martes, 27 de junio de 2023

El eterno malentendido: los equívocos del ideologismo de “izquierda” con respecto al liderazgo unipersonal.

En este post

https://oti-blog.blogspot.com/search?updated-max=2023-04-22T11:31:00-07:00&max-results=7

que es de mediados de abril dije en su título que Cristina tenía 50 días para salvar al país. Bueno, se tardó un poco más, pero lo logró.

Sin embargo, muchos militantes y simpatizantes o politizados de “izquierda” (no debe haber término más ambiguo que este) del espacio K, viven ese éxito como una defraudación o desilusión.

Resulta comprensible ello porque esas sensaciones o sentimientos están basadas, en gran medida, en emociones que dificultan una percepción un poco más aguda de la realidad.

La causa de esas creencias y emociones subyacentes es exactamente la misma que en el caso de la mayoría de la juventud en los ’70 que vivió el ascenso de Cámpora y el regreso de JDP. Se trataría de algo estructural que se repite en la historia, más allá de la diferencia de matices o intensidad.

En varias ocasiones discutí esto en la sección de comentarios aquí:

http://tirandoalmedio.blogspot.com/2015/06/por-que-llegamos-scioli.html

https://deshonestidadintelectual.blogspot.com/2015/07/es-kicillof-peronista-oscaracuervo.html

http://tirandoalmedio.blogspot.com/2016/03/no-cuenten-conmigo_18.html

http://tirandoalmedio.blogspot.com/2015/06/sos-soldado-de-cristina-solo-si-hace-lo.html 

JDP se cansó de explicarlo, pero jamás fue comprendido. El año que viene va a ser medio siglo desde su fallecimiento pero aún no se lo comprende.

Voy a basarme en las ideas de JDP pero de modo paradójico a ver si logro que alguien se ponga a pensar y logre, por fin, comprender a JDP.

Para JDP la conducción es un arte de creación y ejecución. La dificultad está en la creación porque pocos son capaces de crear. Esa conducción es de conjunto, sino no sería conducción. El liderazgo de conducción es de conjunto, no es de partes.

El líder o la líder no pueden embanderarse con una de las partes porque las partes no conducen el conjunto, solo conducen la parte táctica en un lugar y momento determinado. Puede haber múltiples tácticas y conductores de táctica pero no puede haber múltiples estrategias y conductores de conjunto.

La posición del líder de conducción de conjunto no nació de una parte que pasó a controlar y hegemonizar el todo. Nació directamente del todo, es decir de la relación líder-masas y transformación de la masa en pueblo en caso exitoso.

La mayoría de las personas no comprende esto porque toda su vida política se desenvuelve como integrantes de una parte (cualquier agrupación u organización política) y todas sus percepciones están condicionadas por eso. Todas sus referencias pertenecen a la geometría de la parte, no del todo.

El problema de esto es que esa experiencia inmediata como habitante del espacio táctico de parte (no estratégico de conjunto) propicia inconcientemente arraigar un sistema de creencias espontáneas individuales que proyecta el sistema de referencias de la parte hacia el todo, como si el todo no fuera más que la imposición de una de las partes.

Así, en el espacio táctico de parte, se va formando una suerte de “fetichismo” en el que la figura del liderazgo del conjunto agrada en la medida de que lo que diga y haga coincida con el “ideologismo” del espacio de parte. Y, si no coincide, no agrada.

Los dirigentes y militantes del espacio táctico pueden ser muy realistas en lo suyo, en lo que demanden las exigencias de su realidad parcial, pero, cuando evalúan lo que les llega del nivel del liderazgo de conjunto, se dejan llevar por las apariencias y caen en conclusiones completamente fuera de la realidad.

Por eso, los que así sienten y piensan, nunca pueden entender que la solución que encuentra o crea el liderazgo de conjunto sea tal cosa (una solución), porque al “desafiar” los fetiches de su ideologismo no puede ser otra cosa que una claudicación, etc., etc.

Lo irónico o, si se quiere, paradójico de esto es que cuando efectivamente el liderazgo de conjunto (CFK) nos está salvando a todos de un desastre, es visto eso como un desastre. Mientras que, desde el liderazgo de conjunto, es el empeño en imponer un candidato de parte, el que llevaría al desastre.

Esto es lo mismo que decir que, si el empeño del espacio táctico se sale con la suya y logra imponer sus deseos a todos, todo se va al diablo.

La “satisfacción” de cumplir nuestros deseos mientras nos vamos al infierno, no sirve de mucho, no es así?.

Con lo que Cristina, al evitar que se cumplan nuestros deseos, nos salva a todos.

Ella no cumple con su deseo, solo está en una posición en que tiene que garantizar la continuidad de la lucha en mejores condiciones para el conjunto que las que obtuvo bajo el gobierno de Alberto Fernández, gobierno que no solo nunca le facilitó eso, sino que se lo obstaculizó casi todo el tiempo.

Yo sé que esto no es fácil de entender. Pero piénsese si CFK no intervenía como intervino en mayo/19, estaríamos hoy en el segundo gobierno de MM, con Boudou preso, Navarro preso, etc., etc., con represión, salario real destruido, roll over de los 57.000 millones del FMI, industria destruida y vendiendo armas a los golpistas de Bolivia o a la dictadura en Ucrania o enviando militares allí. Esto no es una hipótesis contrafáctica, era la evolución natural de ese gobierno.

Desde el espacio táctico todo esto no lo vemos, solo lo ve CFK. Desde el espacio táctico solo vimos el lamentablemente mal gobierno de Alberto quien gobernó no para los argentinos/as sino para su propio ego, lo que obstaculizó enormemente el liderazgo de Cristina.

El mérito de Cristina nunca fue su capacidad de confrontar con el poder económico sino su capacidad de aguantar la confrontación que le hacían por su capacidad de realización en un proceso de gobierno que mantuvo un mínimo de bienestar para el pueblo dentro de una estrategia orientada a profundizar y extender ese bienestar. Esto ocasionó que los poderes oligárquicos la enfrentaran en una campaña de desprestigio y socavamiento incesante. Campaña que continúa mucho más allá de su gobierno, pasados casi 8 años, lo que revela dónde le aprieta el zapato al establishment.

La confrontan por su capacidad, no que ella tiene la capacidad de confrontar. Esta es otra cosa que la “izquierda” no entiende. Creen que el mérito consiste en confrontar per se. No es así, el mérito consiste en que tuvo la capacidad de concebir y hacer en favor de grandes mayorías populares. Como consecuencia de eso vino la confrontación de los contrarios.

El desafío es, de nuevo, la capacidad de concepción y de acción. Cristina es la que la sigue teniendo junto con el vínculo emocional con una parte relativamente importante de la sociedad. Por eso sigue siendo la líder.

Lo único que ella necesita es que la relación con el que se ocupe de la gestión desde la presidencia sea fluida, sin reservas mentales, y que el Presidente se mantenga dentro del cauce estratégico sin obstaculizar su liderazgo que sigue siendo, de hecho, irremplazable, feliz o lamentablemente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para variar me dejó pensando, gracias. Desde la última carta de CFK "a los compañeros y compañeras" y la foto con la familia en Plaza d Mayo me termine de convencer q se le habían quemado definitivamente los papeles y se jubilaba ... Sus últimas apariciones justificando lo d Massa candidato me pareció en la misma línea... Hacia un tiempo q no pasaba x su blog y me deja pensando...lo seguiré masticando... Saludos Cordiales.

Florencio F. Boglione dijo...

El comentario anterior me salió sin mi nombre. Cosa q no es mi costumbre. Otro saludo.