lunes, 26 de octubre de 2020

Una pequeña demostración de que la geopolítica es oligárquica, no de los mal llamados “Estados-Naciones”

Hace 5 días en el post titulado “Una pequeña demostración de que Wall Street (y la City de Londres también) y el complejo militar industrial son lo mismo”, sostuve que el poder de EE.UU. basado en el “complejo militar-industrial” era, en realidad, un poder oligárquico. Ilustré ello con el ejemplo de la empresa Raytheon que fabrica armas y logística de guerra, cuyo propietario es The Vanguard Group uno de los fondos de inversión más grandes del mundo, sino el mayor, piedra angular de Wall Street.

Ahora vean esta noticia:

https://actualidad.rt.com/actualidad/371077-china-impondra-sanciones-eeuu-armas-taiwan

Fijarse que una de las empresas sancionadas por los chinos es …. Raytheon. La razón es que venden armas a Taiwán violando gravemente los asuntos internos de China y el histórico principio (en el pasado refrendado por Occidente) de “una sola China”.

Es decir que The Vanguard Group, fondo de inversión privado controlado por oligarcas plutócratas y sus auxiliares, está haciendo geopolítica de guerra, pero el que aparece como impulsor y responsable es Washington, es decir, el gobierno de EE.UU.

A principios de la década del '60 del siglo pasado, un presidente de EE.UU. Dwight D. Eisenhower alertó a su sucesor electo J. F. Kennedy de que había que tener cuidado y limitar el poder de lo que aquél llamaba el “complejo militar-industrial”, términos recientemente vueltos a utilizar, después de décadas, por el actual Presidente de ese país.

Cuando Eisenhower decía eso estaba claramente insinuando que dicho poder, si había que limitarlo, incidía negativamente en el Estado y que, de alguna manera, era ajeno a los intereses que éste debía representar.

¡Qué diría Eisenhower hoy, cuando el poder e influencia del complejo militar-industrial, es muchísimo mayor al de hace 60 años!!

Este tipo de cosas constituyen la base empírica de las propuestas teóricas que presenté el pasado 19/8/20 y son las que dichas propuestas pretenden explicar.

domingo, 25 de octubre de 2020

¿Por qué es importante para Argentina entender lo que pasa en EE.UU.?

 Porque en todos los países del planeta existe en acto o en potencia la lucha de las clases populares por constituir su Estado Nacional soberano.

Cuando es en acto, inmediatamente se le opone una voluntad contraria, esto es la voluntad oligárquica globalista, que es enemiga de todo lo que suponga soberanía puesto que ésta supone, al tender a nacionalizar resortes y recursos fundamentales, debilitar las bases del sistema oligárquico.

En el mundo existe un proceso Imperial protagonizado por Estados de “grandes potencias” colonizados por combinaciones oligárquicas globales a cuyo servicio están.

Es por ello que los intereses oligárquicos (que solo tienen nacionalidad nominal) quedan camuflados por los mal llamados “intereses nacionales” sean de grandes potencias o países medianos y pequeños.

Es el viejo truco que el marxismo ayudó a revelar: cómo los intereses de una clase social (en este caso la oligarquía) se hacen pasar por los intereses de toda la sociedad y de la Nación misma. El problema del marxismo, en la mayoría de sus vertientes (y muchos nacional-populares), fue que falló en identificar a esa clase social y a qué estructura responde. Esto jugó (sin quererlo) a favor de la dominación oligárquica global (al invisibilizarla) puesto que la mayoría de los análisis pivoteaba sobre las burguesías de cada país y sus sociedades con la de los países “centrales”, en el caso del marxismo; y, en el caso de los nacional-populares (incluido peronistas diversos), la centralidad la tenía la prepotencia “imperialista de los Estados de las grandes potencias”.

Hay una influencia, explícita o implícita, muy grande, lamentablemente, todavía, de las doctrinas geopolíticas del tipo “equilibrio de poderes” o “choque de civilizaciones”, creada por los ideólogos de la geopolítica oligárquica. Son doctrinas inventadas que no describen tendencias reales de los Estados soberanos verdaderos, sino justificaciones de las tendencias reales de los Estados colonizados por oligarquías globales. La geopolítica oligárquica nunca se confiesa, se revela por las acciones de los Estados que controla.

Entonces, en esta perspectiva oligárquica bastante bien encubierta (su carácter oligárquico), cualquier suceso “internacional” se remite a “seguridad nacional”, “rivalidades”, “competencia”, “zonas de influencia”, incluso guerras frías o calientes, entre los países (supuestamente soberanos), haciendo creer que la soberanía de los Estados es la unidad de análisis fundamental de la política internacional. Y que es todo un juego de suma cero en el que si uno gana el otro pierde. Todo esto que en realidad es aparente, pasa por real.

El tratamiento de las “noticias internacionales” a nivel local (de cada país), lejos de clarificar, también refuerza la perspectiva antedicha. Lamentablemente, los medios de comunicación progresistas caen en la misma confusión.

¿Qué hay más allá de las apariencias?

Lo que hay es un proceso protagonizado por un Imperio que realiza los intereses de las oligarquías globales (sin nacionalidad real, solo de nacionalidad nominal). En la época histórica en que vivimos, la hegemonía la sustentan las combinaciones nominalmente “angloamericanas”, que son las que controlan más férreamente resortes y recursos fundamentales muy concretos que le otorgan su poder e influencia: a) el complejo militar-industrial; b) las agencias mundiales de comunicación; c) los instrumentos de control geopolítico: agencias de inteligencia, organizaciones militares internacionales, organismos multilaterales, Estados, etc.; d) el sistema monetario y financiero: Wall Street y la City de Londres, Reserva Federal, Banco Central Europeo, etc.; e) comercio exterior en multitud de países.

Los individuos-agentes que controlan esos resortes y recursos constituyen una oligarquía, usan el poder que les da ese control para consolidar un Imperio, no para fortalecer a una nación en particular y/o mejorar las condiciones sociales del pueblo que vive en ella.

La diversidad existente en el mundo es tremenda, a nivel de los idiomas, culturas, territorios, idiosincrasias, sociedad, etc.. Junto a esa diversidad, también la desigualdad es tremenda: económica, social, de ingresos, científica y tecnológica, etc.

Pero en este mundo diverso y desigual, todos tienen el mismo enemigo (las oligarquías globales) y los mismos amigos (los que luchan por la soberanía en sus propios países).

Cada país tiene su propia tradición patriótica. Los patriotas de cada uno de los países saben que su propia lucha por liberarse de los intereses oligárquicos y construir su Estado Nacional soberano a fin de mejorar las condiciones materiales y espirituales de su pueblo, es el derecho que les asiste a los de los otros países.

Las contradicciones fundamentales, en acto o en potencia, entre los pueblos y las oligarquías, atraviesan a todas los posicionamientos políticos e ideológicos. Puede haber patriotas conservadores y progresistas y también puede haber oligarquistas o globalistas conservadores y progresistas.

Adherir a un conjunto de axiomas y postulados partidarios no garantiza que se esté del lado correcto de la contradicción fundamental.

Por eso es mejor tratar de orientarse en la realidad por medio de ideas-hipótesis, aunque desafíen a los axiomas y postulados prevalecientes, que pasarse la vida haciendo deducciones por más elegantes que sean.

miércoles, 21 de octubre de 2020

Una pequeña demostración de que Wall Street (y la City de Londres también) y el complejo militar industrial son lo mismo.

Mark Esper es Secretario de defensa de EE.UU. nombrado interinamente por el Presidente Trump y confirmado por el Senado por amplia mayoría de votos.

https://es.wikipedia.org/wiki/Mark_Esper

Fijarse los antecedentes del hombre.

http://investor.raytheon.com/news-releases/news-release-details/raytheon-names-mark-t-esper-vice-president-government-relations?ID=1448598&c=84193&p=irol-newsArticle

El Secretario de defensa era un hombre de la empresa Raytheon.

Raytheon es una empresa privada que fabrica misiles, aviones de guerra y toda clase de armamentos y logística para la guerra. En la década del '60 se asoció con una firma británica.

Fijarse aquí quién es propietario de dicha empresa.

https://es.wikipedia.org/wiki/Raytheon

El propietario es The Vanguard Groupel mayor fondo de inversión del mundo.

Trump al nombrar a Esper sabe perfectamente qué intereses representa la persona que nombró para el puesto. El Senado también lo sabe puesto que trafican, bajo presión constante, con los lobistas y cabilderos de los intereses privados tanto confesables como inconfesables.

Uno podría pensar "Trump, al hacer ese nombramiento, quiere lo mismo que Wall Street y el complejo militar industrial". Perfecto.

Ahora yo digo: para qué Trump se complica la vida, su existencia y la de su flia. y su posibilidad de reelegirse, diciendo cosas como que EE.UU. ya nada tiene que hacer en Afganistán ni Siria?. Que los soldados lo quieren pero que los generales del Pentágono no?. O que el complejo militar industrial quiere guerras permanentes para poder seguir fabricando y negociando bombas, misiles y aviones?.

Por qué Trump dice todo eso?. Por qué ordena el retiro de tropas en cantidad y plazos, órdenes que no solo no coinciden con los criterios del Pentágono sino que son desafiadas y no obedecidas?. Es bastante obvio que todo eso que dice y ordena va contra los intereses y expectativas del complejo militar industrial y, por ende, de Wall Street.

https://uk.reuters.com/article/uk-usa-trump-afghanistan/trump-says-u-s-troops-in-afghanistan-should-be-home-by-christmas-idUKKBN26S3NB

https://uk.reuters.com/article/uk-usa-afghanistan-military-idUKKBN26S3HZ

https://news.antiwar.com/2020/10/09/nato-chief-we-will-leave-afghanistan-when-the-time-is-right/

Trump podría hacer lo que hacían Obama/Biden/Hillary Clinton cuando gobernaban. Avalar todas las guerras, justificarlas, iniciar nuevas (Ucrania, Libia, Siria), asesinar a Gadafi, armar terroristas (Al Nusra, ISIS), y, luego, hacerse los progresistas y respetuosos de los derechos humanos y la "intervención humanitaria".

Pero no. Trump no quiere seguir haciendo todo eso y prefiere lidiar con la campaña de asedio del Establishment, incluso a costa de un estado larvado de guerra civil interior, también muy bien incentivado y manipulado por el mismo Establishment (las llamadas "protestas pacíficas" de la prensa y analistas "progre").


sábado, 17 de octubre de 2020

17 de octubre de 1945 - 17 de octubre de 2020. La intimidad del acontecimiento.

 "Siglos y siglos de historia y siempre vivimos en el presente" (J. L. Borges).

Ni el espacio ni el tiempo, ni la realidad política, social, económica, personal o familiar, es una colección, amalgama o suma de partes. Es la necesidad de la didáctica lo que lleva a dividir en partes. La realidad es un flujo ininterrumpido, una simultaneidad eterna.

Las personas, las familias, las clases sociales o los países siempre están situadas por algo mayor, por algo que los trasciende aunque no se perciba a simple vista. Siempre estamos arriba de una plataforma que va en determinada dirección, aunque no se note ni el movimiento ni la dirección. Ocurre como con las placas tectónicas, no las vemos ni las sentimos pero tienen la eficacia de mover continentes enteros.

Arriba de la plataforma percibimos los movimientos de las personas y agrupaciones -a la derecha, a la izquierda, al centro- sin percatarnos de que esos movimientos están englobados por otro mayor subyacente. Esto es lo que conduce a los acontecimientos sorpresivos (para algunos agradables, para otros desagradables). Aparece o se manifiesta algo que estuvo subyacente, casi oculto a la "opinión pública" (o publicada).

El mecanismo subjetivo de la singularidad.

Einstein decía -con gran lógica y sabiduría- que no se pueden pretender resultados distintos haciendo siempre lo mismo. Para conseguir otro resultado hay que hacer algo diferente, algo que no es "normal" bajo los parámetros habituales (del "siempre lo mismo").

Ese "hacer algo diferente" son prácticas diferentes con mentalidad diferente de los sujetos que las hacen. Por lo general, estos sujetos son excepcionales (en el sentido literal de la palabra). Esa excepcionalidad es una característica de los líderes de "conducción política" (como entendía JDP este concepto, es decir como arte de creación y ejecución; ver "Conducción Política").

¿Cómo es posible que de la interacción entre esta clase de sujeto (líder de conducción) y las masas pueda salir un acontecimiento tan grande?

Esta clase de sujetos suelen formar ámbitos más o menos privados o más o menos públicos donde se constituyen interlocutores que son testigos conscientes o inconscientes del proceso mental del líder, de su lógica, de su modo de razonar, de sus emociones, de su empatía, de su realismo, de su imaginación. Eso es imprescindible para el líder puesto que si bien la masa lo sigue por "intuición", necesita de auxiliares con un mínimo nivel de comprensión para poder ejecutar lo que ha creado.

A veces, los "interlocutores" más conscientes pertenecen a la intimidad propia de la persona que es líder. Salvando las distancias y proporciones, es lo que ocurrió con Perón y Evita y con Néstor y Cristina. Ese tipo de interacción digamos, íntima, independientemente de las formas que adopte (complementación armónica o unidad de opuestos) suele potenciar el radio de acción de los líderes.

Durante casi los dos años que transcurrieron desde la creación de la Secretaría de Trabajo y Previsión a fines de 1943 hasta el 17 de octubre de 1945, el Coronel JDP estableció diálogo con miles de dirigentes sindicales de una amplia variedad ideológica (anarquistas, socialistas, comunistas). Escuchaba sus inquietudes, reclamos y aspiraciones y les daba su parecer, sin prometerles nada. Luego, aparecían la mayor parte de esos reclamos resueltos, incluso de un modo que excedía las expectativas de esos dirigentes. Es decir, no solo escuchaba y predicaba, sino que daba el ejemplo al satisfacer las demandas.

Pero no era solamente el escuchar, predicar y hacer. Era el cómo hacerlo. JDP era una persona totalmente desprejuiciada, trataba a todos con absoluta cordialidad y atención, independientemente de la naturaleza y apariencia de sus interlocutores ocasionales. Su "magnetismo personal" radicaba en sus numerosas y genuinas cualidades personales, no en el manejo de las apariencias. Todo eso combinado con una profunda formación intelectual adquirida en su vida militar (hasta hoy incomprendida por la mayoría de los intelectuales académicos), conformaba una personalidad fuera de lo común.

Tenía una capacidad tremenda para organizar lo que sea, hacer balances profundos de sucesos y procesos recientes y sacar enseñanzas de forma optimista. No solo estaba desprovisto de prejuicios sino de cualquier tipo de fanatismo. Era muy racional, pero no carecía de emotividad; no era dogmático y poseía altas dosis de creatividad tanto en la concepción como en la ejecución.

Las profundas reformas económicas, políticas y sociales que eran necesarias para realizar los principios de justicia social y bienestar general que anhelaba vivían (durante los años de gestación) solo en su mente. Era la única mente que podía imaginar esas reformas no sólo como posibilidad sino como probabilidad concreta. Al mismo tiempo, era consciente de que esa probabilidad dependía del éxito de su propia práctica y, tal éxito, dependía de su capacidad para transformar a las masas y a sí mismo.

"Transformación de la masa en Pueblo".

Para JDP existía una diferencia de carácter cualitativo entre "masa" y "pueblo".

Para él la "masa" y el "pueblo" tienen una identidad, digamos, física, porque se trata del agregado de las mismas personas. Pero no hay tal identidad en el plano "espiritual", si se quiere, o de la conciencia.

La "masa" es el estado "normal" o espontáneo, reactivo contra la injusticia social, pero sin sentido de orientación positiva ni carácter constructivo ni doctrina. Está sujeta a los caprichos de los caudillos o los jefes de facción. La masa sería la portadora de los síntomas del modelo de injusticia social.

Esta es la materia prima con la que se encuentra el líder potencial al comenzar su trabajo de transformación. En este punto de partida el potencial líder sabe que, en ese estado de "masas", no puede haber solución, por más heroicas que sean sus luchas. A diferencia del marxismo y sus variantes, la "lucha de clases" no es en sí solución de nada, es solo un llamado de atención de que hay que construir una solución.

El potencial líder de conducción, en sus interacciones con el entorno, los dirigentes gremiales y sociales, en los actos públicos y a través de los mensajes en los medios masivos de la época (radiofonía), va transmitiendo una doctrina, un modo de apreciar lo que pasa y de cómo orientarse para resolver los problemas sociales. Esto, consciente o inconscientemente produce efectos en los individuos, en sus intuiciones. Les da un sentido de confianza y de expectativas positivas.

El punto en que la mayoría de los individuos entiende intuitivamente el significado de las tres banderas (soberanía política, independencia económica y justicia social) y esa causa la identifica con un nombre propio, es la señal de la presencia del "pueblo". Perón usaba la expresión "patean para el mismo lado", ya tienen un objetivo.

Este es el sujeto del acontecimiento. El líder ya no es en potencia, es en acto.

El "pueblo", a diferencia de la "masa", ya es portador de la solución. Es la prueba (corroboración) que necesita el líder de conducción para saber que su teoría y práctica dio resultado.

¿Puede existir el pueblo sin un líder?

La respuesta es no. Cuando el líder muere o es derrocado, el pueblo vuelve a ser masa, puesto que ya no existe más el tipo de interacción que dio lugar a que la masa se transforme en pueblo. En estas condiciones, en ausencia del líder de conducción, los espacios son ocupados por "referentes" políticos, caudillos, jefes de facción, etc., etc. Todo va volviendo a la "normalidad", es decir, el modelo de injusticia social y la masa reactiva, portadora de los síntomas que dicho modelo genera. 

Por eso es tan necesario que aparezcan con más frecuencia los líderes de conducción, porque, así, va a haber más tiempo de duración del pueblo. El círculo virtuoso durará más, y el vicioso menos.

Cuanto más una sociedad o una gran parte de ella, esté expuesta a la influencia subjetiva de un líder de conducción, a su capacidad, agudeza, inspiración y creatividad, más probabilidades tiene esa sociedad de ser capaz de darse gobiernos, sistemas y modelos que promuevan el bienestar general y la justicia social. Y cuanto más frecuente sea ese tipo de influencia, más duraderos van a ser los efectos sociales derivados de satisfacer esos principios.

¿Por qué es necesaria la conducción política?

La respuesta es simple: es la única clase de conducción que puede reunir un conjunto de voluntades lo suficientemente grande e, inevitablemente, heterogéneo, que puede sobreponerse a la masa que mueve el sistema oligárquico.

Perón era plenamente consciente de que el sistema oligárquico que se le oponía era un sistema de carácter mundial que usaba soportes locales. En consecuencia, la exigencia de la conducción política es directamente proporcional a la fuerza que se le opone. La fuerza que se le opone no son personajes locales, eso es en apariencia. Atrás de esa apariencia está la fuerza del sistema oligárquico mundial, que es algo muchísimo más grande que las fuerzas que pueda haber en una localidad.

Es por eso que, para vencer a esa fuerza, es necesario un frente extraordinariamente amplio, que solo puede ser conformado por las capacidades del conductor político.

Pero ese frente no es un fin en sí mismo, es la herramienta que permite acceder al gobierno y poder intervenir en el Estado para hacerlo nacional. El Estado Nacional es la herramienta que tiene el pueblo para decidir por sí, en su propio beneficio, sin que poderes superiores a ese Estado puedan distorsionar esa decisión.

Hay que entender de una vez que nada puede ser más progresista que defender la causa del Estado Nacional soberano y de una comunidad de naciones soberanas a nivel internacional, porque esta es la única institución que sirve para mejorar las condiciones materiales y espirituales de los seres humanos.

viernes, 9 de octubre de 2020

¿Qué diría el progresismo?

 Escenario 1. Argentina. CABA.

a) Elecciones legislativas del año que viene. Triunfo claro del oficialismo en elecciones normales.

b) Campaña frenética y feroz de la oposición a través de sus voceros de los medios hegemónicos (Clarín, La Nación, TN, etc., etc.,), los trolls, etc., etc., manifestaciones callejeras, acusando al oficialismo de haber hecho fraude. Pedido de intervención a la CSJN para anular el acto comicial.

c) Respuesta del progresismo a esa campaña: enfermos, locos, anticuarentena, falsos, mentirosos. Conspiración para derrocar al gobierno legítimo, destituyentes, golpe de Estado, etc., etc., etc..

Escenario 2. EE.UU. New York y/o Los Ángeles.

a) Elecciones presidenciales. 3 de noviembre de 2020. Triunfo claro del oficialismo en elecciones normales.

b) Campaña frenética y feroz de la oposición a través de sus voceros de los medios hegemónicos (CNN, The Washington Post, The New York Times, Los Ángeles Times, etc., etc., etc.), manifestaciones callejeras, acusan al oficialismo de haber hecho fraude. Pedido de intervención a las FF.AA. y al Pentágono.

c) Respuesta del progresismo (mundial) a esa campaña: "Trump se rehúsa a entregar el poder".