sábado, 17 de septiembre de 2022

Si ignoramos lo que hace la verdadera clase dominante y las razones de por qué lo hace corremos gran peligro.

Ya formulé en más de una ocasión la matriz formal de la dinámica de la dominación oligárquica global-imperial en una localidad. La vuelvo a repetir aquí con algunas precisiones adicionales. Si no se entiende el concepto de esta matriz no vamos a poder entender lo que ya está pasando y lo que va a pasar en el futuro próximo.

1) El escenario local funciona bajo la modalidad de la dominación “normal”. Ejemplos: Argentina durante los años ’90, Rusia misma década, etc. Normal significa apertura comercial (importadora), circulación libre de capitales, etc., etc. Todas las recomendaciones del Consenso de Washington.

2) Crisis de la dominación normal. Ejemplos: México ’94, Argentina ’95 y 2001; Brasil ’97, Rusia ’98, etc. Crisis significa devaluaciones, fuga de capitales, recesión, etc.

Estos dos estados de la dominación oligárquica -bajo condiciones normales (1) y bajo condiciones de crisis (2)- corresponden a un funcionamiento global que se manifiesta en cada localidad, lo que significa que, lo que ocurre en cada localidad, no se explica por razones de esa localidad. Si en una represa hidroeléctrica aparece una grieta y, luego, se derrumba, la razón del derrumbe hay que buscarla en algún fallo estructural general, siendo la grieta solo un síntoma de ese fallo. Lo mismo sucede con las localidades durante la dominación oligárquica global.

Ahora bien, la crisis de la dominación normal (punto 2), supone las siguientes alternativas:

2) a. Se la administra con el fin de volver o reconducir al dominio normal (o sea a 1). Ejemplo: Cavallo en 2001 en Argentina;  b. Se entra en colapso final por intentar reconducir, fracaso del intento de reconducir -2) a. hacia 1)-. Ejemplo: diciembre 2001 en Argentina.

Estas dos variantes –a. y b.- del estado 2) significan que el personal político al servicio de la dominación oligárquica global tiene cada vez más dificultades para legitimarse y, finalmente, se quema, saltando todos los fusibles del modelo de la dominación oligárquica global. Una verdadera “bancarrota” económica, política, ideológica y moral del mismo.

La consecuencia de esto es que las combinaciones oligárquicas globales pierden algunos resortes en el Estado local, por ejemplo, la Presidencia, algunos ministerios, etc. Esto implica para ellas, si bien no necesariamente un perjuicio económico, sí un riesgo en el mediano o largo plazo en la medida que el gobierno en la localidad puede implementar o dar cabida a perspectivas que, potencialmente, perjudiquen sus intereses. Siempre la conducta de los individuos-agentes que controlan resortes y recursos fundamentales a nivel global responde a lo que podríamos llamar “amenaza potencial percibida”.

Por lo tanto, estos intereses oligárquicos globales no se quedan cruzados de brazos esperando u observando neutralmente, sino, por el contrario, influyen activamente para recuperar el resorte o resortes perdidos. Los personajes o “élites” locales siempre están expuestos a su influencia. Lo que ha cambiado es que la influencia ya no es al modo de 1) y 2) a. y b.

Acá estamos llegando a una parte importante, yo diría decisiva para comprender y ser más concientes de la coyuntura. Lo que tenemos que retener por ahora es que 2) b. supone la finalización, en el escenario local,  de un modo de dominación oligárquica global, lo que no significa que finalizó su dominación en sí, sino un modo de esa dominación. Esto lo representamos así:

3) Interregno de disputa y potencial del Estado Nacional soberano. Fijarse que aquí se administran las consecuencias tanto de la crisis original (2) como del fracaso del intento de reconducirla (2 a. y b.) al dominio normal (1). Esto da la pauta de la complejidad de la situación.

Es aquí que empieza el verdadero drama, porque, a medida que se afianza un resorte (la Presidencia o poder ejecutivo) que no es controlado por los intereses oligárquicos globales, se crean condiciones para la posibilidad de que dichos intereses pierdan más resortes. Las presiones se hacen más intensas y el gobierno local puede tener más o menos respuestas moderadas o “confrontativas”.

En este punto, quiero aclarar que las presiones de los intereses oligárquicos globales casi siempre están mediadas por personajes locales. Pero esto no nos debe llevar a la confusión puesto que es la naturaleza del imperialismo el tener lacayos por todas partes aunque éstos hablen a nombre de sus propios intereses.

Es en este estado de crisis del modo habitual de la dominación oligárquica y en condiciones en que pueden prosperar tendencias hacia el punto siguiente (ver 4 más abajo), es que las combinaciones oligárquicas globalistas empiezan a pergeñar e introducir en la localidad en cuestión, una verdadera geopolítica de guerra (sea judicial o militar), que ha sido ya probada en otras localidades (Brasil, EE.UU., Ecuador, Venezuela, Siria, Libia, Afganistán, Ucrania, Taiwán, etc., etc.).

La introducción de esta geopolítica de guerra también está mediada por personajes locales (Juez Moro, Fiscal Mueller, Bonadío, Stornelli, D’ Alessio, etc., etc.) y amplificada a más no poder por los medios de comunicación (O Globo, CNN, TN, Clarín, etc., etc.).

Esta mediación tampoco nos debe confundir en el sentido de creer que son los personajes locales los que causan el problema. Las mediaciones traen el problema que otros diseñaron.

4) Intento de constitución del Estado Nacional soberano. Acá se trata de ir estableciendo las instituciones de funcionamiento de tal clase de Estado: Tesoro, Banco Nacional, control del comercio exterior y del sistema monetario y financiero; desmonopolización de los medios de comunicación, etc. Es decir, la reasunción por las clases populares de los resortes y recursos fundamentales.

A medida que esta tarea tiene éxito, la intensidad de la geopolítica de guerra en el escenario local aumenta. Es diferente para cada localidad. Los grados de law fare o guerra militar, dependerá de la jerarquía e importancia que otorgan las combinaciones oligárquicas a predominio angloamericanas a los escenarios locales en función de sus objetivos de neutralizar, aniquilar o eliminar las “amenazas” que ellas consideran provienen del funcionamiento del Estado Nacional soberano.

Por ejemplo, en el caso de Ucrania, el grado de intensidad de la geopolítica oligárquica de guerra es excepcionalmente alto (guerra militar) debido a que se trata allí de anular el Estado Nacional de la Federación de Rusia en vías de consolidación gracias al liderazgo de Putin. En el caso de Taiwán se trata de lo mismo, pero contra China, liderada por Xi.

En el caso de Argentina, bastaba, hasta hace poco, con el law fare contra el liderazgo de Cristina. Ahora quieren su asesinato porque se trata de impedir que se vuelva a intentar 4). En este caso, ni Patricia Bullrich, ni Macri, ni Milei, ni Magnetto, ni Juntos por el Cambio ni la UCR, ni antes Bonadío y Stornelli, ni la Corte Suprema, son los causantes del law fare ni del intento de asesinato. Ellos solo operan el law fare localmente diseñado por la geopolítica oligárquica global. Si ellos no lo hacen son reemplazados por otros. Ellos son solo el arma, pero no la mano que la empuña. Son meros objetos de intereses ajenos, aunque crean y piensen que son sujetos grandiosos.

Esto hay que tenerlo en cuenta cuando se establecen las tácticas y estrategias en las relaciones con la oposición. Porque, cuando se identifica el “núcleo duro” de la oposición, no se está en presencia de sujetos políticos (eso solo en apariencia), son meros objetos (concientes o inconcientes) de intereses ajenos. El daño que causan solo se puede impedir anulando la concepción y la acción de quienes los manipulan, no anulando a los manipulados. Esto es infructuoso (solo anular a los manipulados) porque hay miles y miles de candidatos (potencialmente aún mucho peores que ellos) a ocupar ese lugar en su reemplazo.

Las oligarquías angloamericanas que operan en la City de Londres, Wall Street y el Complejo Militar Industrial están perdiendo la guerra en Eurasia por la firme reacción de los Estados Nacionales de Rusia y China y están por tener el momento 2) a. y b. en Europa Occidental como consecuencia, en parte, de una crisis auto infligida por las sanciones a Rusia motorizadas por EE.UU. y Gran Bretaña.

Como ya dijimos muchas veces, a medida que siguen las vueltas de tuerca de la crisis sistémica global y surgen en Asia, África e Iberoamérica alternativas potencialmente soberanas, ello significará la pérdida de poder de las oligarquías globales.

La forma de reaccionar histórica que tienen esas oligarquías en situaciones estratégicas que no pueden ganar es estimular, incitar, alentar y enardecer a las masas para que toleren regímenes nazistoides o fascistoides. Ellas ven en eso una suerte de subversión del escenario local víctima de esa geopolítica de guerra que satisface la necesidad de evitar que las masas se acerquen a verdaderas alternativas nacionales (soberanas) y, al mismo tiempo, que puedan ser instrumentos al servicio de combatir Estados Nacionales soberanos ya consolidados o en vías de consolidación. El que entiende bien la historia del siglo XIX y XX comprendería sin dificultad esto.

Si no se neutraliza la mano (oligárquica de carácter global) que manipula la geopolítica de guerra, y solo se opera contra los manipulados locales, corremos el riesgo de que en nuestro país ocurra una suerte de “ucranización”. Hay que proceder ahora, con mano firme. No importa el monstruo con el que haya que pelear. Cualquier cosa va a ser preferible a la “ucranización” de nuestra patria.

El momento es ahora. Lo que decidamos o no decidamos ahora, tendrá consecuencias en el futuro más o menos inmediato. Depende de nuestra propia lucidez que el futuro sea venturoso o el mismísimo infierno que nada va a tener de “encantador”.

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