver JDP, Conducción Política, sobre la identidad formal de toda lucha política). Quién va a prevalecer, todavía no se sabe. Fue una pelea larga -5 años ya desde el anuncio de la candidatura de Trump- que tuvo muchos rounds y algunos más habrá de aquí a las elecciones. Me temo que el veredicto de las urnas no será suficiente para legitimar al ganador. Surgirán toda clase de cuestionamientos y planteos, a menos que el ganador aventaje a su rival por una diferencia tan grande, que haría absurdo cualquier cuestionamiento". (textual).

Esto lo dije casi 2 meses y medio antes de las elecciones de principios de noviembre en EE.UU., cuando la mayoría de las encuestas daban amplia ventaja a J. Biden.

Este pronóstico no es resultado de afirmaciones al azar y aventuradas. Sí lo es de la indagación profunda guiada por la teoría.

El análisis a que da lugar la teoría que es explicitada presenta características diferentes a los análisis habituales que dependen de supuestos no explícitos, "consensos académicos" y/o principios de autoridad.

Una de las diferencias principales es que el sujeto que produce y formula explícitamente proposiciones teóricas o hipótesis no se considera ajeno a la realidad que -compuesta por otros sujetos- observa desde su teoría. El sujeto que intenta "conocer" (para producir cambios) nada (del verbo nadar) en la misma corriente que lleva (conexión subyacente) a todos los otros sujetos. Solo intenta imaginar y/o intuir (desde adentro) un punto de referencia exterior que le permita ver en su propia mente los principios que gobiernan la dirección de esa corriente.

Eso no se puede hacer con el mero análisis de la información seleccionada. Se necesita cierta dosis de imaginación e intuición. Lo que JDP llamaba "realismo con imaginación". Y, a su vez, sin una dosis de buena pasión, difícilmente se llegue a imaginar algo y, mucho menos, cambiar algo.

Cuando, en los sujetos analistas, no están presentes estos ingredientes (pasión, imaginación, creación y, luego, deducción), los análisis que se presentan atienden al "perfeccionismo estético o del estilo", la asepsia y neutralidad aparente (como si la realidad no les salpicara), como elementos de autovalidación.

Pero lo "autoevidente" (Aristóteles) y la autovalidación no existen, porque en lo autoevidente no se necesita el uso ni de teorías, ni imaginación, ni intuición, y, en la autovalidación, no hay ninguna instancia más allá del sujeto o sujetos que se autovalidan. Una instancia más allá de los sujetos sería, por ejemplo un pronóstico o predicción o retrodicción o experimentación repetible por terceros.

Por ejemplo, un pronóstico sobre el papel futuro de Trump sería:

Dado que en EE.UU. los ex presidentes que avalaron las políticas del establishment (poderes oligárquicos) se dedicaron a actividades inofensivas (consultores, conferencistas, etc.) y tuvieron vidas tranquilas y muy holgadas económicamente hasta el fin de sus días. Y considerando que el Presidente Trump no es de la clase de esos ex presidentes (porque no avaló a los poderes oligárquicos), para el caso de que tenga la voluntad de volver a la lucha, difícilmente tenga una vida tranquila, deberá cuidar su seguridad personal y la de su flia. y tendrá que luchar para conservar su fortuna ante los procesos judiciales que le harán. Esto, en el mejor de los casos. En el peor, estará en riesgo su vida. Y si muere en el transcurso de los próximos dos años él o algún integrante de su flia., sin mediar un atentado manifiesto contra su vida, probablemente será presentada la noticia como muerte por causas naturales o accidente. Si es muerto o herido él o algún allegado cercano, a causa de un atentado manifiesto, la noticia será presentada como perpetrado por un "loco solitario" o un "atentado terrorista".

Este sería un pronóstico que no es una autovalidación porque los sucesos pronosticados están más allá de mi voluntad. Por supuesto puede no ocurrir y, en tal caso, habrá que indagar las razones del fallo, qué parte de la teoría no es correcta, qué se omitió, etc.

Esto nada tiene que ver con las mal llamadas "teorías de conspiración" (etiqueta inventada por los mejores conspiradores del mundo). Es la teoría desde la que hablo la que me permite hacer ese pronóstico. Más precisamente son las 7 proposiciones teóricas o hipótesis que produje y formulé en la parte final del post "Cuenta regresiva" del 19/8/20.

Esas proposiciones o hipótesis me permiten conectar los acontecimientos en procesos históricos que siempre son globales bajo la apariencia de lo local. Es el proceso histórico global el que deja una huella en lo local. Lo local es una singularidad de lo global, no una parte externa e interrelacionada mecánicamente a lo global.

En esta perspectiva, la derrota de ayer de la mayoría del pueblo estadounidense es la de una batalla en una guerra global que involucra a varios otros pueblos del mundo que luchan por su soberanía, que es la única forma que tienen de satisfacer sus necesidades y aspiraciones frente a las prescripciones imperiales.

martes, 5 de enero de 2021

La lucha del pueblo estadounidense contra el intento de cambio de régimen abierto por fraude electoral.

 ¿Por qué mucha gente que cree saber de política se sorprende de que puede haber un "cambio de régimen en EE.UU.?. ¿Cómo es posible si EE.UU. es el que hace los cambios de régimen en otros países, no los padece en su propio país?. Como en el chiste de A. Dolina el otro día: "en EE.UU. no hay embajada norteamericana", por eso no hubo nunca golpes de Estado a diferencia de los países sudamericanos donde sí las había y jugaban un papel geopolítico muy pernicioso en cuanto a impulsar y avalar los golpes de Estado que padecimos.

Sin embargo, EE.UU. tuvo varios asesinatos de Presidentes y atentados contra la vida de ellos, siempre atribuídos a locos solitarios, lo cual es un indicio también de que se trataba de una geopolítica oligárquica (sin embajada y sin golpes de Estado).

Los golpes de Estado y las dictaduras en Iberoamérica también eran una geopolítica oligárquica en su momento. Ahora se usan otros métodos: manifestaciones en la calle y golpe institucional (Ucrania, Brasil,), terrorismo (Libia, Siria), medios de comunicación, servicios de inteligencia, Poder Judicial (Argentina, Ecuador), presión externa, atentados, boicots (Venezuela), etc. Es otro el repertorio, aunque el caso de Bolivia contra Evo Morales creo fue un híbrido con golpe de Estado.

En EE.UU., recientemente, el 4 de noviembre a eso de las 2 A.M. agregaron al repertorio el fraude electoral. Este fue realizado mayormente en los Estados controlados por el Partido Demócrata. Parece que no se inclinan más por el magnicidio, por lo menos por ahora.

La única duda que tienen los que investigan el fraude es la cuantía de los votos que falsificaron. Pueden ser entre 2 y 3 millones. Como no se permite el acceso a las máquinas de votación (Dominion o Smartmatic, por ej., la que fue denunciada por Garbarz aquí en Argentina en época de Macri quien planeaba fraude contra el Frente de Todos), no se sabe exactamente cuántos votos emitidos a favor de Trump la máquina los cambió a favor de Biden. Por supuesto, el fraude no se limitó a las máquinas, hubo una gran masa de papeletas falsificadas también.

Evidentemente, la combinación de poderes que hacen este fraude quieren a Trump fuera y quieren cambiar las políticas que ellos consideraban un atentado contra sus intereses: la paz con Corea del Norte; sacar a los soldados de Afganistán y Siria, terminar con el terrorismo creado por las agencias de inteligencia de EE.UU. e Inglaterra, reindustrializar EE.UU. mediante políticas proteccionistas (dar marcha atrás a la deslocalización), llegar a acuerdos con China y amigarse con Rusia, etc..

Como esa combinación son los que controlan el complejo militar-industrial, Wall Street, diversas agencias de inteligencia, parte del Departamento de Justicia y a la dirección del Partido Demócrata y parte del Republicano y, además, los medios de comunicación y las redes sociales, se dan el lujo de censurar y filtrar las denuncias de fraude presentándolas como si fueran hechas por locos y partidarios de las teorías de la conspiración. Esto último no deja de ser una humorada, cuando por cuatro años esos mismos medios insistieron en que Trump estaba coludido con Rusia y que este país intervino en las elecciones de 2016 para que gane Trump. Hasta le quisieron hacer juicio político por esto.

Por otra parte, hasta el momento (y esto es muy importante), los tribunales que intervinieron para tratar las denuncias de fraude emitieron fallos que las rechazan pero por razones formales no sustanciales, o sea, por una cuestión de procedimiento, sin analizar la cuestión de fondo. Esta es una puertita que queda abierta y que no se sabe qué repercusiones futuras va a tener.

Ya sabemos lo que hacen los poderes oligárquicos cuando se trata de presionar a jueces. En Argentina tenemos amplia experiencia en eso. Los integrantes de la Corte Suprema de EE.UU. saben lo que les espera si se atreven a dar cabida a la investigación del fraude: escraches, escarnio público, publicación de sus datos personales para que sean expuestos ante las masas enfurecidas y soliviantadas por los medios de comunicación y las redes sociales.

Mañana va a haber una movilización enorme a favor de Trump. La mayoría del pueblo estadounidense no se resigna y ejerce una presión directa e indirecta insoportable sobre los dirigentes del Partido Republicano que defeccionarían si no estuvieran sometidos a ella.

La combinación de poderes oligárquicos señalada hace creer a través de los medios de comunicación que Biden es el presidente electo y de que es un destino inexorable que asuma el 20 de enero. Puede ser que sí. Pero me permito la duda. La historia no suele ser tan lineal.

Aquí en Argentina muchos creían hacia el mediodía del 17 de octubre de 1945 que el poder iba a ser traspasado a la Corte Suprema de Justicia, estaban designados hasta los nuevos ministros. Luego vino la marea humana en apoyo al Coronel JDP.

https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_%C3%81lvarez_(historiador)

Si resulta verdad que al pueblo estadounidense le falsificaron su voluntad y su palabra en las elecciones del 3 de noviembre pasado, depende de él manifestar su voluntad y su palabra tal como es.

Si los patriotas estadounidenses fracasan en ese empeño, días muy difíciles vendrán para los Iberoamericanos y, cuando estallen guerras y se destroce aún más la economía en nuestro propio continente, se pondrá de manifiesto el error estratégico de quienes afirmaban que era indiferente para nuestros intereses el resultado de las elecciones en EE.UU.