Decía en ocasión de la presentación de mis propuestas teóricas en el post del 19/8/20 lo siguiente:
"...en EE.UU. se expresa, muy elocuentemente, una lucha política mundial por el predominio entre dos voluntades contrapuestas que intentan mover una masa contra otra masa (ver JDP, Conducción Política, sobre la identidad formal de toda lucha política). Quién va a prevalecer, todavía no se sabe. Fue una pelea larga -5 años ya desde el anuncio de la candidatura de Trump- que tuvo muchos rounds y algunos más habrá de aquí a las elecciones. Me temo que el veredicto de las urnas no será suficiente para legitimar al ganador. Surgirán toda clase de cuestionamientos y planteos, a menos que el ganador aventaje a su rival por una diferencia tan grande, que haría absurdo cualquier cuestionamiento". (textual).
Esto lo dije casi 2 meses y medio antes de las elecciones de principios de noviembre en EE.UU., cuando la mayoría de las encuestas daban amplia ventaja a J. Biden.
Este pronóstico no es resultado de afirmaciones al azar y aventuradas. Sí lo es de la indagación profunda guiada por la teoría.
El análisis a que da lugar la teoría que es explicitada presenta características diferentes a los análisis habituales que dependen de supuestos no explícitos, "consensos académicos" y/o principios de autoridad.
Una de las diferencias principales es que el sujeto que produce y formula explícitamente proposiciones teóricas o hipótesis no se considera ajeno a la realidad que -compuesta por otros sujetos- observa desde su teoría. El sujeto que intenta "conocer" (para producir cambios) nada (del verbo nadar) en la misma corriente que lleva (conexión subyacente) a todos los otros sujetos. Solo intenta imaginar y/o intuir (desde adentro) un punto de referencia exterior que le permita ver en su propia mente los principios que gobiernan la dirección de esa corriente.
Eso no se puede hacer con el mero análisis de la información seleccionada. Se necesita cierta dosis de imaginación e intuición. Lo que JDP llamaba "realismo con imaginación". Y, a su vez, sin una dosis de buena pasión, difícilmente se llegue a imaginar algo y, mucho menos, cambiar algo.
Cuando, en los sujetos analistas, no están presentes estos ingredientes (pasión, imaginación, creación y, luego, deducción), los análisis que se presentan atienden al "perfeccionismo estético o del estilo", la asepsia y neutralidad aparente (como si la realidad no les salpicara), como elementos de autovalidación.
Pero lo "autoevidente" (Aristóteles) y la autovalidación no existen, porque en lo autoevidente no se necesita el uso ni de teorías, ni imaginación, ni intuición, y, en la autovalidación, no hay ninguna instancia más allá del sujeto o sujetos que se autovalidan. Una instancia más allá de los sujetos sería, por ejemplo un pronóstico o predicción o retrodicción o experimentación repetible por terceros.
Por ejemplo, un pronóstico sobre el papel futuro de Trump sería:
Dado que en EE.UU. los ex presidentes que avalaron las políticas del establishment (poderes oligárquicos) se dedicaron a actividades inofensivas (consultores, conferencistas, etc.) y tuvieron vidas tranquilas y muy holgadas económicamente hasta el fin de sus días. Y considerando que el Presidente Trump no es de la clase de esos ex presidentes (porque no avaló a los poderes oligárquicos), para el caso de que tenga la voluntad de volver a la lucha, difícilmente tenga una vida tranquila, deberá cuidar su seguridad personal y la de su flia. y tendrá que luchar para conservar su fortuna ante los procesos judiciales que le harán. Esto, en el mejor de los casos. En el peor, estará en riesgo su vida. Y si muere en el transcurso de los próximos dos años él o algún integrante de su flia., sin mediar un atentado manifiesto contra su vida, probablemente será presentada la noticia como muerte por causas naturales o accidente. Si es muerto o herido él o algún allegado cercano, a causa de un atentado manifiesto, la noticia será presentada como perpetrado por un "loco solitario" o un "atentado terrorista".
Este sería un pronóstico que no es una autovalidación porque los sucesos pronosticados están más allá de mi voluntad. Por supuesto puede no ocurrir y, en tal caso, habrá que indagar las razones del fallo, qué parte de la teoría no es correcta, qué se omitió, etc.
Esto nada tiene que ver con las mal llamadas "teorías de conspiración" (etiqueta inventada por los mejores conspiradores del mundo). Es la teoría desde la que hablo la que me permite hacer ese pronóstico. Más precisamente son las 7 proposiciones teóricas o hipótesis que produje y formulé en la parte final del post "Cuenta regresiva" del 19/8/20.
Esas proposiciones o hipótesis me permiten conectar los acontecimientos en procesos históricos que siempre son globales bajo la apariencia de lo local. Es el proceso histórico global el que deja una huella en lo local. Lo local es una singularidad de lo global, no una parte externa e interrelacionada mecánicamente a lo global.
En esta perspectiva, la derrota de ayer de la mayoría del pueblo estadounidense es la de una batalla en una guerra global que involucra a varios otros pueblos del mundo que luchan por su soberanía, que es la única forma que tienen de satisfacer sus necesidades y aspiraciones frente a las prescripciones imperiales.
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