jueves, 14 de enero de 2021

La contraofensiva (no del River de Gallardo en Brasil) sino de las combinaciones oligárquicas que sostienen al Imperio.

Es evidente que el Presidente Trump pisó el palito la semana pasada en el Capitolio. Una enorme manifestación en su apoyo que terminó con incidentes, heridos y asesinados, se convirtió en el pretexto de los poderes oligárquicos y sus auxiliares en el sistema político para barrer con el trumpismo.

No sé si se nota la analogía con los “bolsos de López”, “asesinato de Nisman”, “dólar futuro”, “acuerdo con Irán”, etc., todas cosas que sirvieron de pretexto para iniciar una contraofensiva por cambio de régimen que llevó a cabo el macrismo contra CFK y ex funcionarios de su administración. También pasó en Brasil contra Dilma y Lula lo que desembocó en Bolsonaro, en Ecuador contra R. Correa, por la traición descarada de Lenin Moreno.

En una escala mucho mayor, históricamente también pasó con el incendio del Reichstag en 1933 en Alemania que estableció firmemente el poder de Montagu Norman del Banco de Inglaterra y su amigo Hjalmar Schacht, a través de Hitler y los atentados con aviones civiles contra las Torres Gemelas y el Pentágono en 2001, que llevó a las guerras geopolíticas en Medio Oriente, Afganistán, etc., etc.

¿Qué tienen de común todos estos sucesos? Tienen de común el forzamiento y la subversión del orden institucional y legal  a fin de justificar un cambio de régimen que consolide el poder e influencia de los oligarcas en el Estado. Generalmente esto va acompañado por purgas, persecución política y judicial, censura, miedo, represión, etc.

Esto mismo es lo que está ya está sucediendo en EE.UU. Esto es una técnica oligárquica de larga data. Como no pueden lograr legitimidad en forma normal, necesitan pretextos para subvertir lo normal y establecer regímenes terribles a los que la gente no se pueda o anime a oponerse.

A partir de fines de enero y principios de febrero, todo aquel que no esté de acuerdo con:
a) La economía y tecnología verde; b) La demonización de Trump, Rusia y China; c) La moneda digital de los Bancos Centrales del mundo y los grandes fondos de inversión, será censurado, acusado de terrorista, delincuente medio ambiental y cosas por el estilo.

Los poderes oligárquicos están viendo o creen que tienen la oportunidad de “resolver” la crisis financiera, monetaria y económica por medio de un ajuste mundial y redireccionamiento de los excedentes, desinflando o cambiando la burbuja especulativa global hacia una burbuja verde, sin mayores protestas de la ciudadanía ni en EE.UU. mismo ni en el resto del mundo. Todo eso implicaría desindustrialización y caída del consumo en varia partes del mundo. Esto va a tener buena prensa puesto que las industrias basadas en el carbón como fuente de energía y el “consumismo” van a ser los malos de la película.

Creo que para que ese plan dé resultado necesitan una represión sobre los pueblos mucho más intensa de lo que conocimos hasta ahora. Así que la intensificación de la geopolítica de la guerra -que ya pone en práctica Pompeo, que está ya sin las manos atadas al estar libre de Trump, y proseguirán con más ímpetu y ahínco  sus sucesores-, podrá ser una ayuda para shockear aún más a los pueblos y así toleren las consecuencias que tendrán indefectiblemente estos planes oligárquicos.

Así que, en ese mundo, hay que andar con pies de plomo, no pisar el palito, seguir defendiendo la soberanía del pueblo a través del Estado Nacional que es la única agencia que sirvió históricamente para promover el bienestar general y la justicia social, el progreso material y espiritual y el verdadero desarrollo.

El problema de la concepción oligárquica es que está contra la naturaleza humana, la que debe ser trastrocada para que dicha concepción funcione. Por más poder que se tenga, ir en contra de la naturaleza humana, es una tarea diaria demasiado difícil que, si tiene éxito, probablemente conduzca a la extinción o, en el mejor de los casos, a perjudicar a quienes la desempeñan.

De todos modos, saber perder es un buen consejo, tanto para el que perdió como para el aparente ganador.

De esto me di cuenta viendo la conferencia de prensa breve de Gallardo luego del partido revancha con Palmeiras. Hablaba como quien sabe que la concepción y ejecución de lo que hace es superior a la del adversario a pesar del resultado.

Creo que esto pasa un poco con las creencias de los oligarcas que combatieron a Trump. Saben que ganaron y que tienen mucho controlado. Pero en el fondo de su alma también saben que la concepción humanista de los patriotas y sus métodos de ejecución es superior a la de ellos. Justamente porque los patriotas interpelan a sus pueblos para incentivar lo positivo de la naturaleza humana, no para trastrocarlo.

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