Ya formulé en más de una ocasión la matriz formal de la dinámica de la dominación oligárquica global-imperial en una localidad. La vuelvo a repetir aquí con algunas precisiones adicionales. Si no se entiende el concepto de esta matriz no vamos a poder entender lo que ya está pasando y lo que va a pasar en el futuro próximo.
1) El
escenario local funciona bajo la modalidad de la dominación “normal”. Ejemplos:
Argentina durante los años ’90, Rusia misma década, etc. Normal significa
apertura comercial (importadora), circulación libre de capitales, etc., etc.
Todas las recomendaciones del Consenso de Washington.
2) Crisis de
la dominación normal. Ejemplos: México ’94, Argentina ’95 y 2001; Brasil ’97,
Rusia ’98, etc. Crisis significa devaluaciones, fuga de capitales, recesión,
etc.
Estos dos
estados de la dominación oligárquica -bajo condiciones normales (1) y bajo
condiciones de crisis (2)- corresponden a un funcionamiento global que se
manifiesta en cada
localidad, lo que significa que, lo que ocurre en cada localidad, no se explica
por razones de esa localidad.
Si en una represa hidroeléctrica aparece una grieta y, luego, se derrumba, la
razón del derrumbe hay que buscarla en algún fallo estructural general, siendo
la grieta solo un síntoma de ese fallo. Lo mismo sucede con las localidades
durante la dominación oligárquica global.
Ahora bien,
la crisis de la dominación normal (punto 2), supone las siguientes alternativas:
2) a. Se la
administra con el fin de volver o reconducir al dominio normal (o sea a 1).
Ejemplo: Cavallo en 2001 en Argentina; b.
Se entra en colapso final por intentar reconducir, fracaso del intento de
reconducir -2) a. hacia 1)-. Ejemplo: diciembre 2001 en Argentina.
Estas dos
variantes –a. y b.- del estado 2) significan que el personal político al
servicio de la dominación oligárquica global tiene cada vez más dificultades
para legitimarse y, finalmente, se quema, saltando todos los fusibles del
modelo de la dominación oligárquica global. Una verdadera “bancarrota”
económica, política, ideológica y moral del mismo.
La
consecuencia de esto es que las combinaciones oligárquicas globales pierden
algunos resortes en el Estado local, por ejemplo, la Presidencia, algunos
ministerios, etc. Esto implica para ellas, si bien no necesariamente un
perjuicio económico, sí un riesgo en el mediano o largo plazo en la medida que
el gobierno en la localidad puede implementar o dar cabida a perspectivas que,
potencialmente, perjudiquen sus intereses. Siempre la conducta de los
individuos-agentes que controlan resortes y recursos fundamentales a nivel
global responde a lo que podríamos llamar “amenaza potencial percibida”.
Por lo
tanto, estos intereses oligárquicos globales no se quedan cruzados de brazos
esperando u observando neutralmente, sino, por el contrario, influyen
activamente para recuperar el resorte o resortes perdidos. Los personajes o
“élites” locales siempre están expuestos a su influencia. Lo que ha cambiado es
que la influencia ya no es al modo de 1) y 2) a. y b.
Acá estamos
llegando a una parte importante, yo diría decisiva para comprender y ser más
concientes de la coyuntura. Lo que tenemos que retener por ahora es que 2) b.
supone la finalización, en el escenario local, de un modo de dominación oligárquica global,
lo que no significa que finalizó su dominación en sí, sino un modo de esa
dominación. Esto lo representamos así:
3)
Interregno de disputa y potencial del Estado Nacional soberano. Fijarse que
aquí se administran las consecuencias tanto de la crisis original (2) como del
fracaso del intento de reconducirla (2 a. y b.) al dominio normal (1). Esto da
la pauta de la complejidad de la situación.
Es aquí que
empieza el verdadero drama, porque, a medida que se afianza un resorte (la
Presidencia o poder ejecutivo) que no es controlado por los intereses
oligárquicos globales, se crean condiciones para la posibilidad de que dichos
intereses pierdan más resortes. Las presiones se hacen más intensas y el
gobierno local puede tener más o menos respuestas moderadas o “confrontativas”.
En este
punto, quiero aclarar que las presiones de los intereses oligárquicos globales
casi siempre están mediadas por personajes locales. Pero esto no nos debe
llevar a la confusión puesto que es la naturaleza del imperialismo el tener
lacayos por todas partes aunque éstos hablen a nombre de sus propios intereses.
Es en este
estado de crisis del modo habitual de la dominación oligárquica y en condiciones
en que pueden prosperar tendencias hacia el punto siguiente (ver 4 más abajo),
es que las combinaciones oligárquicas globalistas empiezan a pergeñar e
introducir en la localidad en cuestión, una verdadera geopolítica de guerra (sea judicial o militar), que ha sido ya
probada en otras localidades (Brasil, EE.UU., Ecuador, Venezuela, Siria, Libia,
Afganistán, Ucrania, Taiwán, etc., etc.).
La introducción de esta geopolítica de guerra también está mediada por personajes locales (Juez Moro, Fiscal Mueller, Bonadío, Stornelli, D’ Alessio, etc., etc.) y amplificada a más no poder por los medios de comunicación (O Globo, CNN, TN, Clarín, etc., etc.).
Esta
mediación tampoco nos debe confundir en el sentido de creer que son los
personajes locales los que causan el problema. Las mediaciones traen el
problema que otros diseñaron.
4) Intento
de constitución del Estado Nacional soberano. Acá se trata de ir estableciendo
las instituciones de funcionamiento de tal clase de Estado: Tesoro, Banco
Nacional, control del comercio exterior y del sistema monetario y financiero;
desmonopolización de los medios de comunicación, etc. Es decir, la reasunción
por las clases populares de los resortes y recursos fundamentales.
A medida que
esta tarea tiene éxito, la intensidad de la geopolítica de guerra en el
escenario local aumenta. Es diferente para cada localidad. Los grados de law
fare o guerra militar, dependerá de la jerarquía e importancia que otorgan las
combinaciones oligárquicas a predominio angloamericanas a los escenarios locales
en función de sus objetivos de neutralizar, aniquilar o eliminar las “amenazas”
que ellas consideran provienen del funcionamiento del Estado Nacional soberano.
Por ejemplo,
en el caso de Ucrania, el grado de intensidad de la geopolítica oligárquica de
guerra es excepcionalmente alto (guerra militar) debido a que se trata allí de
anular el Estado Nacional de la Federación de Rusia en vías de consolidación
gracias al liderazgo de Putin. En el caso de Taiwán se trata de lo mismo, pero
contra China, liderada por Xi.
En el caso
de Argentina, bastaba, hasta hace poco, con el law fare contra el liderazgo de Cristina. Ahora quieren su asesinato porque se
trata de impedir que se vuelva a intentar 4). En este caso, ni Patricia
Bullrich, ni Macri, ni Milei, ni Magnetto, ni Juntos por el Cambio ni la UCR, ni
antes Bonadío y Stornelli, ni la Corte Suprema, son los causantes del law fare ni del intento de asesinato.
Ellos solo operan el law fare localmente diseñado por la geopolítica
oligárquica global. Si ellos no lo hacen son reemplazados por otros. Ellos son
solo el arma, pero no la mano que la empuña. Son meros objetos de intereses
ajenos, aunque crean y piensen que son sujetos grandiosos.
Esto hay que
tenerlo en cuenta cuando se establecen las tácticas y estrategias en las
relaciones con la oposición. Porque, cuando se identifica el “núcleo duro” de
la oposición, no se está en presencia de sujetos políticos (eso solo en
apariencia), son meros objetos (concientes o inconcientes) de intereses ajenos.
El daño que causan solo se puede impedir
anulando la concepción y la acción de quienes los manipulan, no anulando a los
manipulados. Esto es infructuoso (solo anular a los manipulados) porque hay
miles y miles de candidatos (potencialmente aún mucho peores que ellos) a ocupar ese lugar en su reemplazo.
Las
oligarquías angloamericanas que operan en la City de Londres, Wall Street y el
Complejo Militar Industrial están perdiendo la guerra en Eurasia por la firme
reacción de los Estados Nacionales de Rusia y China y están por tener el
momento 2) a. y b. en Europa Occidental como consecuencia, en parte, de una
crisis auto infligida por las sanciones a Rusia motorizadas por EE.UU. y Gran
Bretaña.
Como ya
dijimos muchas veces, a medida que siguen las vueltas de tuerca de la crisis
sistémica global y surgen en Asia, África e Iberoamérica alternativas
potencialmente soberanas, ello significará la pérdida de poder de las
oligarquías globales.
La forma de
reaccionar histórica que tienen esas
oligarquías en situaciones estratégicas que no pueden ganar es estimular,
incitar, alentar y enardecer a las masas para que toleren regímenes nazistoides
o fascistoides. Ellas ven en eso una suerte de subversión del escenario local
víctima de esa geopolítica de guerra que satisface la necesidad de evitar que
las masas se acerquen a verdaderas alternativas nacionales (soberanas) y, al
mismo tiempo, que puedan ser instrumentos al servicio de combatir Estados
Nacionales soberanos ya consolidados o en vías de consolidación. El que
entiende bien la historia del siglo XIX y XX comprendería sin dificultad esto.
Si no se
neutraliza la mano (oligárquica de carácter global) que manipula la geopolítica
de guerra, y solo se opera contra los manipulados locales, corremos el riesgo
de que en nuestro país ocurra una suerte de “ucranización”. Hay que proceder
ahora, con mano firme. No importa el monstruo con el que haya que pelear.
Cualquier cosa va a ser preferible a la “ucranización” de nuestra patria.
El momento
es ahora. Lo que decidamos o no decidamos ahora, tendrá consecuencias en el futuro
más o menos inmediato. Depende de nuestra propia lucidez que el futuro sea
venturoso o el mismísimo infierno que nada va a tener de “encantador”.
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