Ver estos 3 links y relacionar:
https://x.com/araghchi/status/1914421684452344124
En los dos primeros links, se puede observar como sabotean al ministro de asuntos exteriores de Irán, quien habla del socavamiento que hacen “ciertos grupos de intereses especiales” que intentan arruinar las negociaciones entre su país y EE.UU promovidas y avaladas por el gobierno de Trump.
Esos “ciertos grupos de intereses especiales” no son EE.UU. ni el gobierno de EE.UU. porque no tendría ningún sentido que dicho gobierno disponga negociaciones y, a la vez, las sabotee. Esos intereses especiales son intereses oligárquicos relacionados a la geopolítica de guerra de la red imperialista que opera en EE.UU, Reino Unido e Israel.
Como muchas veces ya dije en el blog, los que operan clandestinamente o abiertamente a favor de esos intereses son personificaciones de plataformas que combinan Wall Street y la City de Londres (BlacRock, Vanguard, UBS, etc..) con los medios de comunicación hegemónicos (todas las que, por derecha y por izquierda, vienen difamando a Trump desde el 2016 a la fecha) a nivel mundial y los fabricantes de armas y logística para la guerra (Bae System, Raytheon, Lockheed Martin, etc.).
Esa red opera con una amplia variedad de servicios de inteligencia que “capturan” o tienen en sus manos (carpetazos, información comprometedora, etc.) a varios funcionarios (y legisladores y jueces) o los tienen comprados a otros y logran que algunos funcionarios flaqueen o no hagan lo que deberían o no obedezcan a la orientación del liderazgo político o filtran información sensible que puede perjudicar al gobierno, etc., etc.
El repertorio para sabotear es amplísimo. Trump lo sabe y, por eso puso funcionarios en los organismos de inteligencia (una de ellas, Tulsi Gabbard, fue del partido Demócrata) que están purgando, no sin grandes dificultades, a dichos organismos de los elementos corruptos.
Esos operativos de inteligencia tienen “autonomía operacional” siempre y cuando sigan fieles a la estrategia de las combinaciones oligárquicas que esperan de ellos que cumplan con los objetivos tácticos que planifican y diseñan.
En el discurso que tenía preparado el ministro de exteriores de Irán, ofrece a EE.UU. que construya junto con Irán centrales nucleares para producir energía al sector civil de Irán, propuesta con la que Trump estaría muy de acuerdo.
Este tipo de negociaciones y temas son los que conducen a fortalecer los intereses de los Estados Nacionales soberanos, no los de las redes oligárquicas mencionadas que no tienen ningún interés en que el pueblo iraní pueda acceder a energía nuclear y mejorar su calidad de vida o que el pueblo estadounidense mejore el perfil y la calidad de su mano de obra empleando recursos en la construcción de reactores nucleares.
En el último link, el Servicio de Inteligencia Exterior de la Federación Rusa hace un breve análisis, pero muy interesante del conflicto entre Europa Occidental (traccionada por el Reino Unido) y EE.UU. de Trump y de las relaciones entre este país y Rusia, enmarcado en la perspectiva histórica.
Fijarse allí este párrafo tremendamente sugestivo que dice así: “… el "imperialismo liberal" británico es una fuerza más estable y, por lo tanto, más destructiva que el fascismo debido a su "flexibilidad ideológica", la capacidad de distorsionar los hechos a su favor, de ocultar las realidades y de adaptarse a las nuevas condiciones.”
Notable observación.
Allí pueden apreciarse las diferencias cualitativas de las relaciones entre países cuando responden a impulsos soberanos en comparación a cuando eso no sucede, o sea, cuando las relaciones responden a escenificaciones de la geopolítica imperialista u oligárquica.
Si no se entienden estas cuestiones se vive en un mundo irreal y se le hace el juego, por derecha o por izquierda, a los intereses oligárquicos de siempre que medran con el fracaso de las soberanías y con el mantenimiento y reproducción de la lógica de dominación imperialista.
Es un error “ideológico” grande y genera confusión que, en base a prejuicios ideológicos de “izquierda” o “derecha” -categorías que CFK dijo 10 veces que no sirven para nada-, se critique a líderes y dirigentes que están intentando impulsar, en un contexto muy complejo y dificultoso, políticas tendientes a aumentar la autonomía y soberanía de los países.
Los pueblos solo pueden mejorar sus condiciones de vida materiales y espirituales cuando tienen líderes que construyen soberanía, sea monetaria, financiera, económica, científica o política, en cooperación con otros líderes que, a su vez, hacen lo propio.
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