lunes, 2 de enero de 2023

Palabras de la Vicepresidenta de la Nación CFK en Avellaneda.

“El miedo es un gran disciplinador de la dirigencia política y un gran frustrador de las sociedades. El miedo no construye nada, el miedo pulveriza el poder popular y fundamentalmente tiende a desnaturalizar la política ..."

“Cada compañero, cada dirigente, cada militante, tiene su bastón de mariscal en la mochila. Sáquenlo, sáquenlo. Y no le pidan permiso a nadie para sacarlo. En todo caso, si se equivocan con el bastón pidan perdón… Pero permiso, no le pidan a nadie.”

“Es necesario [más allá de las redes sociales] salir a hablar y explicar, bajar y tomar contacto con el barrio, el barro, con la realidad, hablarle a la gente …”

“La gente está ávida de que le hablen y le expliquen,”

“No estemos mirando los peronistas al cielo esperando que mágicamente baje alguien a decirnos qué es lo que hay que hacer”, “cuando éramos jóvenes nadie nos dijo lo que había que hacer.”

 

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Con el kirchnerismo y el peronismo en general sucede como con la selección argentina en la época previa a la llegada de Scaloni, cuando todos los que no eran Messi podían llegar a la final de muchos campeonatos gracias a él, pero esperaban que él solo podía ganar las finales.

Es como que la sola presencia y desempeño del genio contribuía a encubrir, sin quererlo, todos los defectos, falencias, debilidades y errores de los demás.

Quizá en la política del espacio nacional y popular también se necesite un Scaloni que transmita el mensaje necesario: que la presencia del genio (CFK) obliga a todos los demás que no lo son, aún más a ser mejores, a hacer sacrificios y sacar energías de donde no hay, para que el conjunto pueda avanzar y tener verdaderos éxitos.

Para avanzar en la estrategia interrumpida el 9/12/2015, el movimiento nacional y popular necesita aglutinar al 60% de la población. Se necesita ese nivel de apoyo para neutralizar al sistema oligárquico supranacional que opera a través del partido judicial, los medios de comunicación y los recursos fundamentales que controla a través del sistema financiero y monetario y el comercio exterior.

Los Macri, Magnetto, Patricia Bullrich, etc., etc., son payasos de distinto rango y jerarquía en el circo cuyo dueño es el sistema oligárquico supranacional, donde reside el verdadero poder.

Tal sistema, que no es otra cosa que un Imperio (ya no más "globalista" porque quiere fracturar al mundo solo para destruir la soberanía de China y Rusia por medio de la geopólitica de guerra) está pasando por momentos muy difíciles, puesto que el sistema monetario, financiero y comercial mundial se resquebraja en casi todo Occidente, mientras que en Oriente surgen múltiples polos de desarrollo.

Pero, que estén más débiles no quiere decir que no sean peligrosos, son muy peligrosos porque en condiciones estratégicas inferiores su reflejo y reacción habitual es producir caos y guerras por doquier. Basta ver lo que sucede en Perú con la caída de Castillo y la violencia subsecuente, lo mismo en Brasil tras la derrota de Bolsonaro y el intento de secesión en Bolivia por parte del gobernador Camacho (ahora preso) en Santa Cruz de la Sierra.

Son todos acontecimientos que se relacionan con cuestiones locales pero, indudablemente, atizados y realimentados por intereses foráneos.

De lo que se trata en Argentina es de evitar que prenda el germen de la violencia porque, una vez que prende, es muy difícil evitar el deslizamiento hacia formas neofascistas de gobernar, que no son otra cosa que la alternativa política a las que recurren los intereses oligárquicos supranacionales cuando hay una crisis muy seria en su sistema de dominación y quieren evitar que alternativas nacionales y populares sean la salida de la misma.

Cuando suceden cosas terribles como el intento de asesinato de Cristina con el financiamiento de una parte de una familia ligada a intereses financieros extranjeros (Caputo) y a una gran parte de la sociedad le resulta indiferente ahí se empieza a cocinar el caldo de cultivo de las variantes "neofascistas" de la oligarquía otrora "neoliberal".

Siempre la realidad es bifronte. Se puede caer para el lado terrible o para el maravilloso y esperanzador. Para caer de este último lado hay que tener mucha inteligencia, astucia, habilidad, capacidad de sacrificio por el conjunto y pagar el precio que sea necesario para que el conjunto triunfe.

Usar la militancia política para satisfacer pequeñas o grandes ambiciones, luchas de ego y realimentar el narcisismo, no contribuye al crecimiento de las organizaciones ni a mejorar la calidad de los dirigentes.

Los errores se corrijen con aciertos, pero los vicios con virtudes, como decía un líder de conducción ciento por ciento.

La interpelación de Cristina es a que seamos nosotros mismos, con nuestras pasiones y deseos, pero haciendo comunidad con los compañeros y el pueblo, sin menospreciar a nadie.

"Ser artífices del destino común y no instrumentos de la ambición de nadie".

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