"El mundo unipolar se va. Estamos ante un hito histórico. Se avecina la década más peligrosa, imprevisible y a la vez importante desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Occidente es incapaz de gobernar por sí solo a la humanidad, pero lo intenta desesperadamente. Y la mayoría de los pueblos del mundo ya no están dispuestos a soportarlo. Esta es la principal contradicción de la nueva era".
"Moscú no propone reemplazar la unipolaridad con la bipolaridad o la tripolaridad, el dominio de Occidente por el dominio de Oriente, el dominio del Norte por el del Sur: esto conduciría inevitablemente a un nuevo callejón sin salida".
"El respeto a las peculiaridades de
los pueblos y las civilizaciones redunda en beneficio de todos, incluso de
Occidente".
"Los mercados y los recursos están siendo invadidos, los países están siendo privados de su potencial tecnológico y científico. Eso no es progreso, sino esclavitud, la reducción de las economías a un nivel primitivo; … el desarrollo tecnológico debería reducir, en lugar de aumentar, las desigualdades económicas".
"Occidente lleva a cabo un juego sangriento, peligroso y sucio; niega la soberanía de los países y de los pueblos, su identidad y singularidad, y no valora los intereses de otros Estados"
"Al
utilizar el dólar como arma, EE.UU. y Occidente, en general, han desacreditado la institución de las reservas
financieras internacionales … la
transición a las monedas nacionales cobrará impulso activamente de
forma inevitable".
"Hay un Occidente de valores cristianos tradicionales de raíces comunes con Rusia … Sin embargo, hay
otro Occidente agresivo, cosmopolita, neocolonial que actúa
como herramienta de las élites neoliberales. Precisamente, el dictado
de este Occidente, definitivamente, Rusia nunca lo tolerará".
“Nuestros socios occidentales hacen todo lo posible para
denigrar a Rusia, humillarla, ignorar sus intereses. Y cuando luchamos por
nuestros intereses, lo hacemos de forma abierta, honesta y francamente
valiente. Esto es un ejemplo es muy contagioso y atractivo para miles de
millones de personas en el planeta. Tenemos muchos amigos en África, A. L. y
Asia. No tenemos que imponer nada a nadie. Dirigentes políticos y ciudadanos
comunes de todas partes están cansados de vivir bajo las condiciones de un
mandato externo. Ya están hartos. Y cuando ven el ejemplo de nuestra lucha
contra ese mandato nos apoyan interna y externamente. Y este apoyo no hará más
que aumentar”.
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