viernes, 24 de febrero de 2023

Kicillof y Grabois: debate sobre ideas del libro "los peores".

 Ver aquí.

Esto es lo mejor que van a encontrar en materia de debate de ideas no solo durante la campaña electoral sino en los próximos años.

Para entender desde el punto de vista global lo que ellos debaten ver aquí, en la parte de comentarios:

https://el-lobo-estepario.blogspot.com/2011/11/frankfurt-30102011.html

En Argentina, hace bien traerlo al debate Kicillof, los que hablaban del "agotamiento" del modelo de "industria sustitutiva de importaciones", eran los mismos que, alrededor del año 1975 empezaron a operar desde adentro para destruirlo y llevar las cosas para el lado del golpe de estado y la dictadura militar.

Lo que tienen que empezar a comprender dirigentes de la talla de Grabois y Kicillof (y de allí para abajo) es que lo que habitualmente se llama "régimen o modo de producción capitalista" es un concepto teórico que tiene una extensión indiscriminada en virtud de su ambigüedad heredada desde el marxismo. Por lo general, se identifica la propiedad privada del capital o los medios de producción como sinónimo de "capitalismo".

Un pueblo que conquistó, por medio del liderazgo de conducción (antes de cuya emergencia era "masa"), cuotas de soberanía significativas, logrando construir un Estado Nacional, no vive bajo el "capitalismo", aunque siga habiendo propiedad privada.

Lo que hay que saber distinguir en las etapas históricas no es la continuidad de la "propiedad privada burguesa" sino si hay ruptura en el Estado, es decir, si el contenido oligárquico es reemplazado relativamente por el contenido nacional   y popular.

En general cuesta entender, si se quiere desde el punto de vista "ontológico", que los elementos de un proceso se relacionan con el todo "antes" que con los otros elementos.

Doy un ejemplo para que se entienda. Seguramente muchos han tenido la experiencia de entrar al mar en un punto de la playa y, cuando salen, se percatan que están en otro punto demasiado corrido respecto al de entrada al mar. Si se ponen a pensar, se darían cuenta que cada vez que saltaron debajo de una ola o se subieron a ella, la posición de uno cambió por efecto de la marea, cada vez que uno separaba sus pies del fondo. Los sentidos difícilmente logren captar eso, porque no existen en el mar, por lo general, puntos de referencia visibles cerca de uno, que le indiquen que se está alejando de tal o cual posición. Solo uno se percata cuando mira para atrás y puede ver los puntos de referencia en la playa, fuera del mar.

El todo es la marea que opera más allá de nuestros sentidos y es lo que determina hacia dónde vamos a ir.

En los procesos políticos y sociales sucede parecido, los integrantes de la masa (contados de a uno) no pueden percibir a dónde lleva la marea, pero los líderes de conducción, cuando tienen cualidades muy elevadas (intuición, inteligencia y afecto), pueden llegar a imaginar si la marea nos lleva hacia un lugar inconveniente o perjudicial y tomará las medidas y recaudos para evitar eso.

Cuando el o la líder de conducción tiene éxito, convierte la masa en pueblo (contados de a muchos), pudiendo determinar la dirección a pesar de la marea.

El liderazgo de conducción funciona aquí como los ojos de la mente colectiva, no con los ojos de los sentidos.

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