sábado, 5 de agosto de 2023

Convicciones ideológicas del conductor táctico vs. conducción de conjunto. ¿En qué consisten las diferencias entre ambas prácticas políticas?

Quiero ejemplificar esta cuestión con una entrevista al precandidato a presidente Grabois en el siguiente video.

Ver segmentos 1:06:10 a 1:10:20, donde, discutiendo con el periodista, caracteriza la gestión de Massa ante el FMI. Y 1:13:40 a 1:15:40 donde habla de las limitaciones y condicionamientos de Cristina y la imposición del establishment.

Los desfasajes en el cuestionamiento e interpretación de personas y hechos puntuales ocurren con la mayoría de los conductores de las facciones tácticas ideologizadas. La razón de esto es que sus convicciones ideológicas y la lógica del espacio parcial que protagonizan se proyectan sobre los otros espacios parciales, sin poder captar las funciones y el trabajo del liderazgo que pretende ser de conjunto.

En efecto, la visión subyacente predominante entre los conductores tácticos es que el espacio político es una colección de espacios parciales y lo que debe resolver la hegemonía entre los espacios parciales es la confrontación ideológica entre los mismos y alguna instancia de legitimación basada en el voto.

El desfasaje es no poder discernir –ni siquiera captar- el trabajo que realiza el liderazgo de conjunto, en este caso, el de CFK. La evaluación de los resultados es meramente en función de la distancia entre el hecho puntual y las propias expectativas del espacio parcial.

Por ej., cuando Grabois dice que conseguir crédito de la CAF y los yuanes del swap para pagar al FMI es malo porque es deuda para pagar otra deuda no para “hacer una escuela” está soslayando que la deuda con la CAF y los chinos no implica cierre de ninguna escuela mientras que, la deuda con el FMI y sus condicionalidades sí lo implican (vía ajuste, devaluación, etc.).

Con lo que tenemos que el resultado de la gestión de Massa ante el FMI no implica que se construya una escuela pero sí evita que se cierren las que ya están construidas, como sería el caso de aceptar sin más las condicionalidades del FMI (ajuste, devaluación, etc.,).

¿Esto ya no se ve tan malo, no?.

Y si comparamos esto con lo que teníamos, hace un año, con Guzmán avalado por Alberto, la diferencia es más apreciable todavía. Si Guzmán seguía íbamos a un desastre por aceptar el “contrato de adhesión” con el Fondo, como dice Boudou. Antes de ese desastre Cristina y Massa se hicieron cargo de la situación y lo evitaron.

Es decir, el desfasaje del conductor táctico se produce por no poder ver el proceso y su génesis y la tarea del conductor de conjunto (CFK) en el mismo.

Es obvio que la intervención de Cristina causa problemas, pero son menores a los que hubieran ocurrido si no intervenía. Esto no es contrafáctico.

Cristina al poner a Alberto en mayo de 2019 causó un problema. Esto es evidente. ¿Pero somos concientes de los que evitó al frustrar la reelección de MM? Parece que no.

Si MM hubiera reelegido, Boudou estaría preso, Navarro estaría preso, Cristina estaría quizá presa en Ezeiza, Grabois mismo estaría preso; estaríamos iniciando una guerra con Bolivia, enviando militares a Ucrania, la industria PyME estaría destruida, la represión a los movimiento sociales sería espantosa, estaríamos haciendo roll over de la deuda con el FMI, etc., etc. Sería un país bajo la dictadura de la especulación financiera.

¿Esto es contrafáctico? En absoluto, era la evolución natural de ese eventual gobierno y sus contactos internacionales.

Es obvio que si Cristina no hubiera existido o intervenido en 2019 al poner a Alberto, estaríamos en una situación muchísimo más grave, con posibilidades de lucha mucho menores a las que tenemos ahora.

¿Esto los espacios parciales o facciones no lo ven? ¿No se dan cuenta que hoy pueden seguir luchando con expectativas, gracias a la intervención estratégica de Cristina en mayo/19?

El proceso que lleva a la caída de Guzmán es otra intervención de Cristina que venía avisando en privado (hasta que publicó las cartas) que con las políticas económicas que se estaban llevando íbamos a perder las elecciones intermedias (lo que ocurrió) y que el acuerdo con el FMI iba a traer problemas serios (lo que ocurrió). Cuando Cristina intervenía de esta manera no era “oficialista”, los oficialistas estaban justificándolo todo y diciendo que el acuerdo con el FMI era excelente, el mejor de la historia.

Esa inconciencia o aparente inconciencia (contra la que estuvo advirtiendo Cristina en privado y, finalmente en público) llevó casi al punto del desastre a mediados del año pasado. Antes de que ocurra el desastre Cristina intervino de nuevo en tándem con Massa para evitar lo peor de lo peor (quedarse sin U$S, hiperinflación, quizá hasta renuncia del Presidente y la Vice, etc., etc.).

Si no hubiera intervenido Cristina a mediados del año pasado cuál sería la situación ahora: un interinato estilo Duhalde pero en vez de peronista del antiperonismo?

¿Se dan cuenta que lo que Cristina está haciendo es maniobrar con las consecuencias de los errores de los demás y que eso es lo que permite hoy que haya expectativas de poder continuar la lucha estratégica en favor del pueblo?

Si Cristina no hubiera intervenido como lo hizo, tanto en mayo/19 como en julio/22, la lucha estratégica en favor del pueblo estaría cancelada o porque estaríamos gobernados actualmente por MM, o por algún interinato gorila luego de la renuncia de Alberto y Cristina mismo a mediados del 2022 si se chocaba la calesita y se producían protestas sociales graves.

Por eso es muy importante entender que la realidad (no solo política, también la social, económica, etc.) nunca es una colección de partes, es un todo. Cristina no protagoniza a igual título que Massa, Grabois, etc., porque ella está una posición singular única desde la que puede torcer la dirección del proceso político y sus consecuencias. Esa posición singular es la del liderazgo. Y es líder porque una porción muy importante de la población mantiene un vínculo emocional con ella y deposita sus esperanzas en ella, cosa que no ocurre con ningún otro dirigente. Por eso los demás no pueden torcer ningún proceso negativo mientras ella sí. Por eso es a ella que quisieron matar.

Cristina interviene, en su calidad de líder de conjunto, sin hacer cuestionamientos ideológicos. Solo hace previsiones y pronósticos en base a lo que percibe. Y luego actúa sobre eso. Las evaluaciones de ella no dependen de la distancia que ve en los hechos respecto a sus expectativas ideológicas personales. Una líder como ella no actúa así. Solo ve hacia dónde conduce el camino. A ella lo único que le importa es que el camino se pueda seguir transitando, que las posibilidades de luchar puedan seguir existiendo. Esta es una de las cualidades fundamentales del liderazgo.

Como toda esta faceta del trabajo y función de Cristina como líder Grabois no la puede captar, es natural que piense que el aval de ella a Massa es una consecuencia de un golpe de palacio y los condicionamientos del establishment. Que Cristina no es libre (!!). Vaya novedad. Nadie es libre, no solo Cristina. Nadar contra la corriente es estar bajo la influencia de la corriente, pero lo importante es poder nadar.

Ser líder es sinónimo de estar en la mira del establishment. Esto pasa con todos los líderes de la historia. Es inevitable. El conductor táctico no lidia con el establishment. Es el líder o la líder de conjunto la que lidia con el establishment. Confrontar ideológicamente al establishment no significa lidiar con él. Si Cristina no existiera no estaríamos hablando de nada de lo que estamos hablando acá. Es así de simple.

Desde que murió JDP la única voluntad que estorba los planes del establishment es CFK. Si ella desaparece no quedan más obstáculos. Ninguna confrontación ideológica de espacios parciales podrá reemplazarla. El advenimiento de otro liderazgo de conjunto o de conducción, sí.

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