Aquí el video:
https://www.youtube.com/watch?v=N8uHosCvfuc
En el minuto 16:00 aparece Putin.
Los primeros
15’ hay silencio, pero les recomiendo los primeros planos de las caras de las
personas presentes. Expresiones cargadas, al mismo tiempo, de dramatismo y
esperanza en el porvenir.
Aquí la
transcripción:
en.kremlin.ru/events/president/news/69465
Fijarse que, cuando responde a esta cuestión:
“… por qué está luchando nuestro pueblo, a qué tipo de enemigo nos enfrentamos y quién está empujando al mundo a nuevas guerras y crisis…”,
se refiere a “Occidente” y/o las “élites Occidentales” la mayoría de las veces (80%). A EE.UU. lo menciona con motivo de sucesos de la II guerra mundial (a GB también menciona aquí), las guerras de Corea y Vietnam y por el tema de las sanciones a Rusia (20%).
En una ocasión se refiere a “la clase dominante del llamado Occidente”, que otros prefieren traducir como “círculos gobernantes de Occidente”.
Cuando menciona el sabotaje al gasoducto se refiere a los “anglosajones”.
Fijarse cuando dice: “El modelo neocolonial actual está finalmente condenado; esto es obvio. Pero repito que sus verdaderos amos se aferrarán a él hasta el final” (el subrayado es mio).
Todas estas alusiones de Putin referidas a quién es el enemigo de Rusia y los Estados soberanos, en la teoría que formulé se denomina “oligarquía global” cuyo conjunto se define por la “unión de los individuos-agentes con los resortes y recursos fundamentales”. Esa es una cara de la moneda. La otra cara es la desposesión que eso implica para el resto de los individuos-agentes a nivel mundial, o sea una gran mayoría del mundo.
Acordarse de que la definición que di de “resortes y recursos fundamentales” tiene que ver con plataformas que combinan medios de producción económicos (incluye comercio y finanzas), políticos, ideológicos y científicos. Las propiedades de esas plataformas son diferentes a las propiedades de los elementos que las constituyen (capital productivo, comercial, financiero, superestructura, por ej.).
Esto es lo que no entiende el Marxismo. Los marxistas se comportan como si un físico-químico estuviera empeñado en encontrar en el átomo de H y el átomo de O rastros de la sustancia agua porque en la molécula del agua se encuentran esos átomos (H2O). Creen que van a encontrar rastros del agua en los átomos por separado. Solo reconocen las propiedades de un solo nivel e ignoran las propiedades de los otros niveles. Como no lo logran (reducir un nivel a otro) prefieren negar o ignorar que los otros niveles existan. Por eso ignoran olímipicamente a la oligarquía global.
Ejemplos de esas plataformas son el comercio exterior, los sistemas bancarios, financieros y monetarios, los insumos estratégicos, las tecnologías de punta (inteligencia artificial, fusión nuclear, exploración espacial, por ej.), los resortes geopolíticos (servicios secretos, organizaciones militares, medios de comunicación), etc.
Actual y concretamente, la plataforma que rige la guerra contra Rusia (flanco Ucrania) y China (flanco Taiwan) es la combinación de Wall Street, la City de Londres y el complejo militar industrial, con un gran servicio de los medios de comunicación globales.
https://vk.com/video-211725988_456239149
Los soportes de esa plataforma y todas sus redes conexas son la oligarquía dominante a nivel mundial, la que no tiene nacionalidad alguna. Solo tiene una nacionalidad nominal: entre la mayoría de los individuos-agentes que la integran predomina el origen angloamericano. Pero esto solo tiene importancia desde el punto de vista de la génesis histórica de esos elementos, nada más que eso.
De las hipótesis teóricas que planteé oportunamente surge que lo único que puede otorgar nacionalidad es la construcción del Estado Nacional. El funcionamiento del Estado Nacional significa que las clases populares pasaron a controlar los resortes fundamentales. Esto es, precisamente, lo que está logrando Rusia y China, en los casos de la energía, recursos naturales, tecnología, entre otros.
Los Estados Nacionales siempre funcionan en cooperación puesto que las clases populares que, bajo el influjo de los liderazgos de conducción, logran constituir Estados Nacionales, quieren para todos los pueblos el mismo derecho de constituir el suyo.
Un gobierno de un Estado Nacional quiere que se respeten los principios de bienestar general y justicia social, porque esos principios son universales, pero solo se pueden cumplir bajo el modo de Estados Nacionales en cooperación.
Hay que ser cuidadosos en esto, porque la geopolítica oligárquica, por medio de las doctrinas (británicas) del tipo “equilibrio de poderes”, describen el funcionamiento de Estados en apariencia soberanos (nominalmente soberanos) pero, en rigor, dominados por las oligarquías globales. Por lo tanto, esa doctrina, nada tiene que ver con el funcionamiento real de los Estados Nacionales sino con el funcionamiento de los escenarios locales de la dominación oligárquica. Es más, dicha doctrina es la justificación de la geopolítica oligárquica oculta en el terreno de las relaciones “internacionales”.
Desenmarañando las causas del empuje del proceso de guerra mundial.
Las características sociodemográficas de la humanidad mejoran por saltos que dependen de descubrimientos científicos, tecnológicos, técnicos y artísticos de los seres humanos. La evolución no es lineal ni podría serlo.
Los descubrimientos dependen de las facultades creativas de los individuos humanos en contextos específicos. Esas facultades están en todas las personas de modo inherente y potencial. La mente de los seres humanos está fabricada para identificar problemas y producir hipótesis. En esto tiene un papel tanto el conciente como el inconciente.
La frecuencia con la que se hace acto ese potencial depende del contexto cultural, intrafamiliar, intergeneracional, intersubjetivo, económico, social, entre muchos otros factores complejos.
Por ejemplo, una educación que privilegia la transmisión de lo ya sabido o las capacidades deductivas, va a dar como resultado individuos que repitan más o menos bien lo que ya se sabe o que sepan deducir bien.
Por otro lado, una educación que privilegia la creación de nuevo conocimiento, va a dar como resultado individuos que sepan re-experimentar los procesos creativos de individuos del pasado y puedan concentrarse por períodos prolongados de tiempo en la solución de problemas, enigmas o paradojas en el conocimiento adquirido.
Para hacer un descubrimiento, el conocimiento previo y la deducción sirven hasta cierto punto. Llegado a ese punto no queda más remedio que usar la imaginación. Los productos de esa imaginación, debidamente testeados y sometidos al método, van a ser los nuevos puntos de partida deductivos del nuevo conocimiento a transmitir.
Esto significa que la mejora de la humanidad depende de generar contextos donde ese tipo de imaginación prospere, porque es la que conduce a descubrir principios que antes no veíamos y, como consecuencia, a derivar aplicaciones tecnológicas y técnicas (que no hubieran existido sin los descubrimientos de la imaginación) que mejoran la vida de la humanidad.
Ahora bien, la humanidad, bajo la modalidad de la dominación oligárquica, es decir, sometida a condiciones imperiales, funciona por debajo de su capacidad. La potencialidad de la humanidad, en tanto especie, rara vez se hace acto. Lo que significa que la frecuencia de la imaginación creativa de los seres humanos y sus productos es muy baja.
Esta realidad quedó encubierta por el relato de las tradiciones apologéticas (sean capitalistas o marxistas) del papel progresivo de la burguesía. En efecto, dichas tradiciones sobreestimaron ridículamente la “capacidad innovadora del capitalismo” obnubilados por los efectos de la “Revolución Industrial” del siglo XVIII y la máquina de vapor, el motor de combustión interna, la electricidad, etc....
No solo en 300 años fueron muy pocos los descubrimientos de principios físicos sino que, además, en los últimos 50 años de esos 300, hubo un retroceso en el uso de tecnologías avanzadas, como por ejemplo la de los reactores nucleares.
En líneas generales, se puede establecer una correlación entre las épocas de mejoras para la población y las épocas de funcionamiento de los Estados Nacionales soberanos.
Al parecer, el sistema oligárquico imperial, la mayor parte del tiempo restante, se aprovecha de los avances logrados durante el sistema de soberanía del Estado Nacional.
No podía ser de otra manera en la medida que las clases populares, que son el soporte del Estado Nacional soberano, tienen como objetivo el mejoramiento de sus condiciones materiales y espirituales tanto de sus integrantes presentes como los del futuro por venir.
Por el contrario, en el sistema imperial, la clase oligárquica no tiene como objetivo eso, sino la reproducción de su dominación a como dé lugar. Es una camarilla que no se responsabiliza por el resto del mundo, ni siquiera por sus propios auxiliares, vasallos y cipayos que están a su servicio. Como es tan miserable e inconfesable ese objetivo, se ven en la necesidad de encubrirlo, distorsionando la realidad permanentemente, manipulando y engañando.
La contradicción del sistema oligárquico es que los resortes y recursos fundamentales son un producto histórico, en última instancia, de la creatividad humana y ésta tiende a prosperar bajo sistemas que se sustraen a la dominación oligárquica, es decir, bajo sistemas estatales soberanos.
Cuanto más se empeña la oligarquía global en destruir la soberanía, menos productos de la creatividad humana va a haber, con el agravante de que los pocos que haya no estarán al servicio de la mayoría de los seres humanos sino de reproducir el control, el poder y la influencia de una ínfima cantidad de personas, en condiciones cada vez más difíciles para todos, incluso para las poblaciones de los países "mas desarrollados" de Occidente, como dice Putin:
"Permítanme repetir que la dictadura de las élites occidentales tiene como objetivo a todas las sociedades, incluidos los propios ciudadanos de los países occidentales. Este es un desafío para todos."
En este sentido, la lógica interna del sistema oligárquico está profundamente fallada, lo que conduce a los colapsos y crisis históricas.
¿Cómo trata de sobrellevar la oligarquía esa contradicción?. Muy sencillo, la sobrelleva inventando utopías absolutamente descabelladas, produciendo efectos, incluso, a través de su intervención en la práctica científica, a saber:
1) La noción de una sociedad posindustrial, basada en los servicios y las finanzas.
2) La noción de una ecología o naturaleza intocable.
3) La noción de la humanidad como factor trastornador de 2), como si el ser humano no fuera producto de la naturaleza.
El punto 1), con todo lo que ello implica (desindustrialización, sobredimensionamiento financiero, burbujas especulativas, etc.), tiende a atenuar, disimular o disfrazar la insuficiencia de excedentes económicos reales y de la inversión real.
Esta es otra cosa que los marxistas no entienden. Creen que el PBI refleja el desarrollo de las fuerzas productivas. Creen que la productividad o la "potencia del trabajo" es producir más mercancías por unidad de tiempo, o, peor, más dinero por unidad de tiempo.
Si la burbuja verde da resultado y se invirtieran cientos de miles de millones de dólares en espejos solares, baterías, molinos de viento, etc., los marxistas van a decir: "gran aumento de la composición orgánica del capital" o del "capital constante" = desarrollo de las fuerzas productivas. Mientras la población del mundo se reduce en miles de millones. ¿Se entiende la locura, la falta de reflexión?.
Los puntos 2) y 3) los usa para justificar el control y la reducción de la población humana y como forma de presión para evitar que los países se desarrollen disponiendo de más y mejor tecnología y más y mejores fuentes de energía.
La puesta en práctica de esas utopías por medio de la eliminación de fuentes de energía absolutamente necesarias para la especie humana y su reemplazo por otras mucho más caras y menos densas (lo que significa que producciones necesarias para la vida humana no van a poder hacerse), si tiene éxito, llevará inexorablemente a la reducción en forma significativa de la población humana, a la proliferación de epidemias y más guerras todavía. Los soportes (oligarcas) de ese sistema imperial creen que conservarán un poder e influencia renovados tras ese escenario.
Una conducta razonable y menos autodestructiva de parte de los oligarcas, sería aceptar y dejar que entidades de naturaleza soberana, a través de sus líderes (Xi, Putin, por ej.) logren los avances que quieren para sus pueblos, de los cuales son responsables, y, acepten, así, el protagonismo e influencia de otros actores a nivel mundial.
Pero parece que tal temperamento está lejos del sentimiento de esos oligarcas, lo que pone en peligro el futuro de la humanidad.
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