Los acontecimientos históricos no pueden comprenderse sin identificar procesos históricos. Estos últimos no son una colección de acontecimientos. Son una suerte de centro de gravitación alrededor del cual se eslabonan los sucesos históricos.
Los axiomas y postulados (sean de izquierda, centro o derecha y todas sus gradaciones) no pueden identificar procesos históricos porque es un saber apriorístico cuyo efecto es “aplanar” la realidad. El efecto de “aplanación” lo logra elaborando deducciones a partir de “verdades autoevidentes” (?!). Estas verdades autoevidentes son solo una certeza sensible basada en las apariencias. Un ej. de la geometría: un segmento de un círculo, si es muy muy chiquito es “como” una línea recta. De aquí los intentos (fracasados) de hacer la cuadratura del círculo agregando infinitos lados rectos dentro del círculo.
¿Cómo se manifiestan estos procedimientos de “aplanación” en los análisis históricos? Voy a poner como ejemplo un análisis muy interesante (para los fines que me propongo ahora) que Artemio trae a su blog aquí:
https://rambletamble.com.ar/panama-torrijos-tan-lejos-pero-tan-cerca/
Allí el autor Olmedo Beluche, como el 99% de las interpretaciones existentes sobre la “doctrina Monroe”, asume que la derecha norteamericana es imperialista y/o que EE.UU. es el imperialismo.
¿Cómo sabe dicho autor que la doctrina Monroe, la derecha y EE.UU. son imperialistas? Simplemente no lo sabe, solo asume eso así: “El presidente James Monroe, en 1823, emitió una declaración de política exterior norteamericana que se ha conocido con el eslogan “América para los americanos”, que en ese momento fue una advertencia a las monarquías europeas que habían constituido un bloque militar denominado la “Santa Alianza”, en el sentido de que no permitiría que reconquistaran los territorios recién independizados de Hispanoamérica. Por supuesto, desde entonces se entendió que los “americanos” de Monroe eran ellos, Estados Unidos, no los hispanoamericanos o latinoamericanos.” (SIC).
Esto es un ejemplo magnífico que ilustra lo que quiero significar con la frase “contexto sin contexto” o contexto “aplanado”.
En efecto, todo ese párrafo citado textual, toma un acontecimiento histórico, recortando el contexto (o “contextualizando sin contexto”) hacia atrás y hacia adelante al solo fin de confirmar una verdad “autoevidente”: que EE.UU. y la derecha de ese país son imperialistas.
A los fines de saber la verdad o conocer la realidad, no hay que oponer a eso otro axioma autoevidente o una creencia basada en él, hay que desentrañar el proceso histórico, el centro o centros de gravedad alrededor de los cuales giran los acontecimientos (y se producen), es decir, aquello que las ideologías basadas en axiomas y postulados no pueden identificar o detectar. Al no poderlos detectar pueden decretar su inexistencia, pero eso sirve solo dentro del reino de las abstracciones, no en la realidad física y espiritual. Todo lo que existe, por más que no lo veamos o no lo queramos ver, sigue produciendo efectos igual.
Para “desaplanar” hay que empezar por dar relieve, es decir acceder a la verdadera realidad, a aquello que fabrica los acontecimientos en todas sus dimensiones:
1) La “doctrina Monroe” es en realidad una doctrina producida y elaborada por John Quincy Adams quien fuera Secretario de Estado de Monroe y, luego, presidente de la república.
2) El proceso histórico de aquellos tiempos era el de las consecuencias geopolíticas a nivel mundial que tenía para el Imperio británico la guerra de la independencia de las colonias americanas y la revolución francesa durante el último cuarto del siglo XVIII y cómo se relacionaba ese proceso con las colonias de Hispanoamérica. Claramente el Imperio británico era la fuerza dominante en el mundo y sus plataformas de poder y control eran el Comité Secreto de la Compañía de las Indias Orientales británica (algo similar al complejo militar-industrial-financiero y de servicios de inteligencia geopolítica de EE.UU. e Inglaterra en la actualidad).
3) El proceso de independencia estadounidense estaba lleno de contradicciones (como pasa siempre) y expuesto a la reacción de las fuerzas del Imperio británico que querían destruir esa independencia. Esta contradicción entre poderes que querían construir el primer Estado nacional republicano moderno de la historia y el Imperio británico sostenido por oligarquías a predominio financieras, teñía las expectativas políticas de muchos actores en distintos escenarios en Hispanoamérica.
4) Las fuerzas que sostenían y respondían al Imperio británico (militares, diplomáticas, servicios de inteligencia, etc.) hicieron todo lo posible para obstaculizar y cortocircuitar o desnaturalizar las concepciones que produjeron y formularon los padres fundadores de EE.UU. que, a los ojos del Imperio británico eran un ejemplo muy peligroso para las colonias de España en América y futuros países independientes.
5) La doctrina “Monroe” (en realidad de John Q. Adams) se hizo pública 9 años después de que Inglaterra quemara la Casa Blanca. Esto es literal: la Casa Blanca fue incendiada por fuerzas inglesas desembarcadas en Washington en 1814.
6) En tal contexto de guerra y contradicciones dramáticas entre quienes querían constituirse en soportes de una entidad estatal soberana (la República de EUA) y las fuerzas del Imperio británico que querían neutralizarlos y/o eliminarlos, el prestigio de la doctrina Monroe debía ser ensuciado y degradado ante los ojos de los actores de las colonias españolas (América central y del Sur). Los agentes mencionados en el punto 9) más abajo y sus cómplices contribuyeron a eliminar a muchas figuras de diversos lugares de Hispanoamérica que simpatizaban con las ideas republicanas y con los principios de la Constitución de EUA (todos los hombres nacen iguales y con derechos inalienables y el derecho a la “búsqueda de la felicidad”). Por ej., Gran Bretaña ayudó a España a reconquistar Venezuela, Colombia y Ecuador y, de paso, exiliar o matar a la mayoría de los activistas, intelectuales y científicos que simpatizaban con la causa de la revolución e independencia de EUA.
7) Las ideologías axiomáticas progresistas y de izquierda no pueden acceder e identificar lo medular del drama histórico de esta lucha, ni en la historia pasada ni en el presente.
8) Los análisis axiomáticos progresistas, como no perciben ni detectan lo sustancial de esa lucha, no perciben ni detectan tampoco la dinámica interna que caracteriza al país que se ha independizado de un Imperio pero que sigue estando expuesto a su influencia y operatoria, mientras esa lucha continúa a la vista o latente.
9) Cuando los actores internos son permeados por las influencias imperiales (por ej., J. Bentham, J. Mill, etc.), la política exterior es muy distinta en comparación a cuando eso no ocurre.
10) A mediados de 1823, el secretario de Estado John Q. Adams declara: "La emancipación del continente sudamericano le abre a toda la raza humana la perspectiva de un porvenir, en el que esta Unión será llamada, a nombre de su deber para consigo misma y con innumerables eras de la posteridad, a desempeñar un papel conspicuo y dirigente. . . Para que el tejido de nuestras conexiones sociales con nuestros vecinos al sur pueda erigirse, con el paso de los años, con una grandeza y armonía de proporciones equiparables a la magnificencia de los medios que la providencia pone en nuestro poder, y en el de nuestros descendientes, sus fundamentos deben descansar en principios políticos y morales, nuevos y desagradables para los tronos y tiranías del mundo viejo, pero coextenso con la superficie del orbe y duradero como los cambios del tiempo".
11) Hacia fines de 1823, en el mensaje al Congreso, Monroe declara la doctrina preparada por John Q.: "que debemos considerar cualquier intento. . . por extender su sistema a cualquier porción de este hemisferio, como peligroso para nuestra paz y seguridad. . . Con los Gobiernos que han declarado su independencia. . . no podemos ver intromisión alguna de cualquier potencia europea con el propósito de oprimirlos, o de controlar su destino de cualquier otro modo, bajo ninguna otra luz que no sea la manifestación de una disposición no amigable hacia los EU".
12) Ante esto, las reacciones en Europa revelan nerviosismo (Carta de Metternich de Austria al ministro de relaciones exteriores de Rusia conde Karl Robert Vasilievich); ministro de relaciones exteriores británico George Canning dice: "Los yanquis cantarán victoria; pero son ellos los que pierden más con nuestra decisión. El gran peligro de ese momento. . . era una división del mundo entre europeos y americanos, entre republicanos y monárquicos; una liga de Gobiernos agotados, por un lado, y una de naciones vigorosas y en bullición, con los EU a la cabeza, por el otro. Nosotros nos interponemos, y nos asentamos en México. Los Estados Unidos nos han tomado la delantera en vano, y nosotros volvemos a unir a América con Europa. Seis meses más, y el daño hubiera estado hecho. … Hispanoamérica es libre y, si no manejamos lamentablemente mal nuestros asuntos, es inglesa".
13) Luego de la fundación del Partido Demócrata en EE.UU. hacia fines de la década de 1820, empezó una época donde la influencia de elementos (de las finanzas y la política) del Imperio británico comenzó a corroer los principios relacionados en los puntos 10) y 11) precedentes. Y, así, vinieron las guerras contra México, bajo la presidencia de Polk (en acuerdo con Gran Bretaña), política exterior muy criticada por quien fuera el ex secretario de Monroe y ex presidente John Quincy Adams pidiendo la paz con México. Henry Clay también criticó duramente la política exterior intervencionista de Polk. El entonces diputado Abraham Lincoln presentó una resolución al Congreso desacreditando el pretexto del gobierno de entonces para atacar a México.
14) Años después, en la década de 1860, Lincoln tuvo muy buenas relaciones con Benito Juárez con cuyo embajador se reunía en secreto. Esto fue rescatado por AMLO durante su mandato reciente en México. El embajador de Benito Juárez registraba en su diario: “Le dije que México se había congratulado mucho con el triunfo del partido republicano, porque esperaba que la política de ese partido sería más leal y amistosa, y no como la del democrático que se ha reducido a quitarle a México su territorio para extender la esclavitud".
Para profundizar en esta perspectiva histórica ver acá:
Queda claro que EUA es como cualquier otro país en cuanto a su tradición patriótica y sus contradicciones. Solo que fue enterrada durante décadas y décadas bajo montañas de sofistería para ocultar el hecho esencial fundante: que EUA nació como una república soberana como reacción al Imperio británico y que esa posibilidad la tuvo gracias a personas (los padres fundadores y algunos antecesores) muy inteligentes y bastante hábiles que soñaban con una sociedad mejor que la del oligarquismo y aristocratismo europeo de la cual habían escapado las generaciones anteriores que llegaron a América del N.
Por más que los procedimientos del discurso histórico y político “aplanen” la realidad, decretando la inexistencia de lo existente, tales procesos históricos y la multiplicidad de acontecimientos que desencadenaron, generan efectos que no desaparecen, siguen operando en algún nivel de la conciencia de los individuos y las sociedades, se mantiene latente, hasta que vuelven a resurgir.
Los sistemas axiomáticos jamás van a dar cabida a esos efectos ni van a reconocerlos, puesto que su sola incorporación los aniquila. Por eso tienen que quitar el núcleo, la sustancia, dejando, en el mejor de los casos, la carcasa vacía.
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